Espa?a acaricia la Copa Davis
Corretja y Balcells rompen las estad¨ªsticas y no dan opci¨®n alguna a Woodforde y Stolle en el partido de dobles
El gui¨®n de la final de la Copa Davis qued¨® ayer trastocado. ?Recuerdan que siempre se apelaba al milagro en esta competici¨®n? Pues lleg¨® inesperadamente Joan Balcells, el invitado de ¨²ltima hora en el equipo espa?ol, y no se crey¨® que el punto ya era de los australianos como repet¨ªan empecinadamente las estad¨ªsticas. Por mucho que los espa?oles sean una pareja improvisada y que Mark Woodforde y Sandon Stolle fuesen el uno y el tres del mundo en dobles, a Juanito, como le bautiz¨® el p¨²blico, no le dio la gana de pasar inadvertido. Empujando a ?lex Corretja, Balcells hizo que la final cambiase de color. Espa?a afronta hoy la ¨²ltima jornada con ventaja, 2-1, y todo a su favor. Los capitanes, el llamado G-4, decidir¨¢n si utilizan al n¨²mero uno, Corretja, para el cuarto punto, ante Lleyton Hewitt, el m¨¢s peligroso de los australianos, o si mantienen a Juan Carlos Ferrero, que salv¨® a Espa?a el viernes. En ese caso, Corretja jugar¨ªa el quinto punto.?Alguien cree que no sirvi¨® de nada perder las finales de 1965 y 1967? Juanito Balcells es la prueba de que fueron derrotas con premio. Aunque ¨¦ste llegue 33 a?os m¨¢s tarde. Balcells es de una familia de carniceros que tienen su puesto en el mercado de Santa Catalina, en el barrio barcelon¨¦s de La Ribera. A los 10 a?os le pusieron una raqueta en las manos y comenz¨® a jugar en el Club Nataci¨®n Montju?c, cuya tradici¨®n no es precisamente ten¨ªstica. Es un hijo de los Santana, Orantes, Gisbert y Arilla. Es un producto claro de la socializaci¨®n del tenis en Espa?a. Sin complejos, sin cara de susto, Balcells, que se entretiene estos d¨ªas leyendo El cuaderno gris, de Josep Pla, hizo su trabajo perfectamente. No perdi¨® ni una sola vez su saque y les complic¨® la vida todo lo que pudo a los australianos. Con esa pinta de extra de la serie Curro Jim¨¦nez que le dan sus enormes patillas y su pa?uelo verde, Balcells demostr¨® ser un especialista con los nervios templados. Un profesional.
A Woodforde le falt¨® su pareja de siempre, Todd Woodbridge, ausente porque su esposa va a dar a luz en estos d¨ªas. Con Stolle, con el que ha jugado cinco veces, no alcanz¨® los niveles de perfecci¨®n de la hist¨®rica pareja de los Woodis. Adem¨¢s, se equivocaron al cargar el peso sobre Balcells. El que ten¨ªa ayer el brazo m¨¢s blando era Corretja. Perdi¨® dos veces su saque y sali¨® a flote porque ten¨ªa a Juanito para apoyarse, junto a un p¨²blico que reaccion¨® a la rega?ina que le dieron los jugadores por la frialdad que, seg¨²n ellos, demostr¨® el viernes. Claro que ayer se corri¨® el riesgo en algunos momentos de perder la m¨ªnima compostura exigible.
A Corretja, el espa?ol mejor clasificado, le han llevado entre algodones los capitanes hasta la ¨²ltima jornada. Es un curioso n¨²mero uno que no se mancha de sangre hasta que es imprescindible. El propio Hewitt lo dijo el viernes: "Ver a Corretja sentado en el banquillo ha dado mucha moral a nuestro equipo". Si por m¨¦ritos fuera, hoy deber¨ªan jugar Ferrero y Balcells. Son los dos espa?oles que m¨¢s sensaci¨®n han dado de estar disfrutando de la final, sin la tensi¨®n acumulada que emiten los rostros de Costa y Corretja.
Con la cabeza fr¨ªa, parece natural dejar que Ferrero se enfrente a Hewitt en el cuarto punto para que Corretja juegue el quinto frente a un Patrick Rafter disminuido por sus calambres del viernes. El G-4 tiene la opci¨®n de utilizar a Corretja ante Hewitt, pero entonces ser¨ªa Albert Costa, el que menos seguridades da ahora mismo, quien jugase el punto decisivo.
No es hora de m¨¢s experimentos ni puzzles. Si dejasen votar a los espectadores, seguro que elegir¨ªan ver a Ferrero y Hewitt, uno frente a otro, hoy. Son dos de los mejores talentos de la generaci¨®n que llega y su partido podr¨ªa ser el inicio de una larga pugna. Hewitt, muy motivado, no est¨¢ dispuesto a ver desde su silla de pista la fiesta espa?ola. Y Ferrero cuaj¨® un gran partido el viernes con una mochila enorme de responsabilidad sobre sus hombros.
La Copa Davis est¨¢ a un suspiro de ser espa?ola por primera vez en la historia. Treinta y tres a?os despu¨¦s, el tenis espa?ol, uno de los mejores del mundo, aspira a colocar su nombre por f¨ªn en la lista de ganadores de la Ensaladera. Pero, ojo, que enfrente est¨¢ un equipo herido que a¨²n siente el orgullo de los campeones. Para hoy, la ¨²ltima sesi¨®n de nervios, tensi¨®n y... ?alegr¨ªa?
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