La decisi¨®n del Supremo bloquea los planes de Bush de declararse hoy presidente de EE UU
Al Gore se felicit¨® anoche por la intervenci¨®n de urgencia del Tribunal Supremo de Florida, que evit¨® que EE UU se viera abocado hoy al abismo de una crisis institucional sin precedentes. Antes de que el Supremo prohibiera a las autoridades pol¨ªticas de Florida proclamar hoy sus resultados definitivos, todo estaba en pie para un gui¨®n de pesadilla. George Bush se preparaba para declararse presidente electo de EE UU, si esos resultados, como esperaba, le eran favorables. Gore adelantaba que no aceptar¨ªa la derrota y que combatir¨ªa a Bush en las arenas de la opini¨®n p¨²blica y los juzgados.
Una sensaci¨®n de alivio recorr¨ªa anoche los c¨ªrculos pol¨ªticos moderados de Washington. Se hab¨ªa evitado o aplazado lo peor. Los dem¨®cratas felicitaban al Supremo de Florida por haberle ahorrado a Gore el mal papel que tendr¨ªa que haber desempe?ado hoy: el de un candidato en rebeld¨ªa frente a unos resultados oficiales. Pero republicanos templados tambi¨¦n agradec¨ªan el que la intervenci¨®n del Supremo le evitara a Bush el previsto y arriesgado malabarismo de proclamarse vencedor sin el asentimiento de su rival y con muchos flecos pendientes en Florida.Una vez m¨¢s, Gore le gan¨® la mano a Bush en rapidez de comparecencia ante la naci¨®n. En el p¨®rtico de su residencia oficial de vicepresidente, calific¨® de "importante"" la orden del Supremo. "Ni Bush, ni la secretaria de Estado de Florida ni yo somos los ¨¢rbitros de estas elecciones; deben ser decididas por la voluntad del pueblo expresada bajo la primac¨ªa de la ley", dijo el satisfecho aspirante dem¨®crata a la Casa Blanca.
Las espadas segu¨ªan en alto, pero sin verse obligadas a descargar hoy sus golpes. Sin que nadie lo hubiera pedido, por inteligencia de sus componentes, el Supremo de Florida prohibi¨® a Katherine Harris, la secretaria de Estado, anunciar hoy los resultados, tras haber contabilizado los votos por correo pero sin esperar a los recuentos manuales puestos en marcha por los dem¨®cratas en algunos condados. Los magistrados no se pronunciaron sobre el fondo del asunto: la validez de los escrutinios selectivos a mano. Empezar¨¢n a escuchar argumentos a partir de la tarde del lunes.
La noche electoral m¨¢s larga de la historia norteamericana contin¨²a. Bush deseaba terminarla hoy. Hasta que intervino el Supremo, el gobernador de Tejas, seg¨²n inform¨® ayer Dick Cheney, su candidato a la vicepresidencia, planeaba declararse hoy el sucesor de Bill Clinton a partir del 20 de enero. Siempre y cuando, como cab¨ªa esperar, su correligionaria Harris le diera por vencedor de Florida y sus 25 compromisarios en el Colegio Electoral. Con esos 25 compromisarios Bush dispondr¨ªa ya de 271, los necesarios para ocupar la Casa Blanca.
Gore no ten¨ªa la menor intenci¨®n de rendirse. El candidato dem¨®crata, seg¨²n adelant¨® Warren Christopher, pensaba emprender "todas las acciones legales a su alcance" para que la certificaci¨®n de resultados de Harris fuera "considerada irrelevante o nula". La jornada fue, como todas desde el 7 de noviembre, larga, trepidante y llena de sorpresas. Comenz¨® muy bien para Bush, cuando recibi¨® respaldo legal y una fuerte inyecci¨®n de moral del juez Terry Lewis. Este magistrado dem¨®crata sentenci¨® que la republicana Harris actu¨® correctamente al dar por cerrado el martes el escrutinio en Florida, tras dos recuentos mec¨¢nicos y a falta de celebrarse los manuales solicitados por los dem¨®cratas en Palm Beach y otros condados.
