Presentes un cuarto de siglo despu¨¦s
Agust¨ªn Zacar¨¦s es alcalde de Albal desde principios de 1975, en que fue designado por el gobernador civil de Valencia Antonio Rueda y S¨¢nchez Malo. Ahora tiene 78 a?os y no agotar¨¢ el mandato, puesto que, en virtud de un pacto, abandonar¨¢ la alcald¨ªa el pr¨®ximo mes de julio en beneficio de Jos¨¦ Vicente Sanchis, del PP. "No porque coincida con nada, sino porque quiero irme", aclara. Para llegar en coche al Ayuntamiento, que se encuentra en la plaza del Caudillo, hay que atravesar la avenida del General Primo de Rivera, que es la principal calle de Albal. El nomencl¨¢tor del callejero de esta industriosa poblaci¨®n de L'Horta Sud, de unos 12.500 habitantes, est¨¢ sembrado de referencias al r¨¦gimen: Falangista Esteve, Jos¨¦ Antonio, Calvo Sotelo, On¨¦simo Redondo, General Sanjurjo, General Mola, General Moscard¨®, ?ngel del Alc¨¢zar... Por la cabeza del alcalde no ha pasado nunca sustituir los nombres de estas calles. "?Por qu¨¦ los tengo que quitar?", se pregunta con un ¨¢pice de indignaci¨®n. "Hay muchos hombres que tienen los sobres de correo impresos con esas direcciones y tendr¨ªan que tirarlos. Los nombres de estas calles no hacen da?o a nadie, ni comen, ni dicen nada. Cuando entr¨¦ yo estaban as¨ª y as¨ª est¨¢n", justifica.Zacar¨¦s considera que ha perdurado tantos a?os al frente del Ayuntamiento porque la gente lo ha votado. Y que el secreto para sobrevivir del franquismo a la democracia ha sido aplicar la misma f¨®rmula: "La honradez". En las primeras elecciones democr¨¢ticas locales de 1979 logr¨® revalidar la alcald¨ªa como independiente; luego lo hizo por Alianza Popular; despu¨¦s, por Uni¨®n Valenciana, y ahora por una agrupaci¨®n cuyo nombre no recuerda sin ayuda: ACV (Alternativa Comunidad Valenciana). "He estado en todos los partidos que hay", bromea. El alcalde se?ala que no es un nost¨¢lgico del general: "S¨®lo creo en lo que creo conveniente, porque el general hizo cosas buenas y malas, como ¨¦stos [el PP] y los socialistas". No se declara franquista "porque Franco ya no vive", y se tiene por "un hombre honrado que sirve al pueblo". Sin embargo, cree que si estuviese Franco, "muchas cosas que pasan no pasar¨ªan". En este lote mete a ETA, los atracos y los navajazos. "En muchos menos a?os de los que yo llevo, otros se han hecho ricos, y sin embargo yo todav¨ªa estoy en el mismo sitio", presume. "No tengo secretaria ni toda esa tonter¨ªa, y en mi despacho entra quien quiere, lo mismo comunistas, anarquistas que gitanos. Y a todos les sirvo igual, porque ¨¦sa es la misi¨®n de un alcalde, ser el criado del pueblo", remata.
Zacar¨¦s no mantiene ning¨²n contacto con otros alcaldes con trayectoria similar a la suya: "No s¨¦ que haya ning¨²n otro". Existen cinco m¨¢s: tres en la provincia de Alicante y dos en la de Castell¨®n. Se trata de los alcaldes de Almudaina, Alcocer de Planes, Rojales, Mont¨¢n y Sant Mateu.
Jos¨¦ Luis Segu¨ª ha cumplido 30 a?os al frente del Ayuntamiento de Almudaina. Es el ¨²nico alcalde que en a?os conocen los vecinos de esta localidad de El Comtat, que s¨®lo supera el centenar de habitantes en los meses de verano.
