Coste y confianza

La Comisi¨®n Europea ha propuesto medidas radicales para atajar la extensi¨®n del llamado mal de las vacas locas. De haber sido igual de expeditiva cuando se registraron los primeros brotes de esta enfermedad en el Reino Unido, en la d¨¦cada de los ochenta, se habr¨ªan salvado decenas de vidas humanas y no estar¨ªamos ante la actual situaci¨®n de emergencia alimentaria en el sector c¨¢rnico. La decisi¨®n de poner en marcha este plan deben adoptarla el pr¨®ximo lunes los ministros de Agricultura de los Quince. Cabe esperar que as¨ª lo hagan, por elevado que sea su coste. Las consideraciones sobre los riesgos sanitarios deben primar sobre cualesquiera otras.Las propuestas, que ayer recibieron un apoyo bastante general de las capitales europeas y del propio sector, se centran en tres l¨ªneas: prohibir, inicialmente por seis meses, todos los piensos animales para cualquier tipo de ganado y aves, dado que ¨¦ste es el principal camino de diseminaci¨®n de la enfermedad; controlar y eliminar en su caso todas las reses con m¨¢s de 30 meses de vida (tiempo de maduraci¨®n del pri¨®n causante de la encefalopat¨ªa espongiforme bovina), y suprimir de la cadena alimentaria los intestinos del vacuno. A la luz de lo ocurrido, la propuesta se basa en una duda razonable sobre la falta de eficacia de los controles nacionales frente a los fraudes cometidos.

Sin duda, el coste econ¨®mico de estas medidas ser¨¢ elevado. La Comisi¨®n Europea lo calcula en 3.000 millones de euros (unos 500.000 millones de pesetas) para el erario p¨²blico, y 1.500 millones de euros m¨¢s en p¨¦rdida de ingresos del sector productor de carne y piensos animales, a la vez que habr¨¢ que buscar otras fuentes alternativas para alimentar el ganado. La propia Comisi¨®n reconoce que el presupuesto comunitario puede dar de s¨ª, al menos el a?o que viene. El coste global puede llegar al bill¨®n de pesetas, una cifra sin duda considerable, pero que, por poner un ejemplo, es s¨®lo la octava parte de lo recaudado por Alemania en la subasta de las licencias de telefon¨ªa UMTS.

La respuesta europea deber¨ªa evitar la proliferaci¨®n de medidas nacionales dispersas que han llevado a que Espa?a cerrara sus fronteras a las importaciones de carne francesa y Polonia hiciera lo propio con las de origen espa?ol. Una respuesta concertada debe introducir orden y ayudar a recobrar la confianza de unos ciudadanos que esperan una actuaci¨®n comunitaria que les garantice que ning¨²n trozo de carne portadora de la enfermedad llegar¨¢ al mercado. La destrucci¨®n de los piensos animales y las reses de riesgo es absolutamente necesaria para evitar fraudes. Ser¨ªa una aberraci¨®n que por procedimientos fraudulentos acaben por alimentar a ganado del Tercer Mundo y terminen por globalizar la enfermedad.