Las m¨¢s bellas siglas ERNEST BENACH I PASCUAL
Con este art¨ªculo, el autor sale al paso de otro anterior del profesor Miquel Caminal en el que criticaba a Esquerra Republicana por olvidarse de IC-V en su estrategia pol¨ªtica
Bajo la bonita expresi¨®n del t¨ªtulo, el profesor Miquel Caminal dedicaba hace unas semanas en EL PA?S unas cuantas frases, no tan cari?osas como la dedicatoria, llenas de aquellos t¨®picos que, de tan escuchados, no cabe ni plantearse la posibilidad de tomarlos en consideraci¨®n. Parece extra?o que en determinadas mentalidades todav¨ªa cueste admitir que ERC ya hace tiempo que cort¨® el cord¨®n umbilical con Converg¨¨ncia i Uni¨®. La ERC actual es precisamente un partido que da coherencia a sus siglas. Tambi¨¦n parece extra?o que todav¨ªa hoy sea necesario cuestionar a ERC para salvaguardar la esencia de izquierdas de otros partidos y/o personas, se llamen IC-V o Maragall.Los proyectos pol¨ªticos de cada partido tienen que garantizarse, tienen que apoyarse y que edificarse a partir de las ideas que defienden y tambi¨¦n desde sus obras y acciones de gobierno o desde sus propuestas pol¨ªticas, hechas leg¨ªtimamente desde la oposici¨®n. Son necesarias, por tanto, algunas observaciones sobre las bellas siglas de ERC, y m¨¢s sobre las consecuencias de la existencia de estas siglas.
Teniendo en cuenta que el autor del art¨ªculo aludido no discute las tesis y la pr¨¢ctica soberanista de ERC, nos centraremos en los otros dos conceptos que menciona: rep¨²blica e izquierda. Por cierto, resulta curioso ver c¨®mo las cr¨ªticas a ERC por falta de soberanismo vienen del otro lado cuando el partido se integra en alguna iniciativa conjunta con las otras fuerzas de izquierda, y paradigma de eso fueron los feroces ataques a ERC por su participaci¨®n en la candidatura unitaria de las izquierdas catalanas al senado en forma de Entesa Catalana de Progr¨¦s. Estos ataques vienen precisamente de parte de aquellos que, a la hora de la verdad y cuando era posible empezar a plantear bases de gobierno en Catalu?a sin ning¨²n tipo de dependencia del Partido Popular -hasta el momento el partido m¨¢s de derechas y m¨¢s espa?olista que hay en nuestro universo pol¨ªtico-, nos han cerrado la puerta en las narices, con malas formas y peores maneras. ?En nombre de qu¨¦ o de qui¨¦n? Por ahora, todav¨ªa es un misterio.
Pero volvamos a la rep¨²blica.Es francamente decepcionante observar, ver y leer lo mucho que cuesta reconocer que si alguien ha mantenido hasta nuestros d¨ªas la llama republicana en nuestro pa¨ªs ha sido ¨²nica y exclusivamente ERC.
Un republicanismo que mira al siglo XXI, moderno, considerado como una forma de Estado que por encima de privilegios personales y/o pol¨ªticos actualiza aquella m¨¢xima republicana de libertad, igualdad y fraternidad, pero con conceptos de nuestra ¨¦poca: libertad individual y tambi¨¦n colectiva, solidaridad y progreso para todo el mundo.
?Qui¨¦n ha mantenido hasta hoy la memoria del presidente Companys, ejemplo de republicanismo, y lo ha hecho adem¨¢s en los momentos m¨¢s dif¨ªciles y contra corriente? S¨®lo ERC, aunque ahora al presidente m¨¢rtir y militante de ERC le salgan muchas novias pol¨ªticas. Y en el terreno de la pr¨¢ctica pol¨ªtica, ?qui¨¦n ha planteado y defendido en el Parlament de Catalunya y en otras instituciones iniciativas republicanas con el claro prop¨®sito de demostrar que hay otras maneras de entender el Estado y la forma de gobernar? ?Qui¨¦n, si no ERC, ha defendido la necesidad de poder convocar consultas tanto en el ¨¢mbito general [Generalitat] como en el local [ayuntamientos]?
?Qui¨¦n ha presentado iniciativas para favorecer la participaci¨®n ciudadana en todos los niveles? ?Qui¨¦n ha mantenido la coherencia al tratar iniciativas legislativas populares sin desvirtuar su contenido? ?Qui¨¦n, precisamente, ha planteado la reforma de la ley que regula las iniciativas legislativas populares al considerar que no da suficientes garant¨ªas de transparencia y que todav¨ªa dificulta la participaci¨®n ciudadana? Sin duda ERC, amparada bajo sus bellas siglas. ?Y qui¨¦n se obstina en mantener y reconocer la monarqu¨ªa actual, sistema caduco y pasado de moda, en vez de apostar por un sistema de gobierno moderno y con futuro? Pues determinadas izquierdas, pero no Esquerra Republicana de Catalunya.
Es a la vista de todo esto cuando no se entienden art¨ªculos como el de Miquel Caminal. Esa obsesi¨®n enfermiza en hablar de matrimonio mal avenido en CiU y de dar sentidos equ¨ªvocos al concepto nacionalista es francamente preocupante, sobre todo cuando proviene de la te¨®rica izquierda. Porque, en definitiva, la izquierda no gobernar¨¢ nunca la Generalitat si no empieza a asumir precisamente ese nacionalismo que tanta verg¨¹enza le da. Y es aqu¨ª donde ERC tiene que desempe?ar un papel clave en el futuro m¨¢s inmediato.
Hablemos claro, ?qui¨¦n se ha atrevido a poner sobre la mesa conceptos como el de espacio social catal¨¢n, una f¨®rmula nueva, diferenciada y justa para resolver los graves problemas sociales de aqu¨ª? ?Y qui¨¦n ha impulsado pol¨ªticas de cooperaci¨®n y de solidaridad, tanto en Catalu?a como con otros pa¨ªses? ?Y qui¨¦n ha desarrollado un discurso medioambiental coherente, sin ning¨²n tipo de condicionantes, con posicionamientos claros como, por ejemplo, la oposici¨®n al Plan Hidrol¨®gico Nacional o al trasvase de agua del r¨ªo Ebro? ?Y qui¨¦n ha propuesto la necesidad urgente de revisar y potenciar determinadas infraestructuras absolutamente necesarias para el desarrollo sostenible y sostenido de nuestro pa¨ªs? Y, ya puestos, ?qui¨¦n ha planteado la necesidad de hacer pol¨ªticas reales de equilibrio territorial y de inversi¨®n en el territorio? Pues no todo el mundo, pero s¨ª lo ha hecho Esquerra Republicana de Catalunya, bellas siglas, pero, sobre todo, una alternativa real de futuro.
Ernest Benach i Pascual es diputado y vicesecretario general de ERC.
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