Con 30 a?os recibi¨® el bast¨®n de mando de manos del gobernador civil de Alicante. Hab¨ªa sido ya concejal, y como presidente de la Hermandad de Almudaina hab¨ªa demostrado que "se le daba bien hablar en p¨²blico". Entre aquella ¨¦poca y la actual cree que s¨®lo ha cambiado el nombre de las instituciones. "Antes de la democracia las ayudas econ¨®micas las conced¨ªa el gobernador civil, y ahora vienen de la Diputaci¨®n o de la Generalitat valenciana", simplifica.
Un a?o m¨¢s veterano en el cargo es el alcalde de Alcocer de Planes, Francisco Prats. En los ¨²ltimos 32 a?os ha pasado de ser alcalde por Falange, a serlo por UCD, por Alianza Popular y el Partido Popular. La "¨²nica diferencia" entre los primeros a?os de gobierno muncipal y la actualidad son "las ayudas econ¨®micas". "Econ¨®micamente, es m¨¢s f¨¢cil gobernar ahora", reconoce, al tiempo que confiesa, como secreto de su ¨¦xito, que la pol¨ªtica le interesa "poco".
El alcalde de Rojales (La Vega Baja), Antonio Mart¨ªnez Garc¨ªa, de 63 a?os, est¨¢ al frente de dicha alcald¨ªa desde principios de 1975. Desde entonces ha sido reelegido ininterrumpidamente en el cargo, en los ¨²ltimos a?os, como la mayor¨ªa de los que comparten su circunstancia, bajo el paraguas del PP. "Soy alcalde por vocaci¨®n, a m¨ª me gusta solventar los problemas de los vecinos de mi pueblo y aspiraciones pol¨ªticas no tengo", asevera.
Las cosas han cambiado mucho en estos 25 a?os al frente de esa poblaci¨®n de 8.000 habitantes. "Antes hab¨ªa escas¨ªsimos medios y personal y unas infraestructuras inadecuadas y el cambio ha sido tremendo para mejor", reflexiona. Mart¨ªnez reconoce que en aquella ¨¦poca "era muy dif¨ªcil afrontar mejoras en el municipio, la Administraci¨®n estaba muy lejana y los recursos eran muy escasos, y aunque se ped¨ªan nunca se consegu¨ªan". En su opini¨®n , "la instauraci¨®n de la Monarqu¨ªa en Espa?a ha sido fundamental y decisiva para la transformaci¨®n y elevar el nivel de vida de todos".
En Mont¨¢n, municipio castellonense de poco m¨¢s de 400 habitantes, sigue gobernando el mismo alcalde que hace 33 a?os, aunque su etapa como concejal se remonta a 1959. Antonio Forn¨¢s fue elegido, a dedo, en 1963. Seg¨²n asegura, para la aceptaci¨®n del cargo le decidi¨®, sobre todo, el hecho de que algunos del pueblo no le tuvieran simpat¨ªa. La cruz de los ca¨ªdos de Mont¨¢n ya fue retirada, al igual que cambiar¨¢, en el caso de que se presente una propuesta formal, el nombre de la plaza de Jos¨¦ Antonio. "La verdad es que ha salido a relucir en varias ocasiones y decidimos que s¨ª, que la cambiar¨ªamos, pero todav¨ªa no hemos hecho nada", mantiene. Forn¨¢s se present¨®, a las primeras elecciones democr¨¢ticas por UCD y en las los ¨²ltimas legislaturas ha encabezado la lista del PP. "Hay que adaptarse a cada momento", dice quien asegura tratar a todo el mundo con la misma vara sin mirar "los colores". Sobre las decisiones que el r¨¦gimen le hac¨ªa adoptar en el municipio mantiene que, en cada momento, "hac¨ªa lo que ten¨ªa que hacer". "Si no les parec¨ªa bien, me pod¨ªan quitar del puesto igual que me hab¨ªan nombrado", se exalta.
