Cima y s¨ªntesis de un car¨¢cter

Hay que aplaudir sin reservas al Centro para la Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea al organizar su homenaje a Luis de Pablo en sus f¨¦rtiles 70 a?os con un programa de m¨²sica de c¨¢mara que b¨¢sicamente se apoy¨® en tres cuartetos: Fragmento, de 1986; Caligraf¨ªa serena, de 1994, y Flessuoso, de 1990; entre ellos, una p¨¢gina de gran virtuosismo y alta belleza, Il violino spagnolo, para viol¨ªn solo (1988), y Ofrenda, para violonchelo (1981-1983), versi¨®n de concierto de la m¨²sica integrativa, m¨¢s que ilustrativa, escrita para el montaje esc¨¦nico de La velada en Benicarl¨®, de Manuel Aza?a.Quiz¨¢ con estas dos obras, de tan distinto talante, quiso el Cuarteto Arditti significar a sus dos miembros que permanecen desde la fundaci¨®n del grupo, en 1974, o sea, Irvine Arditi y Roham de Saram. Lo cierto es que la gran obra de c¨¢mara de Luis de Pablo aparece ligada al conjunto londinense que la estrena, la difunde y la graba entre las m¨¢s representativas de la contemporaneidad. Nada m¨¢s beneficioso para un compositor que trabajar, codo con codo, para unos int¨¦rpretes asiduos y de tan excepcional categor¨ªa. Nada tambi¨¦n m¨¢s deseable para la audiencia que recibe, con extremada claridad, identidad de criterio y fluida continuidad, los mensajes, a veces ariscos, m¨¢s frecuentemente serenos, de un compositor militante, a lo largo de su prolongada carrera, en el m¨¢s agudo, original y bien pensado inconformismo.

La figura y la rica y multiforme invenci¨®n de Luis de Pablo parece m¨¢s clara y transparente, queda explicada con exactitud, desde la escritura cuartet¨ªstica y cuanto supone en el orden instrumental m¨¢s que en el meramente formal, siempre teniendo en cuenta que para Luis, polemista encendido, contenido y forma son, en definitiva, la misma cosa: caras indisociables de un ¨²nico acto art¨ªstico.

Estas obras para cuarteto de Luis de Pablo se me antojan la reducci¨®n al m¨¢s puro estado de su complejo universo musical y human¨ªstico, que, entre otras cosas, nos dice la posibilidad de una mel¨®dica cant¨¢bile o instrumental, seg¨²n pinte ¨®pera o c¨¢mara, de nuevo cu?o, o una textura que el pensamiento y el saber, mano a mano, convierten en comunicatividad aparentemente sencilla.

Brava m¨²sica de c¨¢mara y tan brava versi¨®n como la escuchada de los Arditti impactaron al p¨²blico, que aplaudi¨® a todos, con el compositor homenajeado al frente, y sinti¨® haber asistido a algo muy importante. No se equivoc¨®.