9.000 personas acuden al concierto de 'Solidarios en el Estrecho' en Madrid

Un p¨²blico poco acostumbrado a espect¨¢culos de cinco horas se entreg¨® anoche al festival Solidarios en el Estrecho, de principio a fin, atra¨ªdo por una causa suficientemente publicitada y por cinco artistas directamente sacados de la lista de ¨¦xitos de este a?o. Con el tema de que se trataba, eso s¨®lo se consigue con artistas de aqu¨ª y canciones de aqu¨ª, a ser posible ¨¦xitos infalibles, exactamente lo que los organizadores ofrecieron, y lo que el p¨²blico devor¨® entusisamado. Uno de esos conciertos con m¨¢s pana que cuero y m¨¢s mecheros que sudor, pero que el p¨²blico manej¨® a su gusto desde el principio, y obtuvo justa recompensa a sus ganas de pasarlo bien.Para calentar, Madonna y un buen pu?ado de ¨¦xitos de 40TV en las videopantallas. Lo m¨¢s adecuado para recibir al raro de la noche, al guiri, un Robbie Williams que lleg¨® con la etiqueta de guapo oficial del concierto e hizo honor alo que se esperaba de ¨¦l. Del apagado de luces se pas¨® al "?Robbie, Robbie, Robbie...!" con el que una gran masa adolescente, minor¨ªa sin embargo, se hizo con el control de la situaci¨®n en el Palacio de los Deportes.

El brit¨¢nico ha logrado consolidar una carrera en solitario cimentada en unos recursos esc¨¦nicos, aprendidos en grupos adolescentes, que le han permitido conquistar a las hermanas peque?as de las fans de Take That. La celebrad¨ªsima Rock Dj dej¨® claro que los viejos temas han quedado atr¨¢s. El que puede, puede.

El verdadero concierto solidario estaba por llegar. El ni?o envejecido Williams ten¨ªa a su p¨²blico ruidoso y entregado entes de bajarse del avi¨®n. Pero esa entrega s¨®lo se convirti¨® en calor cuando salt¨® al secenario Rev¨®lver, Carlos Go?i. ?ste puso las gotas de sudor a un concierto que se hab¨ªa quedado fr¨ªo tras los calculad¨ªsimos movimientos del guiri y la media hora larga que pas¨® entre las dos actuaciones. Lo m¨¢s protestado de la noche, lo ¨²nico, m¨¢s bien.

Rock de aqu¨ª y palabras en castellano que hicieron, por primera vez, que el p¨²blico comenzara a ponerse de acuerdo sobre lo que de verdad se estaba tratando all¨ª. Despu¨¦s de Calle Mayor, ya no hubo vuelta atr¨¢s. La noche se hab¨ªa convertido en una ocasi¨®n de oro para celebrar los cl¨¢sicos. A partir de ah¨ª, el p¨²blico aplaudi¨® hasta los v¨ªdeos de inmigrantes desfallecidos, obligado recordatorio del fundamento de la juerga y del precio de las entradas.

Rev¨®lver se lo dej¨® rodado a La Uni¨®n, que, ahora s¨ª con la pausa justa, se marc¨® una actuaci¨®n previsible pero impecable sobre una balsa de palmas. Ella es un volc¨¢n, Maracaibo y para qu¨¦ quieres m¨¢s. Despu¨¦s de 15 a?os subidos a un escenario, a estos tipos nadie tiene que decirles qu¨¦ quiere o¨ªr la gente.

Se quejaba una se?ora en sus cuarenta a?os de que su ni?a de ?seis a?os! la hab¨ªa arrastrado hasta el Palacio porque quer¨ªa ver a Miguel Bos¨¦. El amo de la noche. El principal responsable, junto con el proyecto Solidarios, de la pasmosa, por ampl¨ªsima, banda de edad en la que se mov¨ªa el respetable. Fue Girados, Bos¨¦ y Ana Torroja, el n¨²mero m¨¢s celebrado de la noche, un fin de fiesta a la altura de las circunstancias. Un p¨²blico que hab¨ªa empezado dividido cuatro horas antes entre el bailoteo de Williams y el puesto de bebidas estaba ahora completamente unido para aclamar a dos iconos pop.

Sali¨® Torroja, y con la canci¨®n de Nochevieja m¨¢s conocida de una generaci¨®n, dej¨® al p¨²blico entregado y en espera de que Bos¨¦ se comiera los restos de gargantas, palmas y saltos que quedaban. Y quedaban muchos. Girados devor¨® la ¨²ltima hora del festival con un pu?ado de canciones de toda la vida que todav¨ªa, y por muchos a?os, transmiten vibraciones incontestables a varias generaciones.

Pocas veces se da una conexi¨®n con los artistas tan poco sometida a cr¨ªtica como en este tipo de encuentros, en los que todo el mundo se sabe su frase y el p¨²blico est¨¢ en su papel y a lo que caiga. Anoche, el concierto Solidarios en el Estrecho, adem¨¢s de recaudar 22 millones de pesetas para las ONG que prestan ayuda, m¨ªnima y a la vez gigante, a los inmigrantes de las playas del sur, fue un gran espect¨¢culo, de principio a fin, que funcion¨® como la m¨¢quina de ¨¦xito perfectamente engrasada que es.