Prisi¨®n por 5.200 pesetas
Un indigente ingres¨® en Picassent por robar hace un a?o comida en unos grandes almacenes
Se hace llamar Marcos. Rodolfo, su nombre de pila, no le gusta. Quienes le conocen dicen que tiene unos 40 a?os. Le definen como amable, servicial y aseado. No tiene casa. Desde hace cuatro a?os sus d¨ªas transcurren entre los portales de la calle de Bar¨° de C¨¤rcer de Valencia, salvo el pasado viernes, cuando ingres¨® en la c¨¢rcel de Picassent por unas horas por robar comida.Los quicios m¨¢s resguardados sirven para que extienda el saco en el que duerme. Pasa horas a las puertas de un supermercado. Mantiene la mano abierta en espera de que los clientes colaboren a su supervivencia. "Dije en alto el nombre de mi hijo y se gir¨® ¨¦l". Araceli V., vecina del barrio y empleada en una agencia aseguradora entr¨® as¨ª en el mundo de silencio de Marcos. "No s¨¦ su historia, supongo que ha debido ser dura", dice Araceli.
Un d¨ªa y otro d¨ªa por los l¨ªmite del barrio chino han hecho que Marcos cuente con el apoyo de algunos vecinos. Le dan ropa, le invitan a desayunar o a comer. De algunos, como es el caso de Araceli, lleva el n¨²mero de tel¨¦fono por si tiene alguna emergencia. El pasado viernes vivi¨® uno de esos momentos en los que tuvo que pedir ayuda. "Me llamaron del juzgado, me dijeron que le hab¨ªan detenido y que le hab¨ªan ingresado en la c¨¢rcel de Picassent porque hace un a?o rob¨® comida por valor de 5.200 pesetas. Me person¨¦ all¨ª, abon¨¦ la cantidad y enviaron un fax a la prisi¨®n para que le dejaran salir".
Araceli, despu¨¦s de eso, le ha visto una ¨²nica vez. "Estaba muy preocupado. No es un delincuente. ?C¨®mo pueden encarcelar, aunque sea por unas horas, a alguien que ha robado para comer mientras se indulta, por ejemplo, a un juez sobre el que pesa el mayor de los delitos que puede cometer un funcionario de la justicia?". En el juzgado, dice Araceli, le dijeron que la Polic¨ªa hab¨ªa estado mucho tiempo tras ¨¦l.
Y cuenta tambi¨¦n que no era tan dif¨ªcil encontrarle. "En los servicios sociales del barrio le conocen perfectamente. Adem¨¢s, la pasada Semana Santa, despu¨¦s de que un coche atropellara al perro que ten¨ªa, Marcos anduvo por las calles de Valencia buscando un veterinario que sacrificase al animal sin cobrarle. Un agente de la Polic¨ªa Local le encontr¨® deambulando y le acompa?¨®. "No se escondi¨® nunca. Si no se hubiera pagado, estar¨ªa entre rejas por querer sobrevivir", concluye Araceli.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.