La ignorancia sell¨® el destino de Melva
La historia de Felicitas Melva Canar Camacho, de 24 a?os, muestra un caso extremo de un inmigrante en situaci¨®n irregular en el que el miedo y la ignorancia vencen a la raz¨®n. Melva lleg¨® a Madrid hace seis meses con una peque?a maleta y un feto de tres meses en el vientre. Pas¨® la aduana de Barajas con el pasaporte ecuatoriano y el visado de turista, con el que s¨®lo pod¨ªa permanecer en Espa?a tres meses. Ahora est¨¢ ingresada por orden del juez en la c¨¢rcel de mujeres de Soto del Real. Melva tuvo a su beb¨¦ en el Retiro, sola y sin asistencia m¨¦dica. Tras el parto, meti¨® a la peque?a en una bolsa, la arroj¨® en unos arbustos y huy¨®. Horas despu¨¦s, Melva fue a un centro sanitario para que la atendieran por un desgarro vaginal. Los m¨¦dicos alertaron a la polic¨ªa de su ingreso y, tras horas de dar pistas falsas, confes¨® d¨®nde hab¨ªa abandonado al beb¨¦. Los agentes encontraron el peque?o cad¨¢ver cuando ya era demasiado tarde.En Ecuador, Melva viv¨ªa con sus seis hermanos -ella es la menor- en la localidad de Loja, dentro de la provincia del mismo nombre. en la sierra del sur de Ecuador. Su habitantes susbsisten cultivando peque?os huertos de sol a sol para arrancarle a la tierra su alimento diario. En Loja apenas quedan j¨®venes. Muchos emigran a Quito, la capital del pa¨ªs, otros prueban suerte m¨¢s lejos, en Espa?a.
Melva, que apenas sabe leer ni escribir, lleg¨® a Madrid a casa de su prima, el ¨²nico contacto que ten¨ªa en la ciudad. Ella la ayud¨® a encontrar empleo y amistades. Melva sol¨ªa pasar los domingos en el Retiro con sus compatriotas.
Eso s¨ª, se cuidaba mucho de que nadie, ni siquiera su prima y el marido de ¨¦sta, advirtieran su embarazo. Escond¨ªa los kilos de m¨¢s bajo ropas amplias. Y aguant¨® hasta que, el pasado s¨¢bado, al noveno mes de embarazo, rompi¨® aguas. Viajaba en el metro con un amigo, al que acompa?aba a ver un piso, seg¨²n explicaron fuentes del caso. Pero not¨® que las contracciones se hac¨ªan cada vez m¨¢s cortas. Entonces le dijo a su acompa?ante que ten¨ªa una cosa importante que hacer y sali¨® del metro.
Encamin¨® sus pasos a una iglesia situada junto al Retiro. "Quer¨ªa dar a luz en el templo porque la Iglesia es la ¨²nica instituci¨®n en la que confiaba", explic¨® su abogado,Jos¨¦ Antonio Antoral. No lleg¨®. Busc¨® un rinc¨®n en la zona de la Monta?a Artificial y agachada, pari¨® a su hija. Melva asegura que la abandon¨® porque la peque?a naci¨® muerta, pero el primer informe del forense que examin¨® el cad¨¢ver del beb¨¦ indica que naci¨® con vida. Falta un segundo examen de los pulmones de la ni?a para saber si lleg¨® a respirar en alg¨²n momento.
Melva est¨¢ en prisi¨®n preventiva, pero a¨²n no se le ha imputado delito alguno. "La juez ha antepuesto la presunci¨®n de culpabilidad a la de inocencia, y eso no es la manera adecuada de proceder", se?ala su abogado.
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