Gore promete no prolongar la batalla por la Casa Blanca "durante semanas y meses"
Al Gore promete no prolongar la batalla por la Casa Blanca "durante semanas y meses", seg¨²n declar¨® ayer Warren Christopher, su apoderado en el contencioso de Florida. En forma de manifestaciones callejeras en varias ciudades y m¨²ltiples llamamientos de l¨ªderes pol¨ªticos y analistas prestigiosos, un clamor se levant¨® ayer en EE UU para pedir que el futuro de la presidencia salga pronto del limbo. Gore, el candidato que discute los resultados provisionales de Florida, respondi¨® afirmando, a trav¨¦s de Christopher, que el asunto debe resolverse "en cuesti¨®n de d¨ªas".
En una comparecencia en la cadena de televisi¨®n NBC, el dem¨®crata Christopher, ex secretario de Estado, neg¨® con vehemencia que el plan de Gore sea prolongar la agon¨ªa de Florida hasta que se re¨²na en Washington el Colegio Electoral, el 18 de diciembre. Si en esa fecha prosigue la pol¨¦mica en Florida, los 25 compromisarios de ese Estado podr¨ªan no estar representados en el Colegio Electoral. Eso dar¨ªa la ventaja a Gore. Pero Christopher respondi¨® as¨ª a esa sospecha: "?Absolutamente, no! No queremos un retraso largo. Estamos hablando de una cuesti¨®n de d¨ªas, no de semanas ni meses".La negativa no fue convincente porque Chistopher dej¨® la puerta abierta a la posibilidad de que Gore emprenda acciones judiciales. "Estamos considerando la posibilidad de presentar una demanda, pero todav¨ªa no hemos tomado una decisi¨®n", dijo. Christopher defendi¨® que se efect¨²en nuevos recuentos a mano en varios condados de Florida, empezando por Palm Beach, algo a lo que se opone Bush. El candidato republicano, al que dos escrutinios mec¨¢nicos han dado como vencedor en ese Estado, present¨® el s¨¢bado una demanda ante un tribunal para que se paralice el recuento manual. El juez federal Donnal Middlebrooks, nombrado por Clinton, comenzar¨¢ a estudiarla hoy.
La experiencia del recuento parcial a mano efectuado en Palm Beach en la noche del s¨¢bado fue esgrimida ayer por los republicanos como un ejemplo de que este procedimiento est¨¢ abierto a la subjetividad partidista. En ese condado, como en muchos otros lugares de EE UU, las papeletas est¨¢n dise?adas para ser agujereadas por los ciudadanos y contabilizadas mec¨¢nicamente. El experimento del s¨¢bado en Palm Beach se transform¨® en un penoso espect¨¢culo de apoderados intentando ver al trasluz si las papeletas estaban o no pinchadas y frecuentes disputas entre los de uno y otro partido sobre cu¨¢l hab¨ªa sido la intenci¨®n del an¨®nimo votante. No obstante, ese condado decidi¨® ayer extender el sistema manual a sus m¨¢s de 400.000 votos.
Christopher se declar¨® consciente de que si Palm Beach concluye con un cambio de la mayor¨ªa en Florida favorable a Gore, Bush podr¨ªa exigir un recuento a mano de todos los votos de ese Estado, y tambi¨¦n exigir nuevos escrutinios en Estados como Nuevo M¨¦xico, Oreg¨®n y Wisconsin, donde las mayor¨ªas provisionales son muy cortas. "No nos opondr¨ªamos", dijo, "si se act¨²a conforme a las reglas de cada Estado".
La perspectiva de una larga crisis constitucional y la imagen bananera ofrecida por EE UU llevaban ayer a analistas y pol¨ªticos a pedir que estas elecciones no se solventen en una larga batalla de tribunales. El l¨ªmite de la paciencia, advirti¨® The New York Times, ser¨¢ el pr¨®ximo fin de semana. "Cuando las autoridades de Florida terminen su escrutinio, incluidos los votos por correo, el pr¨®ximo viernes, los candidatos deber¨ªan aceptarlos", declar¨® el ex congresista dem¨®crata Lee Hamilton. "Ningunas elecciones son perfectas", a?adi¨® Hamilton, en alusi¨®n a la larga tradici¨®n estadounidense de chapuzas, irregularidades y fraudes.
La impaciencia popular comenz¨® a traducirse en peque?as manifestaciones en Atlanta, San Francisco, Denver, Providence y otras ciudades. A los estadounidenses no les gustan los empates, y ¨¦sa es una de las razones por las que el f¨²tbol no acaba de cuajar aqu¨ª como deporte de masas. En la psicolog¨ªa estadounidense est¨¢ anclada la idea de que todo, incluidas las elecciones, debe terminar con un ganador, y el perdedor, aunque sea injustamente y por poco, debe aceptar su derrota. A diferencia de Europa, este pa¨ªs no contempla la posibilidad de gobiernos de coalici¨®n.
Pol¨ªticos muy respetados se?alaron que uno de los candidatos tendr¨¢ que adoptar el pr¨®ximo fin de semana una decisi¨®n heroica y conceder la victoria a su rival. "El que gane", se?al¨® Daniel Patrick Moynihan, el senador dem¨®crata cuyo esca?o neoyorquino ha conquistado Hillary Clinton, "tendr¨¢ cuatro a?os en la Casa Blanca y el que pierda tendr¨¢ cuatro a?os para prepararse para otra batalla presidencial".
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