Ciudad abierta

Acabo de leer una entrevista a Jorge Valdano en la que confiesa estar encantado en Madrid, porque es, entre otras razones, una ciudad abierta. Coincido plenamente con ¨¦l. Me gustan muchas cosas de mi ciudad, al igual que otras me parecen insufribles. Pero, sin dudarlo, creo que la mayor virtud de la capital es lo que para otros supone un defecto: la falta de ra¨ªces de sus habitantes y el escaso apego a su ciudad. No s¨¦ cu¨¢les son las estad¨ªsticas exactas, pero m¨¢s de la mitad de los madrile?os han nacido fuera de la ciudad o lo han hecho sus padres. Por esta raz¨®n, nadie es m¨¢s de Madrid que ning¨²n otro, y pocos pueden decir que se sienten extra?os en ella. En mi anterior trabajo hab¨ªa gente de A Coru?a, Segovia, Asturias, Bilbao y Barcelona. Tambi¨¦n vinieron extranjeros: italianos, escandinavos, ingleses, etc¨¦tera. Unos ya son residentes y se consideran madrile?os y otros s¨®lo residen temporalmente, pero ven esta ciudad como su segunda casa. Para m¨ª fue una situaci¨®n muy positiva convivir con gente con unas culturas tan diferentes.Quiero decir con todo lo anterior que la mezcla y el mestizaje son unas circunstancias que enriquecen a las sociedades y que el aprecio a nuestra tierra es bueno s¨®lo si no nos hace pensar que los de fuera son peores.

Seguir hablando hoy en d¨ªa, a las puertas de un nuevo milenio, de nuestra raza, de nuestra sangre y de nuestro ombligo sigue siendo un anacronismo que nos devuelve a la tribu y a la caverna.- C¨¦sar Chiva de Agust¨ªn. Madrid.