Por un PHN de consenso

En el debate sobre el agua abierto recientemente, los socialistas valencianos hemos fijado claramente nuestro posicionamiento: el PSPV no est¨¢ en contra de cualquier Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN), ni mucho menos del hecho que aquellas cuencas hidrogr¨¢ficas que sean estructuralmente deficitarias, como son las del X¨²quer o el Segura, reciban aportaciones procedentes de otras cuencas excedentarias para poder cubrir sus necesidades actuales y futuras.Si hoy en el Estado espa?ol no disponemos de un PHN, y la Comunidad Valenciana a¨²n no tiene solucionadas sus necesidades h¨ªdricas, se debe a la actitud del Partido Popular que, en 1993, bloque¨® la tramitaci¨®n parlamentaria del anteproyecto del PHN del Gobierno del PSOE, promovido por el entonces ministro de Obras P¨²blicas Josep Borrell. En este sentido, s¨®lo cabe recordar las feroces diatribas del hoy presidente del Gobierno, se?or Aznar, lanzadas en aquellas fechas en diversos foros, prometiendo a la comunidad aut¨®noma de Arag¨®n (cabe recordar que en aquel momento gobernada por su partido) que no aceptar¨ªan el trasvase de aguas del Ebro a otras cuencas hidrogr¨¢ficas.

Ni los valencianos tenemos por qu¨¦ resignarnos a que la providencia divina haya creado una Espa?a seca y otra h¨²meda como alguien argumentaba entonces, ni los aragoneses a que la energ¨ªa solar y la luz sean un don que justifique irreversiblemente una actitud de resignaci¨®n, como se apunta ahora.

Es cierto que en el PSPV no podemos compartir los contenidos del PHN presentado por el actual Gobierno como soluci¨®n a los problemas hist¨®ricos de los desequilibrios h¨ªdricos existentes entre las diversas partes del territorio peninsular, y ello por muchas razones.

El ministro Matas no ha presentado en realidad un PHN, sino un documento que no cumple en absoluto los requisitos de una correcta planificaci¨®n hidrol¨®gica. Un documento que no alcanza a ser un Plan Hidrol¨®gico, qued¨¢ndose en un mero Plan Hidr¨¢ulico en el cual, en aquellos aspectos que nos interesan a los valencianos, carga toda la responsabilidad de aportaciones hacia la Comunidad Valenciana en un solo r¨ªo (el Ebro), disminuyendo as¨ª la seguridad que s¨®lo podr¨ªa dar una diversificaci¨®n de los aportes h¨ªdricos.

El PHN carece de un dise?o riguroso de la planificaci¨®n, que abarque todas las cuencas y considere, con seriedad, todas las opciones existentes para atender los problemas de calidad y cantidad de los recursos h¨ªdricos que necesitamos, entre otros, los valencianos.

Un PHN debe ser mucho m¨¢s que trasvases. Contemplado desde la filosof¨ªa que preside la recientemente aprobada Directiva Marco de Aguas de la Uni¨®n Europea, el PHN contempla una gesti¨®n del agua desfasada. Es necesario cambiar de una concepci¨®n anticuada, que ha primado las pol¨ªticas de captaci¨®n de nuevos recursos, a otra, que es la que defendemos los socialistas, que debe incidir principalmente en el mejor uso de los recursos existentes, haciendo prevalecer lo cualitativo sobre lo cuantitativo, poniendo el acento en la oferta y no en la demanda.

Para nosotros el PHN, en un contexto de redistribuci¨®n solidaria de los recursos presupuestarios, debe estar encaminado a lograr un mayor equilibrio territorial y un desarrollo sostenible. Pero ?va en esta direcci¨®n el anteproyecto del PHN o m¨¢s bien en la contraria? Aunque el desarrollo sostenible ha recibido muy variadas interpretaciones, la forma m¨¢s simple y directa de caracterizarlo es diciendo que a lo que esta opci¨®n de desarrollo aspira es a que la generalidad de los ciudadanos viva los m¨¢s a?os posibles de la mejor manera posible y que esta pretensi¨®n no impida ni coarte el que ciudadanos de otros ¨¢mbitos puedan tambi¨¦n desarrollarse o que tambi¨¦n lo hagan las generaciones futuras.

Sin duda el proyecto del Gobierno no tiene esa ambici¨®n y, por el contrario, acentuar¨ªa los desequilibrios territoriales, comportar¨ªa graves impactos ambientales y no garantizar¨ªa en absoluto una gesti¨®n sostenible del agua.