Otro de los alcaldes que tambi¨¦n lo fue durante el franquismo es Manuel Ferreres, de Sant Mateu, quien despu¨¦s de casi 20 a?os, se present¨® a unas elecciones, por el PP, en 1991. Ferreres fue nombrado alcalde del municipio en 1967. "Supongo que fue por mi familia, que era de derechas", argumenta como motivo para su elecci¨®n. "Yo ten¨ªa 26 a?os, no me gust¨® la idea, pero no ve¨ªa otra elecci¨®n que decir que s¨ª", a?ade. Sin embargo, Manuel Ferreres s¨®lo aguant¨® hasta 1974, cuando present¨® su dimisi¨®n porque no le parec¨ªan bien "ciertas cosas". "Mis ideas pol¨ªticas no son extremadas y me present¨¦ por el PP porque era la l¨ªnea me gustaba m¨¢s", fundamenta.
Este reportaje ha sido elaborado con informaciones de
Los s¨ªmbolos de la dictadura persisten a pesar de los a?os
Un cuarto de siglo despu¨¦s de la muerte del dictador todav¨ªa quedan muestras expl¨ªcitas de la dictadura en los municipios de la Comunidad Valenciana. Las huellas m¨¢s comunes son los nombres de las calles y plazas, as¨ª como algunos bustos erigidos al dictador en poblaciones como Albal. La correspondencia llega su destinatario aunque los nombres de las calles sean General¨ªsimo o Jos¨¦ Antonio y otros nombres relacionados con personalidades y militares del bando insurrecto.En la ciudad de Alicante todav¨ªa permanecen, entre otras, la plaza de la Divisi¨®n Azul, y la calle del General Moscard¨®. Tambi¨¦n en esta ciudad, y en la fachada de la concatedral de San Nicol¨¢s, se pude observar la inscripci¨®n Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, grabada sobre la piedra. Aunque el r¨¦cord en este apartado de calles con nombres franquistas lo ocupan la localidad de Castell de Castells (La Marina Baixa) y Catral (La Vega Baja). En esta ¨²ltima localidad, adem¨¢s de la avenida General¨ªsimo, permanece la calle de Veinticinco A?os de Paz.
En Biar (L'Alt Vinalop¨®) la iglesia conserva, junto a la cruz, la leyenda "Arriba Espa?a". Y en Orihuela, entre otros vestigios que recuerdan el franquismo, en el principal parque p¨²blico de la poblaci¨®n, la Glorieta Gabriel Mir¨®, permanece un monolito a Franco, erigido tras su muerte, sencillo monumento plagado de pintadas que sin embargo cada 20 de noviembre aparece rodeado de ramos de flores en recuerdo del dictador.
La simbolog¨ªa franquista es extensa en la provincia de Castell¨®n. Al innumerable n¨²mero de calles y plazas en las que persiste la denominaci¨®n referente a Jos¨¦ Antonio o al General¨ªsimo, se une la solidez de determinados s¨ªmbolos que se aferran a algunos edificios como si su tiempo no hubiera pasado. En la capital de La Plana, el m¨¢s llamativo es el del escudo preconstitucional que lidera la fachada del edificio de Hacienda, aunque no tanto como la plaza Herrero Tejedor, que no se remonta, ni mucho menos, a ¨¦pocas pasadas, sino que fue inaugurada por el equipo de gobierno popular del Ayuntamiento de Castell¨®n en el pasado mandato.
Los edificios de Correos son donde el escudo preconstitucional aparece con mayor asiduidad. La Vall d'Uix¨® y Burriana son dos de los municipios en los que este escudo permanece en la fachadas de las, entonces, estafetas postales. En este caso, a ra¨ªz de una remodelaci¨®n del edificio, hace cinco meses, se solicit¨® su retirada, a lo que la Administraci¨®n respondi¨® con un "no perjudica". Tambi¨¦n Burriana fue objeto de una pol¨¦mica que a¨²n resuena por la retirada de una cruz de los ca¨ªdos.
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