La palabra y el voto

Se?or Maragall, creo tener el cerebro embotado tras tanta muerte, crueldad y terror porque no he entendido su art¨ªculo del 23 de noviembre Es hora de tomar la palabra. No he usado en toda mi vida m¨¢s arma que la palabra y, cuando me lo han permitido, el voto. Soy ciudadana del Pa¨ªs Vasco y, por el hecho de serlo, cuando uso la palabra lo hago en voz baja y s¨®lo ante los ¨ªntimos; y mi derecho al voto... bueno, supongo que ya se habr¨¢ enterado de que hasta los nacionalistas dem¨®cratas (no le hablo ya de los otros) me lo quieren quitar. Pero me dice usted que es hora de tomar la palabra. No sab¨ªa que hubi¨¦ramos tomado otra cosa. Tambi¨¦n dice usted que es hora de obligarles a escuchar. Se?or Maragall, vivo muy cerca de ellos. Le cedo mi casa y le deseo suerte en su empe?o. Yo no hablar¨ªa con ellos mientras lleven pistola.Soy votante socialista y no he sabido hasta ahora que su partido no aprobaba nuestro modelo de Estado. Se?or Maragall, siento que no le voy a poder acompa?ar a usted, ni tampoco a su partido si est¨¢ con usted, en esta empresa. Ya no tengo cuerpo ni ¨¢nimo para ponerme a trabajar en la construcci¨®n, y menos si es nacional. Sin embargo, quedo a su disposici¨®n si retoma la lucha antifascista.- Rosario Mart¨ªnez. Bilbao.