El martes, Harris se?al¨® que los resultados provisionales conced¨ªan a Bush una ventaja de 300 papeletas sobre unos seis millones emitidas en Florida. El plazo para contabilizar los recibidos por correo venci¨® la pasada medianoche (las seis de la ma?ana de hoy, hora peninsular espa?ola). Seg¨²n las primeras proyecciones de Associated Press, los votos por correo incrementaban en algunas decenas la delantera del gobernador de Tejas. As¨ª que, tal y como hab¨ªa anunciado, Harris pensaba anunciar hoy los resultados finales en Florida.
En una carrera contrarreloj, los dem¨®cratas presentaron ayer una apelaci¨®n ante el Supremo de Florida para que se pronunciara sobre la decisi¨®n del juez Lewis. Este organismo no lo hizo anoche, pero par¨® el juego. Gore, a trav¨¦s de Christopher, hab¨ªa advertido a Harris de los riesgos de proclamar hoy un ganador en Florida sin esperar a que el Supremo estudie el caso. Los resultados oficiales que pudiera facilitar, se?al¨® Christopher, podr¨ªan ser declarados nulos posteriormente. El apoderado de Gore tambi¨¦n previno a Bush contra el peligro de que hoy se declarara presidente electo y luego se descubriera que Gore gan¨® en Florida.
El c¨¢lculo de Bush era que una mayor¨ªa de norteamericanos dar¨ªan por cerrada la salvaje batalla por la Casa Blanca al ver hoy en sus televisores a Harris anunciando resultados oficiales.
Diez d¨ªas a remolque de Gore
Para preservar sus respectivas im¨¢genes de presidenciables, Al Gore y George Bush han intervenido p¨²blicamente muy poco en los 10 d¨ªas que ya duraba ayer la noche electoral m¨¢s larga de la historia de EE UU. Tras fracasar en su Estado de Tennessee, Gore regres¨® pronto a Washington y, por ausencia de Bill Clinton, de gira por Vietnam, se hizo cargo de sus tareas de vicepresidente. Desde el 7 de noviembre, ha emitido cuatro declaraciones, la ¨²ltima anoche. Bush se recluy¨® de inmediato en su rancho de Tejas, donde no mira la televisi¨®n, no lee los peri¨®dicos y s¨®lo ha hablado dos veces.
Los dos candidatos han sido criticados por l¨ªderes moderados de sus partidos y editoriales period¨ªsticos por parapetarse tras una muralla de abogados y asesores electorales y dejar que ¨¦stos suban minuto a minuto el nivel de crispaci¨®n. Sensible a esas cr¨ªticas, Gore realiz¨® en la noche del pasado mi¨¦rcoles, en horario de m¨¢xima audiencia, una h¨¢bil maniobra al comparecer ante la televisi¨®n y emitir una declaraci¨®n en la que propon¨ªa un recuento manual en toda Florida y una entrevista personal con Bush.
La batalla de las relaciones p¨²blicas es decisiva en este pulso, y Gore ten¨ªa ayer la ventaja. La segunda comparecencia de Gore hab¨ªa sido al mediod¨ªa del pasado lunes, para pedir "paciencia mientras se cuenta cada voto de forma precisa". La primera, en la ma?ana del d¨ªa 8, a¨²n en Nashville, para garantizar que respetaba el procedimiento de elecci¨®n a trav¨¦s del Colegio Electoral.
Bush va a remolque. Cometi¨® un error inicial al informar, el d¨ªa 10, de que comenzaba el dise?o de su Gobierno. Aunque no lleg¨® a proclamarse ganador en aquella comparecencia en la oficina del gobernador de Tejas, en Austin, Bush transmiti¨® una mala se?al de apresuramiento. Su segunda aparici¨®n, en la noche del mi¨¦rcoles, fue forzada por la iniciativa de Gore. Rechaz¨® las ofertas de Gore y pidi¨® que el proceso de Florida tuviera "un punto final". Su deseo hubiera sido que ¨¦ste llegara hoy, con su victoria oficial.
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