Alatriste apadrina una espectacular presentaci¨®n de 'El oro del rey', de Arturo P¨¦rez-Reverte
Carlos Garc¨ªa Gual dirige en la feria, que se clausura ma?ana, un encuentro sobre novela hist¨®rica
La cuarta entrega de la serie Las aventuras del capit¨¢n Alatriste, de Arturo P¨¦rez-Reverte, tuvo el jueves por la noche en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara una presentaci¨®n espectacular, y no s¨®lo porque la novela, El oro del rey, que ayer se puso a la venta en las librer¨ªas, ha estado en la Red a lo largo de un mes generando un r¨¦cord en la edici¨®n digital en lengua espa?ola, sino porque fue introducido, de manera bastante ins¨®lita, ante un p¨²blico que desbord¨® el aforo. El propio personaje que inspir¨® al autor present¨® su propia versi¨®n de Alatriste.
Pabell¨®n espa?ol
Resulta que el escritor se inspir¨®, para dar nombre a su personaje, en su editor mexicano, Sealtiel Alatriste, cuyo padre se llama igual y que adem¨¢s es un famoso dibujante de historietas. Apasionado desde siempre por el Don Juan y por las leyendas de capa y espada, el viejo Alatriste se decidi¨® a pintar al personaje que lleva su nombre y ahora ha presentado en Guadalajara, al lado de P¨¦rez-Reverte, las creaciones pict¨®ricas que les inspir¨® el personaje que lleva su nombre.Al lado, pues, de esas pinturas, que est¨¢n llenas de inquisidores malvados y de mujeres exuberantes, en escenas que recuerdan con realismo la ficci¨®n de la novela, y flanqueado por dos Alatristes, P¨¦rez-Reverte explic¨® su filosof¨ªa de la literatura ("contar historias, interesar a todo el mundo, divertirme, aprovechar los libros para conversar con la imaginaci¨®n y con el pasado") ayudado por un pol¨¦mico periodista mexicano, Germ¨¢n Dehesa, columnista pol¨ªtico del diario Reforma y minucioso estudioso de toda la obra de P¨¦rez-Reverte. Antes de que ellos dos dialogaran, el joven de los Alatriste cont¨® la pasi¨®n de su padre, primero por la historieta, y, ahora, por el Alatriste de ficci¨®n.
Sealtiel Alatriste era uno de los dibujantes m¨¢s prestigiosos del M¨¦xico del medio siglo y su buena fama ven¨ªa de su manera de pintar a las mujeres, "hermosas, turgentes, provocadoras", y de su modo de afrontar las escenas de capa y espada. Eso, y la coincidencia de que su personaje y su nombre vayan ya unidos, adem¨¢s de la amistad que el autor y el editor se profesan, hizo de la presentaci¨®n un acto emocionante para todos, y eso se vio. Lo dijo as¨ª Alatriste el joven: "Para Arturo y para m¨ª es un eslab¨®n de la ya larga cadena con que vamos construyendo nuestra amistad, nuestra hermandad cifrada de letras, ilusiones, novelas, y el sino irremediable de que nos gusten tanto las mujeres. Que esto ocurra en el primer momento en que en todo el mundo aparece la edici¨®n de El oro del rey es m¨¢s que una coincidencia".
El Auditorio Juan Rulfo, el m¨¢s grande de la feria, estaba repleto de un p¨²blico variopinto, atra¨ªdo por la ya notoria popularidad de P¨¦rez-Reverte en M¨¦xico y por la inmensa popularidad de Germ¨¢n Dehesa. ?ste equipar¨® la felicidad de leer aventuras como las del autor de El oro del rey con el hecho, ayer tan sensible en M¨¦xico, de que se acababa "por fin, la larga dictadura del PRI". En un clima de fervor pol¨ªtico, Dehesa sigui¨® glosando la fecha hist¨®rica (el ¨²ltimo d¨ªa del PRI, el primero del resto de la vida) y, antes de establecer aquella comparaci¨®n con la felicidad de leer, dos espectadores se levantaron de sus sillas para hacerles este reproche, a gritos: "?Tema, c¨ª?ete al tema, ac¨¢ no has venido a hablar de pol¨ªtica!".
