Inmigrantes
El Congreso debatir¨¢ ma?ana la reforma de la ley org¨¢nica 4/2000 sobre los derechos y libertades de los extranjeros (LODYLE); los extranjeros cuya suerte depende realmente de esa norma precozmente envejecida (fue aprobada al final de la anterior legislatura) no son los ciudadanos europeos o los turistas ricos sino los inmigrantes procedentes de pa¨ªses extracomunitarios que huyen de la opresi¨®n y la miseria. Tras negociar a lo largo de 1999 el articulado de la LODYLE con los restantes grupos parlamentarios, el PP intent¨® modificarla a ¨²ltima hora sin conseguir su prop¨®sito: la desahogada mayor¨ªa absoluta del 12-M ofrece ahora al Gobierno de Aznar la oportunidad de resarcirse de aquel humillante tropez¨®n, sea aplicando la doctrina Arias Ca?ete (esto es, por cojones), sea forjando un nuevo consenso con la oposici¨®n.El dictamen de la Comisi¨®n aprobado el pasado 6 de noviembre permiti¨® un acercamiento entre el PP y los restantes grupos parlamentarios. El Gobierno admiti¨® 59 de las 358 enmiendas de la oposici¨®n: la repesca de decenas de miles de inmigrantes que no hab¨ªan logrado aprobar el examen de su regularizaci¨®n por cuestiones formales ha sido la principal cesi¨®n de los populares. Sin embargo, contin¨²an las discrepancias en torno a la eficacia de la tutela judicial, la motivaci¨®n de los visados de entrada, la regularizaci¨®n permanente de los sin papeles y las causas de expulsi¨®n. El debate de ma?ana permitir¨¢ comprobar hasta qu¨¦ punto la doctrina Arias Ca?ete prevalece sobre el esp¨ªritu negociador del Gobierno en cuestiones de Estado. Por lo pronto, la decisi¨®n de negar a los inmigrantes en situaci¨®n irregular el ejercicio de los derechos de reuni¨®n, manifestaci¨®n, asociaci¨®n, sindicaci¨®n y huelga, reconocidos por el art¨ªculo 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950, parece inconstitucional; la expulsi¨®n en el plazo de 48 horas de los sin papeles convertir¨ªa en un simulacro el eventual amparo de los tribunales.
Pese a referirse tambi¨¦n a los derechos y libertades de los extranjeros en Espa?a, las recientes declaraciones de Arzalluz a la revista alemana Der Spiegel sobre la situaci¨®n jur¨ªdico-pol¨ªtica "de los inmigrantes que no quieran asumir la nacionalidad vasca" en una eventual Euskal Herria independiente (resultado de la anexi¨®n forzosa de Navarra y del Pa¨ªs vasco-franc¨¦s a la Comunidad Aut¨®noma de Euskadi) pertenecen a otro ¨¢mbito de debate. No es la primera vez que el presidente del PNV se ocupa de ese asunto: si ahora anuncia que los inmigrantes recibir¨ªan en un futuro Pa¨ªs Vasco independiente el mismo tratamiento que los alemanes en Mallorca, otras veces los hab¨ªa comparado con los portugueses en Luxemburgo y los turcos en Alemania. Pero los inmigrantes a los que se refiere Arzalluz no ser¨ªan europeos, latinoamericanos, africanos o asi¨¢ticos que llegasen a Euskal Herria despu¨¦s de la proclamaci¨®n de su independencia sino ciudadanos vascos que residen en su territorio desde hace muchas d¨¦cadas.
Dado que la inmigraci¨®n se detuvo en Euskadi a mediados de los setenta y que su poblaci¨®n est¨¢ incluso decreciendo, los hom¨®logos en el Pa¨ªs Vasco de los portugueses en Luxemburgo o de los alemanes en Mallorca ser¨ªan los descendientes de los inmigrantes llegados a esa tierra como trabajadores industriales a finales del XIX y durante los a?os sesenta de este siglo. Pero los enlaces matrimoniales y el arraigo social durante generaciones de los antiguos maketos har¨ªan inviable la limpieza ¨¦tnica propuesta por Arzalluz: reservar a los vascos nacionalistas los plenos derechos de ciudadan¨ªa y relegar a la condici¨®n de extranjeros -con voto en los comicios municipales-a los vascos que no lo sean. El pormenorizado estudio de Jos¨¦ Aranda sobre el censo de poblaci¨®n de 1991 ("La mezcla demogr¨¢fica del pueblo vasco", Claves de raz¨®n pr¨¢ctica, n? 87) muestra que s¨®lo un 20,5% de los residentes en Euskadi tienen los dos primeros apellidos vascos: frente a las 827.700 personas con alg¨²n apellido vasco dentro de la Comunidad Aut¨®noma, hay otros 3. 550.000 censados en el resto de Espa?a que comparten esa caracter¨ªstica. Para cortar los nudos gordianos, nada mejor que la espada: el movimiento de desobediencia civil -tolerado por el Gobierno de Vitoria- en favor de un documento de identidad exclusivamente vasco pretende crear un censo electoral de car¨¢cter voluntario al que s¨®lo tendr¨ªan acceso los nacionalistas (cualesquiera que fuesen sus apellidos y hubieran nacido en Zamora o en Elgoibar) y del que ser¨ªan excluidos los dem¨¢s ciudadanos vascos (con independencia de su lugar de su nacimiento y de su genealog¨ªa).
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