Las otras capitalidades JOAN SUBIRATS
Se nos informa en el ¨²ltimo n¨²mero del bolet¨ªn Barcelona Informaci¨®, que edita y distribuye gratuitamente el Ayuntamiento de Barcelona, que la ciudad se ha incorporado al "mapa mundial de la nueva econom¨ªa" y se ha situado entre los 18 centros impulsores en Europa. Se indica que Barcelona aparece como la sexta mejor ciudad de negocios de Europa, a juicio de los altos directivos consultados. Me felicito por ello, y coincido con el esp¨ªritu de la noticia en que tenemos que mejorar en telecomunicaciones, en conexiones de transporte internacional y en el acceso a los mercados. Pero me gustar¨ªa que no cay¨¦ramos en la trampa de una visi¨®n unilateral de los atractivos actuales y potenciales de la ciudad.Nadie duda de que nos estamos jugando mucho. El futuro de Barcelona puede depender de si el AVE pasa por el aeropuerto, del consenso sobre la financiaci¨®n del F¨°rum 2004, de la superaci¨®n del bloqueo del Plan Delta, de la expansi¨®n del metro o del desarrollo de nuevas ¨¢reas comerciales y de oficinas en el eje Sagrera-Poblenou-Diagonal Mar. Podemos incluso discutir sobre la importancia para el crecimiento de Barcelona que puede tener el t¨²nel de Horta o de si conviene emprender la v¨ªa del crecimiento en altura de los edificios dado el casi definitivo agotamiento de suelo disponible. Puedo o no estar de acuerdo con estas decisiones. Algunos de estos asuntos me producen escalofr¨ªos, mientras que en otros estoy dispuesto a arrimar el hombro cuando haga falta. Lo que me gustar¨ªa es que entraran en juego otras consideraciones al discutir sobre el futuro de la ciudad y sus potencialidades.
Parece que s¨®lo exista una medida de progreso y de desarrollo de la ciudad: el desarrollo y el crecimiento econ¨®mico, el n¨²mero de empresas que tenemos, el volumen de negocios que logramos atraer o la capitalidad econ¨®mica de Barcelona en su ¨¢rea de influencia. Sin despreciar esos criterios, pienso que deber¨ªamos tener en cuenta otras formas de medir capitalidad, significaci¨®n, calidad de vida. Barcelona y su atractivo actual y potencial dependen tambi¨¦n de otras variables, de otros est¨¢ndares. En las ¨²ltimas semanas se suceden actos, foros y movidas en la ciudad que simbolizan otras formas de buscar capitalidad, de adquirir significaci¨®n en el escenario de la globalizaci¨®n. Voy a poner algunos ejemplos.
Caixa de Catalunya acogi¨® en sus locales del edificio de La Pedrera hace ya unas semanas unas jornadas sobre banca ¨¦tica organizadas por un nutrido y significativo grupo de entidades (desde Caritas o los Caputxins a Comisiones Obreras y la Fundaci¨® Bofill) reunidas en torno a FETS (Finan?ament ?tic i Solidari). En el encuentro, de gran nivel y con importante presencia de experiencias internacionales tan conocidas como las del Grameen Bank de Bangla Desh, se not¨® la ausencia de la entidad de ahorros m¨¢s importante del pa¨ªs, preocupada quiz¨¢ por otros negocios. Las jornadas, superando la ret¨®rica habitual en este tipo de actos, sirvieron para poner en marcha iniciativas de microcr¨¦ditos en nuestro pa¨ªs, orientados a potenciar proyectos sociales y comunitarios o peque?as iniciativas de personas que buscan una v¨ªa aut¨®noma y no dependiente para salir de la exclusi¨®n. La m¨²sica era clara: se puede ganar dinero, se puede favorecer el desarrollo econ¨®mico, pero las cuentas de resultados deber¨¢n ser cada vez m¨¢s complejas, deber¨¢n tener en cuenta factores sociales o ambientales. En otro contexto, a finales de noviembre, una de las entidades m¨¢s din¨¢micas de ayuda al desarrollo, Cooperacci¨®, apadrin¨® la organizaci¨®n de un foro internacional para la exigibilidad de los derechos econ¨®micos, sociales y culturales. El observatorio creado para vigilar el cumplimiento de la Declaraci¨®n Universal de Derechos encontraba as¨ª una ocasi¨®n para poner de relieve c¨®mo las experiencias de modernizaci¨®n econ¨®mica a caballo de la globalizaci¨®n en Am¨¦rica Latina, Filipinas o Tailandia llevan muchas veces aparejadas violaciones de los derechos humanos. Asimismo, nuestra ciudad ha sido recientemente escenario de manifestaciones muy significativas en contra del racismo, en defensa de la ense?anza p¨²blica o en contra del terrorismo y a favor del di¨¢logo ante el problema del Pa¨ªs Vasco.
?No es ese desgranar continuo de iniciativas, de expresiones de civismo y responsabilidad colectiva una demostraci¨®n de otras capitalidades potenciales de la Barcelona global? ?No es cierto que sin esa vitalidad social y comunitaria nuestra ciudad ser¨ªa otra cosa? Cuando los visitantes y los ejecutivos entrevistados hablan de la calidad de vida y los atractivos de Barcelona, ?no se refieren tambi¨¦n a ese latir ciudadano, a esa sensaci¨®n de encontrarse con gentes activas y preocupadas no s¨®lo por la cotizaci¨®n de bolsa? Convendr¨ªa reflexionar sobre ello cuando discutamos sobre la Barcelona que queremos. No creo, por ejemplo, que podamos seguir mucho tiempo hablando del F¨°rum 2004 como si s¨®lo se tratara de una nueva oportunidad, como fueron los JJ OO, de arreglar urban¨ªsticamente lo que nos qued¨® en el tintero o como un negocio tur¨ªstico m¨¢s. Dotar de contenido al futuro de la ciudad no es s¨®lo hablar de infraestructuras o de comunicaciones. Es tambi¨¦n hablar de gente, de estilos de vida, de c¨®mo incentivar e impulsar la continuidad de esas iniciativas c¨ªvicas que completan y diversifican la cuenta de resultados de Barcelona. No caigamos en la trampa de una globalizaci¨®n que se nos presenta s¨®lo en su dimensi¨®n econ¨®mica y donde cada quien vale lo que vale en el mercado. Barcelona puede aspirar a ser capital global tambi¨¦n en otras dimensiones. Caer en la l¨®gica del "s¨®lo negocios" es erosionar el mismo atractivo que hoy despierta la ciudad y restringir quiz¨¢ su futuro..
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.