El hijo del emigrante, convertido en l¨ªder
En la actual bancada de los concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid se sientan, entre otros, un ex ministro de Asuntos Exteriores (Fernando Mor¨¢n), una ex ministra de Asuntos Sociales (Matilde Fern¨¢ndez) y una ex secretaria de Estado (Cristina Narbona). Rafael Simancas, nuevo secretario general de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a, no es un ex, ya que nunca ha conocido el poder. Se ha formado siempre en la labor inc¨®moda y poco agradecida de la oposici¨®n. Y eso imprime car¨¢cter.Naci¨® hace 34 a?os en Kehl, una ciudad alemana cercana a Estrasburgo, a la que sus padres, procedentes de C¨®rdoba, junto con otros muchos miles de espa?oles, emigraron en busca de una puerta de salida a la miseria. Permaneci¨® all¨ª hasta los siete a?os, y asegura que todav¨ªa recuerda "algo" del alem¨¢n que aprendi¨®. Ya en Espa?a, la familia subsisti¨® en Legan¨¦s gracias a una panader¨ªa regentada por el padre. A finales de los ochenta se afili¨® al PSOE. Se licenci¨® en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad Complutense, trabaj¨® de jefe de prensa en diversas empresas, dio clases en una universidad privada y en 1991 fue nombrado director de programas de formaci¨®n del PSOE. Desde 1994 es redactor jefe de la revista Temas para el Debate, ¨®rgano de expresi¨®n de la corriente guerrista dentro del partido. Vive en Fuenlabrada, est¨¢ casado y tiene un hijo de corta edad. En las elecciones municipales de 1995 se le incluy¨® en las listas del PSOE al Ayuntamiento de Madrid de la mano de Jos¨¦ Acosta y gan¨® por primera vez su puesto de concejal. En la oposici¨®n, claro.
Simancas, uno de los ediles socialistas m¨¢s j¨®venes de la pasada legislatura y de la presente, se caracteriz¨® pronto por su capacidad de trabajo (siempre se le encuentra en el despacho enfangado en un laberinto de papeles) y el esp¨ªritu pele¨®n propio de un fajador. Desde 1995 es portavoz de su grupo en la Comisi¨®n de Cultura. Enseguida empez¨® a sacar de quicio al por entonces concejal de Cultura, Jos¨¦ Antonio G¨®mez-Angulo, del PP (actual secretario de Estado para el Deporte). G¨®mez-Angulo, hombre tranquilo, amante de la poes¨ªa contempor¨¢nea y de llevarse bien con todo el mundo, acab¨® gritando m¨¢s de una vez en los debates de los plenos. La culpa era del joven concejal del PSOE que desde su esca?o, mes tras mes, met¨ªa y retorc¨ªa el dedo en la llaga de los asuntos m¨¢s torcidos de su gesti¨®n: supuesto trato de favor a la hora de dar contratos, favoritismo, amiguismo...
En 1999 volvi¨® a ganar su puesto de concejal del PSOE, de nuevo el partido perdedor en las elecciones. G¨®mez-Angulo hab¨ªa salido del Ayuntamiento, pero Simancas encontr¨® pronto otro objetivo sensible donde fustigar al PP: denunci¨®, junto a la concejal Ruth Porta, que el alcalde disfrutaba de una cuenta restringida de la que hab¨ªa sacado dinero para pagar varios viajes privados de ¨¦l y de su esposa. No es sencillo permanecer todo el rato en el puesto de malo de la historia, y Simancas lo comprob¨® aquellos meses en los que hasta miembros de su propio partido en el Ayuntamiento le aconsejaron que suavizara los ataques. ?l no hizo caso. Le acusaron, desde el PP y desde el PSOE, de torpedear impunemente la instituci¨®n, de profesar poco respeto por el Consistorio m¨¢s grande de Espa?a, pero ¨¦l siempre respond¨ªa con la misma frase: "A m¨ª me pagan por hacer propuestas y controlar lo que el PP hace con el dinero de todos".
Un veterano concejal socialista le calific¨® ayer como "un chaval muy currante, ambicioso y apasionado por la pol¨ªtica". Simancas pertenece a la corriente guerrista, pero eso no le ha impedido trabajar codo a codo con compa?eros de otras tendencias. "Cuando se tiene algo por lo que destacar, no hace falta refugiarse todo el rato en la tribu", a?ade el mismo veterano concejal, que, aunque no es guerrista, le ha apoyado en este congreso.
Ahora le toca manejar el tim¨®n del convulso barco de los socialistas madrile?os. Su objetivo es que el partido vuelva al lugar en el que ¨¦l no ha estado nunca: el poder.
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