Pasi¨®n por la tierra

Las alarmas saltaron el 25 de octubre. Ese mi¨¦rcoles, un rotativo navarro informaba de que una promotora madrile?a de centros comerciales, Promodeico, ofrec¨ªa precontratos de venta de suelo en Sarriguren, cerca de Pamplona, para levantar un centro comercial a raz¨®n de 310.000 pesetas el metro cuadrado. La noticia no hubiese tenido mayor trascendencia si no fuera porque los terrenos en cuesti¨®n son propiedad del Gobierno navarro y ni siquiera est¨¢n fijadas las f¨®rmulas de venta y el uso que tendr¨¢n.El caso de Promodeico es s¨®lo el indicio m¨¢s sorprendente de una serie de fort¨ªsimas tensiones a las que est¨¢ siendo sometido en los ¨²ltimos meses el crecimiento urbano de Pamplona. Las sospechas de tr¨¢fico de influencias y de manejo de informaci¨®n privilegiada para favorecer a ciertas iniciativas empresariales han obligado al propio Parlamento foral a tomar cartas en el asunto.

La propia junta directiva de la Federaci¨®n de Asociaciones de Comerciantes de Navarra, que agrupa a los titulares de unos 9.000 establecimientos, considera que UPN est¨¢ jugando a un monopoly real mientras impide que se regule por ley esta materia y Navara deje de ser la ¨²nica comunidad aut¨®noma sin una ley de comercio. "?Hay alguna coincidencia en que el Gobierno tenga realizados los estudios t¨¦cnicos para establecer cierto equilibrio en la distribuci¨®n comercial y el que esos estudios est¨¦n guardados bajo secreto porque hay o hab¨ªa compromisos de otorgar licencias?", se preguntan los comerciantes.

La oposici¨®n no conf¨ªa en el Gobierno de Miguel Sanz y se uni¨® para exigir al Ejecutivo la elaboraci¨®n de una ley foral de comercio que regule de una vez por todas un sector cuyas intromisiones multimillonarias pretenden condicionar el propio modelo urban¨ªstico de la capital, sometido ahora, seg¨²n reiteran la oposici¨®n y diversos ayuntamientos, al capricho del Gabinete regionalista. La oposici¨®n, con matices, quiere que el suelo comercial de Pamplona se venda por subasta para garantizar la transparencia y rentabilidad de las adjudicaciones. El Gobierno excluye esa figura y apuesta por los concursos.

Sarriguren es el punto que soportar¨¢ el crecimiento de Pamplona. Enclavado al este de la ciudad, en el t¨¦rmino municipal de Eg¨¹¨¦s, ha sido elegido para lo que UPN denomina una gran ecociudad con 4.211 nuevas viviendas. Sarriguren completar¨¢, junto a las colindantes Burlada, Huarte y Mendillorri, un ¨¢rea de influencia de casi 100.000 personas y contribuir¨¢ a aliviar el estrangulamiento de la oferta de vivienda protegida en Pamplona.

Antes de que el Gobierno foral impulsara ese proyecto, el Ayuntamiento de Burlada estudiaba la propuesta de una empresa navarra, Parque Ripagaina, para construir en el municipio una urbanizaci¨®n de 2.500 viviendas y un gran centro comercial muy cerca de Sarriguren.

Pero el Gobierno regionalista ha desbaratado esa idea, como hizo en su d¨ªa con el intento de la corporaci¨®n de Bara?¨¢in de acoger un centro comercial con presencia de El Corte Ingl¨¦s. Si en este caso la alcald¨ªa de Pamplona, tambi¨¦n de UPN, apost¨® por promover un solar c¨¦ntrico de la ciudad como gran superficie alternativa a Bara?¨¢in para atraer la atenci¨®n de El Corte Ingl¨¦s, en aqu¨¦l, el Ejecutivo de Sanz desaconsej¨® el proyecto de Ripagaina y apost¨® por Sarriguren.

Y de nuevo han surgido los interrogantes. En Bara?¨¢in fue el sorprendente y nunca aclarado olvido de UPN de presentar listas propias al Ayuntamiento, tercer municipio de Navarra. En Sarriguren ha sido la decisi¨®n de introducir en el proyecto de ley que regula la enajenaci¨®n de ese suelo p¨²blico la figura de la permuta de terrenos, solicitada expresamente por los promotores privados de Ripagaina en Burlada, que plantearon al Gobierno un trueque de suelo para explotar el ¨¢rea comercial de la futura ecociudad.

Para acabar de complicarlo, el grupo inmobiliario riojano Riofisa ha propuesto al Gobierno, junto con una constructora navarra, una ambiciosa iniciativa de ocio y cultura para Sarriguren que obligar¨ªa a modificar el concepto mismo de ecociudad. Proclama una inversi¨®n de 50.000 millones y ocupar¨ªa 500.000 metros cuadrados. Riofisa mantiene acuerdos de investigaci¨®n y formaci¨®n con una fundaci¨®n presidida por el arquitecto Alfonso Vegara, que dise?o la ecociudad. Y no es la ¨²ltima oferta. El grupo Metrovacesa, especializado en la promoci¨®n de parques empresariales e inmuebles comerciales, no ha ocultado su deseo de instalarse en Sarriguren.

Bajo esta avalancha de propuestas persiste la imposibilidad de cumplir los planes de promoci¨®n p¨²blica de viviendas, sometidos a un aumento de un 22% en los costes de construcci¨®n. El propio Sanz reconoci¨® impl¨ªcitamente que los m¨¢s de 3.000 millones que Promodeico pag¨® por el suelo de Ripagaina hace inviable promover vivienda social en la zona. Todo ello lleva a la oposici¨®n a concluir que la especulaci¨®n privada est¨¢ condicionando el desarrollo urbano de la capital.

Los ayuntamientos afectados est¨¢n divididos porque consideran imprescindible vincular la construcci¨®n de viviendas en sus t¨¦rminos con la existencia de centros comerciales que generen ingresos permanentes a las econom¨ªas locales. Y el Gobierno parece haber invertido los t¨¦rminos: dirige el planeamiento comercial propio del libre mercado y no logra impulsar la promoci¨®n de vivienda protegida.