Trist¨¢n, destinado a la pol¨¦mica
En la convocatoria de Jos¨¦ Antonio Camacho falta Diego Trist¨¢n, delantero que provoca el debate all¨¢ donde va. Con apenas dos a?os de experiencia en la Primera Divisi¨®n, est¨¢ destinado a la pol¨¦mica. Se sabe que es un jugador de primera l¨ªnea, pero a su alrededor circulan demasiados prejuicios. El Real Madrid no se atrevi¨® a ficharlo este verano, despu¨¦s del acuerdo alcanzado por el ex presidente Lorenzo Sanz con el jugador. Preso de cierta mentalidad jesu¨ªtica, el Madrid atendi¨® a los consejos que alertaban sobre cierta dejadez de Trist¨¢n en sus obligaciones como profesional. Tres meses m¨¢s tarde, se ha instalado como titular en el Deportivo. Con ¨¦xito. Seis goles, algunos de ellos de delantero car¨ªsimo.Los prejuicios con Trist¨¢n son de diversos ¨®rdenes. Algunos entrenadores le ven como un futbolista inconstante, con tendencia a la melancol¨ªa, poco dispuesto a batirse en la presi¨®n a los defensas. A veces da la impresi¨®n de que los partidos pasan a su lado sin que haga nada por subirse al tren. No es un jugador populista, ahora que la demagogia vende tanto en los estadios. Trist¨¢n es Trist¨¢n. No enga?a a nadie. Se le toma o se le deja.
De sus espl¨¦ndidas condiciones no hay duda. Probablemente no hay un delantero en Espa?a con m¨¢s clase, si por eso se entiende la capacidad para sorprender a los defensas, para golpear la pelota con una pureza asombrosa, para actuar en el ¨¢rea con la frialdad de los grandes. Por su f¨ªsico puede recordar al holand¨¦s Van Basten. Delantero alto, grande, apropiado para jugar de espaldas a la porter¨ªa, sin que ello suponga colocarle como hombre diana, a la manera de Urzaiz. Sus recursos t¨¦cnicos resultan abrumadores, lo mismo que su ingenio. Generalmente, encuentra soluciones inesperadas a problemas de gran dificultad.
Si por su f¨ªsico recuerda a un jugador del corte de Van Basten -otro delantero que hizo un arte de la originalidad-, por su actitud recuerda al brasile?o Romario. El mismo aire indiferente, la misma alergia para perseguir a los rivales, la misma necesidad de pedir la pelota al pie, el desafecto por eso que se llama juego sin bal¨®n. La clase de delantero que anima a la preocupaci¨®n en los entrenadores de hoy.
Sin embargo, la categor¨ªa de Diego Trist¨¢n parece indiscutible. Con 24 a?os, est¨¢ en disposici¨®n de hacerse con la titularidad en la selecci¨®n espa?ola. O de pelearla con Morientes, al que supera en recursos t¨¦nicos, pero cede ventaja en la intensidad de su juego.
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