?El circuito del Tigre?
Las exigencias de Woods revolucionar¨¢n los torneos de golf en Estados Unidos
"Si yo no invento nada", vino a decir Tiger Woods, "todo comenz¨® con Arnold".El golf era un deporte decadente. Ociosos gentlemen que perd¨ªan dinero practicando su afici¨®n favorita y laboriosos jornaleros, los profesionales, gente atada a una caravana, en permanente emigraci¨®n de torneo en torneo para ganarse el sueldo. Hasta finales de los 50. En una coincidencia hist¨®rica, dos grandes hechos acontecieron. Todo cambi¨®. En el golf aterriz¨® Arnold Palmer. Al mismo tiempo, lleg¨® la televisi¨®n. Arnold, el simp¨¢tico, el primer h¨¦roe popular del golf, amado y admirado. Siete grandes, millones de telespectadores y un olfato ¨²nico. Palmer, Arnold, su tup¨¦, su permanente sonrisa y savoir faire, fue el primero en darse cuenta de las enormes posibilidades econ¨®micas que abr¨ªa la televisi¨®n, fue el primero que supo que el golf acabar¨ªa convirtiendo en millonarios a sus practicantes. Palmer, Arnold, su visi¨®n, su olfato, fue el primero que supo canalizar toda esa sabidur¨ªa: a su sombra, con su amigo McCormack, naci¨® IMG, la gran firma de representaci¨®n, en su origen, que se ha convertido en una de las grandes fuerzas del golf mundial. Dinero, dinero, dinero, patrocinadores, patrocinadores, patrocinadores.
Todo lo empez¨® Arnold.
El golf languidec¨ªa. Deb¨ªa luchar de igual a igual con otros deportes para encontrar patrocinadores rumbosos. Peor: desde mediados de los 80 dio por perdida su batalla con el baloncesto. Hab¨ªa nacido Michael Jordan. S¨®lo hab¨ªa c¨¢maras y dinero para un deporte. Hasta hace un par de a?os. Fruto de una necesidad ¨²nica, lleg¨® una soluci¨®n ¨²nica: de repente, sobre el sediento mundo del golf, un deporte al que le envejec¨ªan las estrellas, en el que los aficionados se convert¨ªan en nost¨¢lgicos, clase media, media edad, habla que te habla de Nicklaus y de Watson, los dos arrugados y a punto de jubilarse, llovi¨® un jugador joven y ¨²nico, Michael Jordan con un palo en una mano, una bolita en la otra, y una sonrisa de oreja a oreja en la boca, es decir, Tiger Woods. A su sombra, IMG. La empresa creada para Palmer consegu¨ªa, tras dura pugna, hacerse con el Tigre. La joya de su establo. IMG ya no es lo que era. Es mucho m¨¢s. Una multinacional basada en Cleveland (Ohio) que dise?a, construye, posee y mantiene campos de golf; una empresa que tambi¨¦n juega al tenis, al f¨²tbol y a cualquier deporte que entre en el tri¨¢ngulo m¨¢gico de televisi¨®n-patrocinio-espect¨¢culo; un grupo due?o de torneos de golf, que organiza, produce y retransmite desde Europa para todo el mundo. Un clan due?o de deportistas, due?o de Woods, de Montgomerie, de Duval, de Singh y de Parnevik. Dinero, dinero, dinero. Patrocinios, patrocinios, patrocinios.
Miles de millones. C¨¢lculos conservadores hablan de que Woods, que actualmente percibe unos 50 millones de d¨®lares por temporada s¨®lo de sus patrocinadores principales (Nike, Buick, American Express) y que roza ya los 24 millones de d¨®lares en ganancias en sus cuatro a?os en el circuito, habr¨¢ alcanzado a ganar 1.000 millones de d¨®lares (200.000 millones de pesetas, el doble de lo que gan¨® Michael Jordan en su carrera) cuando se retire. C¨¢lculos arriesgados hablan de un bill¨®n de pesetas.
Todo cambi¨® con Tiger.
Cuando el Tigre se hizo socio del circuito, a finales de 1996, hab¨ªa 60 millones de d¨®lares (unos 12.000 millones de pesetas) destinados a premios. La temporada que ha terminado, la 2000, el PGA Tour ha repartido pr¨¢cticamente el triple: 160 millones de d¨®lares (unos 32.000 millones de pesetas). La gente que lleva el circuito, dirigida por el comisario Tim Finchem, negoci¨®, tras la victoria de Tiger Woods en Augusta (1997), la venta de los derechos televisivos: 500 millones de d¨®lares (unos 100.000 millones de pesetas) por cuatro a?os.
El a?o que viene empezar¨¢ a negociarse el siguiente contrato cuatrienal. Tiger, su gente, IMG, ya han advertido: dado que con Woods las audiencias aumentan un 40%, y se duplican cuando est¨¢ entre los l¨ªderes, creemos que no estar¨ªa mal que se pensara en alguna forma de tener esos datos en cuenta durante la negociaci¨®n; no, no estar¨ªa mal que recordarais lo bien que se le dan a IMG las cuestiones televisivas, y tambi¨¦n lo referente a derechos de imagen, etc¨¦tera.
?Y si no? Bueno, nada es eterno. Una pregunta: ?Necesita m¨¢s Woods al circuito americano o viceversa? ?Ha hablado alguien de un posible Circuito del Tigre? ?S¨ª?
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