La actitud violenta de los alumnos obliga a cerrar un liceo de Par¨ªs
Humo gubernamental
Una chica de 13 a?os, expulsada el curso pasado por conflictiva, volvi¨® el lunes de la semana pasada al liceo Voltaire, en la parisina avenida de la Rep¨²blica. Buscaba a uno de los profesores. Cuando dio con ¨¦l, le injuri¨® de todas las formas posibles y le amenaz¨® de muerte. Fue la gota que colm¨® el vaso. Los 170 profesores del centro suspendieron las clases y no volvieron a ellas en toda la semana.Al d¨ªa siguiente de este cierre "profesional", los estudiantes se encontraron a las puertas del centro, bajo la estatua de Voltaire, un gran letrero: "Liceo Voltaire cerrado. Falta de vigilantes. Disfuncionamientos. Inseguridad". Al segundo d¨ªa de huelga desapareci¨® el cartel y lleg¨® la polic¨ªa. Unas negociaciones apresuradas han dado como resultado seis vigilantes suplementarios para el liceo, adem¨¢s de los siete que ya ten¨ªa. Hay expectaci¨®n por saber si las clases se reanudar¨¢n esta semana.
El liceo est¨¢ muy cerca del cementerio P¨¨re Lachaise. Al pasearse por las anchas aceras de la avenida, el visitante tropieza con el gran edificio de arquitectura antigua que alberga a 1.800 estudiantes, entre los cuales hay 37 nacionalidades representadas. Nadie sospechar¨ªa el infierno que, seg¨²n los profesores, se vive en el interior. "Ya no podemos m¨¢s, ha habido seis consejos de disciplina en lo que llevamos de curso", explica uno de ellos. Los incidentes se suceden a diario: puertas que se abren violentamente en plena clase, papeleras que arden en los pasillos, alumnos que insultan a los profesores, peleas a pu?etazo limpio en cualquiera de los cuatro patios...
"Aqu¨ª no se puede trabajar, no hay ense?anza, s¨®lo podemos atender la urgencia que surge aqu¨ª o all¨¢". Crece el n¨²mero de estudiantes que pasan de curso en curso sin saber apenas leer ni escribir, dicen los profesores, que est¨¢n hartos de planes gubernamentales: "Venden humo", es su esc¨¦ptica respuesta.Lo sucedido en el Voltaire no es un incidente aislado. En febrero pasado, el colegio de Onzain, un pueblo de 3.000 habitantes, fue escenario del apu?alamiento de un alumno por un camarada de quince a?os. Poco antes, en un colegio de Mantes-la-Jolie (cerca de Par¨ªs), tres muchachos de 16 a 18 a?os lanzaron a un compa?ero por el hueco de la escalera hasta que se estrell¨® contra el suelo.
Entre el 5 y el 6% de los centros escolares est¨¢n afectados por este tipo de problemas, seg¨²n Eric Debarbieux, un investigador de la universidad de Burdeos y fundador del Observatorio Europeo Contra la Violencia Escolar. El clima de violencia llega menos a la escuela primaria, pero un tercio de sus alumnos dicen percibirlo, seg¨²n un estudio realizado por Debarbieux, hace un a?o. A su juicio, un remedio contra esta violencia ser¨ªa "la estabilidad de los equipos pedag¨®gicos". Cuanto m¨¢s dura es la situaci¨®n en el centro al que est¨¢n asignados, m¨¢s piden los docentes cambiarse a zonas menos conflictivas y, a medida que se van, la situaci¨®n se degrada en el centro que dejan.
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