Un cura para un misterio
Desde que Jes¨²s Gil es alcalde, las finanzas de Marbella son un misterio. ?C¨®mo puede estar en la bancarrota un Ayuntamiento que ha permitido tan monstruoso desarrollo urban¨ªstico? ?C¨®mo es posible que desaparezcan sin dejar rastro contable al menos 64.000 millones de pesetas?Hasta ahora, Gil ha logrado encontrar gente que le prestara -o, mejor, le alquilara- su aval para justificar sus atropellos urban¨ªsticos. Juristas, catedr¨¢ticos y arquitectos de sonoros apellidos -y tambi¨¦n, en alg¨²n caso, de oscuro pasado- han tratado dar la raz¨®n a las sinrazones urban¨ªsticas del alcalde de Marbella.
M¨¢s complicado debe de ser, en cambio, intentar respaldar sus pr¨¢cticas econ¨®micas. Para un problema de estas dimensiones no basta un economista, por mucho fuelle que tenga. Hace falta algo m¨¢s. Por lo menos, un te¨®logo, alguien acostumbrado a tratar con soltura grandes misterios.
Afortunadamente, Jes¨²s Gil cuenta entre sus seguidores con profesionales de todo tipo. En su elenco no pod¨ªa faltar un te¨®logo. Y no un te¨®logo cualquiera, sino un hombre que junta casi todos los honores posibles: es doctor honoris-causa por la Universidad de C¨®rdoba, can¨®nigo penitenciario de la Catedral de C¨®rdoba, can¨®nigo de honor del Cabildo Catedral de Sevilla y prelado de honor del Papa. Un hombre por encima de cualquier doctrina que ha elogiado por igual el pensamiento de Averroes y la reforma trinitaria y ha condenado a la par el capitalismo y el comunismo. Este hombre se llama Miguel Castillejo y preside CajaSur, la segunda caja de ahorros andaluza.
Mientras los peri¨®dicos daban a conocer el espeluznante informe del Tribunal de Cuentas que detectaba un agujero de 64.000 millones en el Ayuntamiento de Marbella, el cura Castillejo acud¨ªa en ayuda del alcalde. "La alcald¨ªa de Jes¨²s Gil", bendijo el sabio cl¨¦rigo, "es un signo claro de eficacia y de buen hacer como gestor y empresario".
Me tranquilic¨¦ bastante cuando le¨ª estas palabras de Castillejo en el peri¨®dico municipal de Marbella. Vivo en esta ciudad desde hace m¨¢s de seis a?os y la verdad es que me consuela saber que mis impuestos han ayudado a crear un modelo de gesti¨®n que, seg¨²n este can¨®nigo, ha "tenido el importante efecto de extenderse a otros lugares del planeta como una nueva forma de entender lo econ¨®mico, lo comercial y lo financiero". Tambi¨¦n me consuela saber que los marbell¨ªes no disfrutaremos de manera ego¨ªsta de tanta eficacia, porque, seg¨²n el presidente de CajaSur, el de Marbella "es el futuro que Andaluc¨ªa debe ir buscando".
Es verdad que despu¨¦s de leer las palabras de Castillejo sigo sin entender d¨®nde est¨¢n los 64.000 millones, ni por qu¨¦ Marbella est¨¢ al borde de la bancarrota. Pero ese no es mi ¨²nico problema: tampoco he logrado comprender todav¨ªa el misterio de la sant¨ªsima trinidad. Y aqu¨ª me tienen.
No soy cliente de Cajasur, pero viendo la lucidez de su presidente me entran muchas ganas de abrir una libreta, porque no tengo dudas de que esa entidad se regir¨¢ por los mismos principios "de eficacia y de buen hacer" que Castillejo admira en la gesti¨®n municipal de Marbella. Si es as¨ª, y por el bien de sus impositores, espero que el presidente de Cajasur tenga m¨¢s suerte que Gil.
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