Veterinarios que son juez y parte
Decenas de inspectores de la Xunta trabajan al mismo tiempo para las ganader¨ªas de Galicia
Parrula, la primera vaca loca espa?ola, muri¨® el 25 de octubre pasado. Cinco d¨ªas antes, su propietario, Jos¨¦ V¨¢zquez, estaba dispuesto a enviarla al matadero para su consumo, seg¨²n constataron sus propios vecinos. No era un hecho anormal, sino muy frecuente en Galicia, donde conviven 79.642 explotaciones de ganado vacuno con una caba?a de 886.372 cabezas. Pero, en aquellos d¨ªas, una huelga de tratantes, que son los intermediarios entre ganaderos y mataderos, una figura muy propia de Galicia, lo impidi¨®.Pasaron los d¨ªas, Parrula falleci¨® y fue enterrada, como se hace normalmente, o enviada a un vertedero, o tirada al r¨ªo, que por estas tierras los r¨ªos en las crecidas dejan ver los restos de animales. De haber llegado al matadero para su sacrificio, ?habr¨ªa pasado al consumo humano? Las autoridades contestan con un no categ¨®rico. Pero la realidad muestra deficiencias en el sistema de control, como en su d¨ªa certificaron los inspectores de la Uni¨®n Europea cuando visitaron un matadero gallego y se encontraron con que no hab¨ªa certificados veterinarios, es decir, que no hab¨ªa llegado nunca una vaca enferma, un suceso realmente inveros¨ªmil.
Galicia todav¨ªa conserva algunas pr¨¢cticas del pasado que contradicen las normas por las que deben guiarse unos controles rigurosos. Al menos 37 inspectores veterinarios trabajan en sus ratos libres como veterinarios cl¨ªnicos en las ganader¨ªas, algunos de los cuales se anuncian en las p¨¢ginas amarillas. Es decir, son jueces y parte.
"Me consta que eso es as¨ª", dice Isabel Salazar, parlamentaria del PSG-PSOE, "porque todav¨ªa no se ha reformado la estructura de la funci¨®n p¨²blica en Galicia. Muchos veterinarios son juez y parte. Algunos de ellos se han ido jubilando y el n¨²mero de quienes hacen esas pr¨¢cticas ha ido descendiendo, pero luego resulta que las plazas las han acumulado otros, que tambi¨¦n mantienen esa forma ancestral de funcionar". Emilio L¨®pez, del BNG, tambi¨¦n lo corrobora: "Eso es as¨ª en Galicia y en m¨¢s sitios de Espa?a, y lo hacen los m¨¦dicos en todo el Estado". La realidad de unos inspectores que trabajan en ganader¨ªas la corroboran asociaciones de ganaderos. "No s¨¦ si son 30 o son m¨¢s, pero claro que nos consta que eso es as¨ª", dicen en la UPA (Uni¨®n de Peque?os Agricultores).
Alguna denuncia se ha producido con el paso del tiempo, pero sin resultados. Tal fue el caso de cinco inspectores. En la denuncia se detallaba c¨®mo estos inspectores se anunciaban de muy diversas formas, c¨®mo, por ejemplo, hac¨ªan constar en la publicidad tanto su nombre como el hecho de que fuera veterinario oficial, acompa?ada de dos tel¨¦fonos, el de su domicilio o el m¨®vil. Otro inspector denunciado colocaba su publicidad "en bares, postes de tel¨¦fono, tel¨¦fonos p¨²blicos", adem¨¢s de dejar su tarjeta de visita en explotaciones ganaderas y en domicilios particulares. En algunos de estos anuncios consta que ofrecen "servicios de 24 horas", o "servicio d¨ªa y noche". Uno de ellos, en su publicidad, detalla que los avisos se pueden dejar en un determinado bar. Luego est¨¢n los que, directamente, se anuncian en las p¨¢ginas amarillas.
Algunos casos fueron denunciados en 1995, pero finalmente sobrese¨ªdos. En el expediente consta que el instructor solicita a la Direcci¨®n General de Seguridad de la Consejer¨ªa de Justicia, Interior y Relaciones Laborales que haga algunas averiguaciones. Y en el informe constan las entrevistas con los propietarios de las ganader¨ªas para quienes, supuestamente, trabajaban los inspectores denunciados. Uno de los propietarios declaraba que "llamaba siempre al funcionario y que estaba muy contento con sus servicios", que "le llamaba al tel¨¦fono de su coche" y que sab¨ªa "que atend¨ªa tambi¨¦n a vecinos de otras localidades". Otro propietario, relacionado con otra denuncia, declaraba que "suele disponer de otro veterinario", pero que llamaba al denunciado "sobre todo en casos complicados".
