Un juez impide votar de nuevo en el caso de las 'papeletas mariposa'

Un juez le cerr¨® ayer otra puerta al Partido Dem¨®crata al dictaminar que no se puede celebrar otra elecci¨®n en Palm Beach, donde m¨¢s de 20.000 ciudadanos votaron por el candidato equivocado debido al confuso dise?o de las papeletas mariposa. Aunque la demanda no la hab¨ªan interpuesto directamente los dem¨®cratas, sino los propios afectados, Al Gore hubiera sido el beneficiado de una nueva votaci¨®n, ya que la mayor¨ªa de los electores dicen que ten¨ªan intenci¨®n de votarle a ¨¦l. Los abogados que los representan entablaron inmediatamente una apelaci¨®n ante un tribunal superior de Florida.La papeleta mariposa fue la que destap¨® todo el l¨ªo electoral de Estados Unidos. La propia ma?ana del 7 de noviembre, cientos de votantes se quejaron a la Junta Electoral de Palm Beach de que no hab¨ªan entendido la papeleta y ped¨ªan que les dejaran votar otra vez. El caos que se organiz¨® fue tal que la propia presidenta de la junta, a mediod¨ªa, puso carteles en todos los colegios advirtiendo de la posible confusi¨®n. Pero ya era tarde, porque miles de los 460.000 ciudadanos que ese d¨ªa emitieron su sufragio ya lo hab¨ªan depositado en las urnas.

Ayer, el juez Jorge Labarga, que admite ser republicano, dijo que "la Constituci¨®n no le autorizaba a ordenar un segundo comicio". No obstante, en su fallo no entr¨® a cuestionar la validez de los hechos. En otras palabras, no neg¨® que los votantes tuvieran razones para estar frustrados por haber perdido su voto, pero al mismo tiempo les dijo que ¨¦l no les pod¨ªa ayudar, e incluso sugiri¨® que "otro tribunal m¨¢s inteligente que yo ser¨¢ el que decida al final". Ese tribunal puede ser el propio Supremo de Florida, en el que han parado todas las disputas de la elecci¨®n presidencial, y que ayer mismo decid¨ªa si se deben incluir o no los recuentos manuales que se siguen en tres condados.

Ir¨®nicamente, la gran mayor¨ªa de los cerca de 23.000 votantes que se equivocaron son jud¨ªos que acabaron votando por un antisemita, Pat Buchanan, en vez del dem¨®crata Al Gore. Y todo porque los candidatos, en vez de estar en una sola fila, como precisan las normas de Florida, se agruparon en dos, pero con una sola l¨ªnea de orificios de perforaci¨®n que no se correspond¨ªan exactamente con el candidato. Gore era el segundo de la izquierda, y Buchanan, el primero de la derecha, y la segunda perforaci¨®n estaba pegada a Gore, pero en realidad era para Buchanan.

La confusi¨®n hizo que cerca de 3.500 ciudadanos perforaran por Buchanan y se dieran cuenta luego. Y unos 20.000 que s¨ª se dieron cuenta cuando ya hab¨ªan semiperforado el c¨ªrculo correspondiente a Buchanan trataron de enmendarlo agujereando correctamente el de Gore. A la hora del escrutinio autom¨¢tico, las m¨¢quinas rechazaron las 20.000 papeletas al interpretarlas como una doble perforaci¨®n.

El bando dem¨®crata ten¨ªa en reserva la carta de una nueva elecci¨®n en Palm Beach por si todas las otras estrategias fallan. De hecho, la llaman el bot¨®n nuclear. Pero la decisi¨®n del juez Labarga pareci¨® haber apretado ayer el bot¨®n que menos deseaban los dem¨®cratas, aunque no es el definitivo, porque la demanda se puede alargar en los tribunales hasta despu¨¦s de los resultados oficiales de Florida, abriendo otra vez la posibilidad de una crisis constitucional de llegarse a realizar una segunda elecci¨®n.