La jungla
Diario de a bordo. Domingo, 12 a las 17 horas. Estamos en Valencia, concretamente en los alrededores del Mestalla. Con mucha dificultad, intenta abrirse paso una ambulancia, aullando camino del Hospital Cl¨ªnico. Las masas enfervorizadas se dirigen al estadio. Cientos de amantes del ejercicio realizado por piernas ajenas procuran no desgastar demasiado las suyas, y luchan por acercar el coche hasta las mismas gradas. Decepcionados, abandonan la m¨¢quina sobre aceras y carril-bici, que quedan totalmente bloqueados. A los pedaleantes, un grupo con ni?os y no precisamente amantes de los deportes de riesgo, nos quedan s¨®lo las siguientes opciones: la suicida de adentrarse en la vor¨¢gine de la calzada, la homicida de seguir sobre ruedas atropellando peatones, o la resignada y claudicante de poner pie a tierra y dejar atr¨¢s cuanto antes a la marabunta. En la confluencia entre las avenidas de Blasco Ib¨¢?ez y de Arag¨®n, dos polic¨ªas municipales miran de reojo hacia la selva mientras charlan relajadamente. Nos atrevemos a importunarles y se produce el siguiente di¨¢logo:Ciudadana (educada, pero firme): Buenas tardes. Supongo que han visto ustedes lo que ocurre, y que van a hacer algo respecto a todos estos coches...
Guardia (r¨¢pido de reflejos, con autoridad): Pues supone mal.
C. (asombrada): ?Quiere decir que es correcto que est¨¦n ah¨ª aparcados, molestando a todos los dem¨¢s, que no se puede hacer nada por evitarlo y que no merecen siquiera una denuncia?
G. (de cachondeo): Yo no he dicho que sea legal.
C. (estupefacta): Pero s¨ª que no piensa hacer nada.
G. (contundente y fastidiado): Es que yo no estoy aqu¨ª para eso, sino para dirigir el tr¨¢fico.
Pensamiento profundo del d¨ªa: "Todos los valencianos somos iguales ante la ley de la jungla."
Carta pendiente: "Estimado concejal, le comunico que el jueves acudir¨¦ al cine con mi coche, y que dadas las dificultades que se presentan para estacionar en el centro, no tendr¨¦ m¨¢s remedio que dejarlo en la puerta del Ayuntamiento. Conf¨ªo en que para entonces todos los guardias sigan muy ocupados organizando la circulaci¨®n".
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