Con el humor que ya la gente le conoce aqu¨ª, retom¨®, en efecto, el tema y Dehesa empez¨® a hablar de El oro del rey en medio del regocijo del p¨²blico: pocas veces los que asisten a las presentaciones de libros han estado delante de una presentaci¨®n m¨¢s original y divertida, aclamada con risas y aplausos que a veces interrumpieron la propia din¨¢mica del acto.Las ocurrencias de Dehesa fueron tales que incluso el autor, que jugaba su papel de entrevistado en la mesa, tuvo que ahogar un ataque de carcajadas. Claro, los Alatristes de carne y hueso escuchaban tan alborozados como el p¨²blico.
El punto culminante de la presentaci¨®n fue cuando, como dos actores, presentador y presentado se turnaron en un alarde de memoria para recitar el m¨¢s hermoso de los sonetos de Quevedo, tan presente en la serie, y cuyo "polvo ser¨¢n, mas polvo enamorado" (Amar despu¨¦s de la muerte) desat¨® tambi¨¦n la ovaci¨®n del auditorio.
Mientras Alatriste presentaba a Alatriste y Germ¨¢n Dehesa abrumaba a P¨¦rez-Reverte con el conocimiento exhaustivo de la historia y de la literatura que hay en la serie, en otra zona de la feria Carlos Garc¨ªa Gual dirig¨ªa un debate sobre la novela hist¨®rica. De broma, Andr¨¦s Trapiello, uno de los participantes, coment¨® que acaso, trat¨¢ndose de novela hist¨®rica tambi¨¦n El oro del rey, hab¨ªa que indicar al p¨²blico que se pasara de sala. La feria sigue hasta ma?ana, y ayer, que era d¨ªa de fiesta en M¨¦xico, compart¨ªa con el propio pa¨ªs el j¨²bilo civil por la nueva etapa pol¨ªtica.
Vicente Serrano, el dise?ador que se ha pasado d¨ªas sudando sangre y recibiendo las cr¨ªticas de uno y otros, no cab¨ªa en s¨ª de alegr¨ªa por el premio al mejor pabell¨®n concedido a Espa?a por la Universidad de Guadalajara, tanto por su dise?o gr¨¢fico como por el concepto con que ha sido construido y por su contenido. "No es costumbre que se premie a un pabell¨®n oficial, lo normal es que el galard¨®n sea para la mejor caseta comercial, pero por lo visto les ha gustado tanto Pabell¨®n de Espa?a que han decidido hacer una excepci¨®n", dec¨ªa Serrano.Antes desangelado y ahora lleno de vida, los visitantes se pirran por un curioso divertimento: La tertulia de Pombo, de Solana, convenientemente manipulada en cart¨®n piedra, re¨²ne a los grandes de las letras espa?olas. All¨ª est¨¢n Lope de Vega, Calder¨®n de la Barca, Cervantes, Quevedo y Valle-Incl¨¢n, y todos quienes quieran, que quieren todos, pueden fotografiarse junto a ellos y llevarse un bonito recuerdo.
Los buscadores de erratas han encontrado algunas muy divertidas, aunque a sus v¨ªctimas no se lo parecer¨¢ tanto, en el cat¨¢logo Libros y Letras de Espa?a. No se sabe qu¨¦ malvado m¨ªtico duende de la imprenta se ha encargado de hacer desaparecer las letras i acentuadas. As¨ª, Javier Mar¨ªas se ha convertido en Javier Maras, Luis Mateo D¨ªez es Mateo Dez y Jos¨¦ Mar¨ªa Merino se ha convertido en Jos¨¦ Mara Merino. No sucede en todas las p¨¢ginas, s¨®lo en algunas. El papel es muy bueno, y las ilustraciones, excelentes.
Babelia
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