Un libro de Rojas Marcos basa la felicidad en los placeres cotidianos
Optimistas y pesimistas
Charles Darwin cuenta lo siguiente en su obra La expresi¨®n de las emociones en el hombre y los animales: "Un d¨ªa pregunt¨¦ a un peque?o de unos cuatro a?os qu¨¦ significaba ser feliz y me respondi¨® que 'hablar, re¨ªrse y dar besos'. Pienso que ser¨ªa dif¨ªcil ofrecer una definici¨®n m¨¢s pr¨¢ctica y verdadera de la dicha". El psiquiatra Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) suscribe totalmente las opiniones del bi¨®logo y autor de la teor¨ªa de la evoluci¨®n y agrega que la felicidad apunta m¨¢s al disfrute de los placeres cotidianos que a los grandes logros y a los objetivos ampulosos. "Dedico este libro", escribe Rojas Marcos al principio de su ensayo Nuestra felicidad (Espasa), "a los hombres y a las mujeres que se maravillan ante la enormidad de las altas monta?as, se fascinan ante el poder de los mares tempestuosos o se extas¨ªan ante la grandeza del firmamento en una noche clara. Pero pasan de largo, sin sorprenderse, ante ellos mismos y sus compa?eros de especie".Este m¨¦dico y responsable del sistema sanitario p¨²blico de Nueva York, donde vive desde hace 30 a?os, no tiene ninguna duda de que la felicidad -una palabra tantas veces manida, adulterada o desvirtuada- representa m¨¢s una actitud ante el mundo que una meta. Sin considerarse fil¨®sofo ni soci¨®logo, con la sencillez de la gente sabia, Rojas Marcos destaca en su ensayo que "la tecnolog¨ªa nos da instrumentos para buscar la felicidad, pero hay que saber utilizarla". "Baste citar", aclara el psiquiatra, "el bienestar que han generado la lavadora o la p¨ªldora anticonceptiva. Los avances del ¨²ltimo siglo han favorecido las vidas de millones de personas".
Autor de libros que han sido ¨¦xitos editoriales, como Las semillas de la violencia o Ant¨ªdotos contra la nostalgia, Rojas Marcos cree que una visi¨®n optimista o pesimista son predisposiciones que se heredan en parte de los padres. "Por supuesto que luego influyen los factores ambientales o culturales", explica. A su juicio, "el optimista analiza m¨¢s la parte negativa de una situaci¨®n que el pesimista los aspectos positivos. El pesimista tiende a ser m¨¢s c¨®modo y menos arriesgado. Tambi¨¦n hay que considerar que las visiones apocal¨ªpticas, los panoramas en negro, suelen seducir m¨¢s a la gente".En una equilibrada combinaci¨®n de rigor y de af¨¢n divulgador, Rojas Marcos se ha convertido en uno de los ensayistas m¨¢s populares de Espa?a, que llena auditorios en sus conferencias, como el pasado martes en un teatro de Bilbao. Intenta este psiquiatra, de talante afable y tranquilo, predicar con el ejemplo y diversificar las fuentes de placer. "Me gusta mucho mi trabajo", dice, "pero adem¨¢s me gusta escribir libros y art¨ªculos, tocar el piano o correr por un parque. No conviene poner todos los huevos de la felicidad en la misma cesta. Porque ?qu¨¦ pasa si se rompe la cesta?".
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