No desandar lo andado
Las decisiones de los jueces de Vitoria han devuelto el debate sobre los jugadores comunitarios B al plano estrictamente jur¨ªdico. Fue una decisi¨®n jur¨ªdica de la Asociaci¨®n de Clubes de Baloncesto (ACB) la que el 13 de octubre fue bruscamente trasladada a la arena del debate pol¨ªtico. El pronunciamiento de la autoridad judicial no puede ser m¨¢s claro: la ACB aplic¨® los convenios internacionales suscritos por el Estado espa?ol sin necesidad de que nadie le autorizara para ello porque estos tratados son normas jur¨ªdicas de aplicaci¨®n directa.Resituados en el terreno del que nunca debimos salir, los nuevos pronunciamientos se suman a los precedentes judiciales en cuestiones trascendentales, como son:
a) La naturaleza privada de las Federaciones y las Ligas, de acuerdo con la doctrina del Tribunal Constitucional.
b) La no necesidad de acudir al Tribunal de Luxemburgo por cuanto la aplicabilidad del derecho comunitario no plantea dudas.
c) El derecho de los trabajadores que se deriva de los tratados comunitarios s¨®lo puede ser interpretado por los jueces y tribunales, no por la Administraci¨®n.
Hay que valorar la importancia de este contundente posicionamiento teniendo en cuenta que las defensas jur¨ªdicas de todas las partes contrarias a la ACB y a los jugadores, es decir, la Federaci¨®n Espa?ola de Baloncesto (FEB), la Asociaci¨®n de Baloncestistas Profesionales (ABP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), se han limitado a instalar un campo de minas en forma de obst¨¢culos y excepciones dentro del procedimiento judicial con el ¨²nico objeto de alargar en el tiempo el resultado final de una sentencia que obviamente no desean.
La reacci¨®n a las resoluciones judiciales contin¨²a en la l¨ªnea de negarse a afrontar la realidad cuando federativos y sindicalistas advierten de que hay pronunciamientos contradictorios. Pero ello no es cierto, como saben bien los propios defensores de la tesis. En primer lugar, porque, a diferencia del baloncesto, ni el juez del caso del futbolista ruso del Oviedo ni el del balonmanista tunecino del Ciudad Real hicieron valoraciones sobre el fondo del litigio, limit¨¢ndose a no aceptar las demandas por problemas formales. Y en segundo, porque nos referimos a pa¨ªses y convenios distintos. No siendo, pues, casos iguales, es imposible que exista contradicci¨®n.
En cambio, la realidad tangible la constituye una pluralidad de resoluciones judiciales ejecutivas, la posici¨®n de todos los fiscales intervinientes en los distintos procedimientos, comunicaciones de comisarios de la UE, y todos ellos concluyen que no puede haber discriminaci¨®n para los trabajadores de los pa¨ªses con convenio cuando est¨¦n legalmente en Espa?a y que denegar a ¨¦stos la licencia deportiva supondr¨ªa lesionar un derecho fundamental.
En mi opini¨®n, la FEB, que empez¨® asumiendo un sorprendente papel de mediadora entre las partes al tiempo que era la responsable del conflicto al interponer el recurso ante el CSD, deber¨ªa asumir que la defensa del baloncesto no se identifica s¨®lo con los intereses de los jugadores, sino con el resto de los sujetos que la integran, entre los cuales los clubes son una parte esencial. Y la ABP deber¨ªa intentar asumir que la competencia siempre es buena y que s¨®lo el mediocre la teme, al tiempo que hay todav¨ªa muchas otras cuestiones en las que puede defender los leg¨ªtimos intereses de sus afiliados.
Cuando se dice que la oposici¨®n frontal a la aceptaci¨®n de estos jugadores se basa en evitar el desastre que supondr¨ªa su equiparaci¨®n a los comunitarios tan s¨®lo hay que recordar, y tambi¨¦n asumir, que la pr¨®xima ampliaci¨®n de la UE har¨¢ innecesaria esta discusi¨®n porque son estos pa¨ªses precisamente los candidatos al ingreso.
Desde esta perspectiva se antoja m¨¢s ¨²til ir trabajando teniendo en cuenta un futuro cuyo dise?o est¨¢ m¨¢s que anunciado y definir los objetivos y el papel de cada uno en el sistema deportivo: la autonom¨ªa del deporte profesional, la solidaridad con el deporte de formaci¨®n, el sometimiento a los principios del derecho son, sin duda, algunos de los par¨¢metros del futuro. No parece probable que un deporte cada vez m¨¢s profesional desande lo andado, de la misma manera que no es hoy cre¨ªble un retorno a las econom¨ªas de escala local..
Jordi Bertomeu es director ejecutivo de la Euroliga de baloncesto
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