El Gobierno no aclara la repercusi¨®n de los costes derivados de su propuesta. Los textos del PHN plantean la posibilidad de modular las repercusiones, encareciendo los abastecimientos urbanos, pero la discrecionalidad es absoluta, ya que, adem¨¢s, la aportaci¨®n del agua trasvasada podr¨¢ efectuarse por parte de un concesionario a usuarios concretos, y no al conjunto de la cuenca receptora, con lo cual ni siquiera se garantiza que resulten beneficiados por el trasvase los usuarios cuyos d¨¦ficits justifican, en teor¨ªa, el propio trasvase. Se podr¨ªa dar la paradoja, pues, de que con el PHN del Gobierno se perpetuaran situaciones de infradotaci¨®n -o de sobreexplotaci¨®n de acu¨ªferos- en los regad¨ªos valencianos consolidados, mientras se atienden demandas urbanas o tur¨ªsticas a un coste similar al de la desalaci¨®n o la reutilizaci¨®n de aguas depuradas.

Frente a ello los socialistas reivindicamos una gesti¨®n p¨²blica del agua de cualquier procedencia, que garantice todos los usos actuales con criterios de sostenibilidad, y que evite la especulaci¨®n sobre la misma y sus consiguientes efectos sociales, territoriales y ambientales.

El PHN debe apostar por el futuro. A pesar de las continuas manifestaciones del Gobierno sobre la modernidad de su oferta en materia de pol¨ªtica de agua, cabe denunciar con rotundidad que el proyecto presentado se corresponde con una visi¨®n obsoleta, en la que no juegan el papel que merecen los mecanismos necesarios para garantizar el uso racional del agua y la m¨¢xima eficiencia de la infraestructuras, ni si plantean las posibilidades de explotaci¨®n conjunta aguas superficiales-aguas subterr¨¢neas, ni se tiene suficientemente en cuenta la evoluci¨®n previsible de las tecnolog¨ªas de desalinizaci¨®n, reutilizaci¨®n de aguas residuales y potabilizaci¨®n, ignorando totalmente los caudales ecol¨®gicos de los r¨ªos y la recarga de los acu¨ªferos. En particular, resulta imprescindible coordinar la pol¨ªtica del agua con la pol¨ªtica de regad¨ªos para favorecer la modernizaci¨®n del sector agr¨ªcola, la correcta dotaci¨®n de los regad¨ªos legales infradotados y la erradicaci¨®n de los regad¨ªos ilegales.

En esa l¨ªnea el PHN debe ir ligado a la ejecuci¨®n del Plan Nacional de Regad¨ªos, con una ordenaci¨®n de los cultivos, de forma que se apueste por los m¨¢s competitivos.

El Plan Hidrol¨®gico Nacional solamente ser¨¢ un ¨¦xito si es el fruto de un amplio consenso territorial y es al Gobierno a quien le corresponde crear las condiciones para que ¨¦ste pueda darse.

Si exigimos solidaridad de otros territorios, y creemos poder pedirla honradamente, debemos de ser capaces de mantener un di¨¢logo franco con ellos, y acreditar que dichos recursos son estrictamente imprescindibles y que la gesti¨®n que se har¨¢ de ellos ser¨¢ p¨²blica, transparente y justa, previa justificaci¨®n del hecho que hemos agotado todas nuestras actuales posibilidades y que optamos por una f¨®rmula de crecimiento coherente que no reproduzca en el futuro, y de forma exponencial, nuevas necesidades de agua.

En el caso concreto de las necesidades h¨ªdricas de nuestra agricultura, es fundamental limitar el incremento de los regad¨ªos para pedir con legitimidad, pero tambi¨¦n para evitar poner en peligro el reequilibrio que pudiese obtenerse con el trasvase y la consiguiente perpetuaci¨®n de la situaci¨®n de d¨¦ficit estructural.

En el Consejo Nacional del Agua y mediante el di¨¢logo con los m¨¢ximos responsables de las comunidades aut¨®nomas, el Gobierno conocer¨¢ las diferentes posiciones procedentes de todos los ¨¢mbitos territoriales y sociales.

Desde el PSPV hacemos un llamamiento a la Generalitat para que finalice sus deberes pendientes e invitamos al Gobierno a que revise su propuesta de PHN para poder avanzar hacia el consenso, al tiempo que reiteramos, tanto al Consell como al Gobierno central, nuestra voluntad y disposici¨®n de colaborar en el mismo. Un consenso que debe lograrse con razones y argumentos l¨®gicos y no anat¨®micos.

Francesc Signes N¨²?ez es secretario de Medio Ambiente, Aguas y Pol¨ªtica Territorial del PSPV.