Un tercer propietario declaraba que el denunciado le hab¨ªa practicado la inseminaci¨®n de una vaca recientemente y que ¨¦l era un asiduo cliente suyo. Un cuarto propietario reconoc¨ªa que sol¨ªa solicitar los servicios de uno de los denunciados, "si bien este ¨²ltimo no acude salvo con motivo de alguna urgencia y s¨®lo por las tardes o por las noches".
Durante la realizaci¨®n del expediente, los funcionarios encargados de hacer las averiguaciones dijeron no encontrar los anuncios de publicidad de los denunciados tal y como se expon¨ªa en la denuncia, aunque se puede entender que los afectados los hab¨ªan retirado. En estos casos se resolvi¨® no sancionarles a propuesta del instructor, que consideraba que no hab¨ªa pruebas suficientes de que hubieran practicado el libre ejercicio de la profesi¨®n veterinaria.
Un jefe de inspecci¨®n consultado por este peri¨®dico reconoci¨® que dicha pr¨¢ctica se sigue produciendo: "Lo confirmo absolutamente; en Galicia decimos que lo sabemos todos menos Hacienda. Se produce en las cuatro provincias gallegas y ya va siendo hora de que se acabe con eso. No voy a decir nombres, pero claro que conozco casos, y casos adem¨¢s de inspectores de matadero que atienden consultas en su horario de trabajo". Dicho inspector afirma que "todos los funcionarios veterinarios tienen un nivel 20 en la Administraci¨®n de Galicia y un sueldo de 200.000 pesetas mensuales por su dedicaci¨®n exclusiva. Puede que el sueldo no sea muy alto, y me parecer¨ªa bien que el colectivo luchara por una mejor remuneraci¨®n, pero eso no justifica estas actuaciones".
En Galicia, el cuerpo de inspectores veterinarios, tanto los de Salud P¨²blica como los de Agricultura, asciende a 139 funcionarios. D¨ªas antes de que se conociera la existencia de un caso de vaca loca en Galicia, la Xunta anunci¨® que estaba estudiando la convocatoria de 73 plazas de veterinarios, 30 para Sanidad y 43 para Agricultura, dentro de un plan para intensificar los controles, plan que le permiti¨® al presidente de la Xunta, Manuel Fraga Iribarne, afirmar categ¨®rico que en Galicia no hab¨ªa ning¨²n caso de vaca loca y que los controles marchaban de forma excelente. Los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n interpretaron que la Xunta fue prepar¨¢ndose el terreno para lo que se avecinaba: el caso positivo de una vaca en una ganader¨ªa de Carballedo, Lugo.
El presidente del Consejo de Veterinarios de Galicia, Pedro Vila, niega rotundamente que estas pr¨¢cticas se sigan produciendo. "No tengo conocimiento de ning¨²n caso", afirm¨® a este peri¨®dico, "pero quienes lo dicen tendr¨¢n que argumentarlo y demostrarlo, y, desde luego, denunciarlo". Sobre si el colegio deber¨ªa investigar este asunto, Pedro Vila se?al¨®: "El colegio no est¨¢ para investigar, eso debe hacerlo la Administraci¨®n. Si se comprueba alg¨²n caso, nosotros tomar¨ªamos las medidas oportunas". Pedro Vila, sin embargo, se queja de las desigualdades que sufren los veterinarios respecto a otros colectivos en la cuesti¨®n de las incompatibilidades. "?Por qu¨¦ se les permiten a los m¨¦dicos cosas que no se les permiten a los veterinarios. Nosotros hemos tenido que arrancar alguna compatibilidad en los juzgados". Antonio Crespo, director general de la Consejer¨ªa de Agricultura de la Xunta, contest¨® a este peri¨®dico a trav¨¦s de su jefe de prensa con un escueto: "No hay ning¨²n caso de inspectores que trabajen como veterinarios cl¨ªnicos en Agricultura".
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