El dilema de Chirac

La silla menos c¨®moda en la pr¨®xima cumbre de Niza de la Uni¨®n Europea la va a ocupar el presidente franc¨¦s, Chirac; de eso no va a caber ninguna duda. Porque no s¨®lo va a tener que negociar muy diversos compromisos entre los 15 pa¨ªses miembros para conseguir un nuevo Tratado de Niza de la Uni¨®n Europea, sino que tambi¨¦n tendr¨¢ que hacer ciertas concesiones en aspectos sensibles en beneficio de su propio pa¨ªs. Si no procede de esta manera, la cumbre de Niza puede terminar en embrollo, en el mejor de los casos, si no finaliza en fracaso, en el peor de los casos. La decisi¨®n m¨¢s dura que debe afrontar es la de permitir que Alemania tenga m¨¢s votos en la UE que ning¨²n otro pa¨ªs, lo que pondr¨ªa en cuesti¨®n el aserto que ha subrayado la reconciliaci¨®n tras la guerra durante los ¨²ltimos cincuenta a?os: Francia y Alemania tienen id¨¦ntico peso en los asuntos europeos. (...) Chirac busca, todav¨ªa, la manera de mantener la paridad francesa con Alemania. Pero de esta forma se abre un conjunto de problemas, con Espa?a deseando la paridad con los Cuatro Grandes y con B¨¦lgica pidiendo igualdad respecto a Holanda. La definici¨®n del peso en votos se ha convertido en una batalla por el orgullo nacional. La mejor soluci¨®n seguir¨ªa siendo el sistema de la doble mayor¨ªa, pero si no pudiera llegarse a un acuerdo, Chirac debe asumir la realidad y aceptar que Alemania tenga unos cuantos votos m¨¢s (...) As¨ª, se podr¨¢ convencer a Espa?a de aceptar unos cuantos votos menos. Ser¨ªa una soluci¨®n que aunara pragmatismo y principios, lo que asegurar¨ªa un final feliz en la cumbre de Niza.Londres, 5 de diciembre