Benjam¨ªn Prado se adentra en la novela negra y analiza la maldad
Escap¨¢ndose del g¨¦nero de la novela negra y a la vez adentr¨¢ndose en ¨¦l hasta lo m¨¢s profundo, el novelista y poeta Benjam¨ªn Prado (Madrid, 1961) ha escrito La nieve est¨¢ vac¨ªa (Espasa Narrativa), una novela que puede interesar tanto al lector aficionado al g¨¦nero negro como a quien busca una literatura limpia y directa, casi costumbrista.Almudena Grandes, que present¨® La nieve est¨¢ vac¨ªa, dijo que estamos ante una novela negra: "Aunque le adjudicar¨ªa un tono m¨¢s feroz, esta novela es del gris acuoso y tenaz de la nieve en la ciudad", se?al¨®. "Estamos ante una obra en la que encontramos madurez, potencia y calidad, como no pod¨ªa ser menos en la trayectoria de una de las m¨¢s interesantes carreras literarias de nuestro pa¨ªs".
Grandes, que afirma haberse encontrado ante un estilo literario limpio, elegante y conciso "como la piel de sus versos", destaca que Prado, por primera vez, otorga a los personajes femeninos el papel de malas, mal¨ªsimas. El autor dice que desde el principio quiso que la novela fuera de g¨¦nero negro al menos en un 50%: "Ten¨ªa dos opciones: respetar este tipo de g¨¦nero al cien por cien o meterme dentro de ¨¦l para dinamitarlo y trasladarlo a otro sitio. Al final, he tratado de hacer las dos cosas".
Detectives frustrados
A la hora de escribir, Prado tuvo muy en cuenta que el lector de novela negra es un entrenado: "Es un lector m¨¢s toreado que la vaquilla que mat¨® a Bienvenida, de ah¨ª que pusiera m¨¢s llaves de las que hacen falta en este tipo de tramas", se?ala el autor de No s¨®lo el fuego, el cual ha a?adido a los tradicionales interrogantes de qu¨¦ ha pasado y qui¨¦n lo ha hecho, qui¨¦n est¨¢ contando la historia. "Todo lector de novela negra es un detective, al menos frustrado, y, por otra parte, uno tambi¨¦n necesita ponerse trampas para divertirse mientras escribe, porque si no te aburres; adem¨¢s, la obligaci¨®n de un escritor es embaucar a sus lectores".La nieve est¨¢ vac¨ªa gira en torno a tres personajes aparentemente normales que esconden una trama de manipulaciones. No faltan, como es menester, alg¨²n asesinato que otro, pasiones desatadas, intrigas y personajes abyectos. Cuando se le pregunta a Prado c¨®mo se empap¨® de tanta maldad para escribir la novela, contesta con iron¨ªa: "Mir¨¦ alrededor", y a?ade, "la maldad es lo contrario de la normalidad. El malvado es el que piensa que la vida del otro no vale nada y que desprecia el dolor del otro". En ese aspecto, Prado ha intentado alejarse de lo habitual de las novelas negras, en las que se habla poco de las v¨ªctimas: "Nunca se cuenta la parte del muerto, del que sufre, se extermina y eso es todo; aqu¨ª he intentado que se comprenda a la v¨ªctima".
Prado no desperdicia la oportunidad para meterse con los que considera sus enemigos naturales: "Para m¨ª, los grandes manipuladores son esos que no hacen nada pero que siempre creen que ellos lo har¨ªan mejor; esos que vienen tras leer tu novela a decirte todo lo que tendr¨ªas que cambiar para mejorar la obra".
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