La felicitaci¨®n de Fr¨¹hbeck
Versiones
Con puntualidad mitad germana, mitad burgalesa, Fr¨¹hbeck viene a Madrid "por las fiestas" para felicitar con "su" Novena. Acabamos de asistir a su ¨²ltima versi¨®n del siglo XX, lo que no sucede todos los d¨ªas, y la ¨²nica noticia y hasta la sola cr¨ªtica posible ser¨ªa: como hace un a?o, como hace diez, como hace veinte, Fr¨¹hbeck de Burgos, la Orquesta y Coros Nacionales viven con orden y pasi¨®n la ¨²ltima sinfon¨ªa beethoveniana .Casi constituye un leit motiv en la biograf¨ªa de la ONE, el encontrarse en un "momento cr¨ªtico", lo que resulta extra?o trat¨¢ndose de la primera formaci¨®n orquestal del Estado. Se escribe, se comenta y se "navegan" mil aventuras y desventuras, pero lo cierto es que cada vez que la Orquesta Nacional y su hermano menor el Coro Nacional salen a escena, muestran su capacidad y sus posibilidades con inusitada brillantez bajo el pilotaje de Fr¨¹hbeck.
En s¨ª mismo, como en los instrumentistas de la ONE y los renovados cantores, brilla una herencia que empez¨® muy avanzado el siglo XIX gracias a Barbieri, Monasterio, V¨¢zquez, Bret¨®n, autores de la Sociedad de Conciertos con la que Espa?a ingresa en el "mercado com¨²n" del gran sinfonismo, como atestiguara P¨¦rez Gald¨®s. Incluso al frente de la agrupaci¨®n estuvieron como invitados figuras como Strauss y Liszt. Y, en contra del lo que suele creerse desde Madrid, la visita de la Sociedad de Conciertos a Barcelona, absolutamente triunfal. Sirvi¨® como acicate para que en la capital catalana florecieran empe?os an¨¢logos.
Esta vez, ante una sala abarrotada y propicia, cantaron cuatro solistas: Irene Theorin, de Suecia; Birgit Remmert, de Alemania; Albert Bonnema, de Holanda, y el espl¨¦ndido bajo coreano Kwangchul Youn, tan aplaudido en la Unter den Linden con Barenboim, como en la Octava de Mahler, con Ashkenazy, en Mois¨¦s y Aar¨®n, de Chicago, o en Los maestros cantores, de Bayreuth. Total: ¨¦xito completo que alcanz¨® al pianista Joaqu¨ªn Soriano como solista de la Fantas¨ªa con coros ofrecida en la primera parte, obra menor ante la monumental belleza de la Sinfon¨ªa, pero que encierra su dificultad para el pianista. La dome?¨® el catedr¨¢tico de nuestro Real Conservatorio con expresiva musicalidad.
Si echamos una ojeada a la m¨²sica en estas "fiestas" encontramos una variedad siempre digna de alabanza pues desde Bach (Misa en si menor, Magn¨ªficat, Oratorio de Navidad) y Haendel (El Mes¨ªas, por dos veces) hasta Arvo Paart, Halffter, De Pablo y los j¨®venes de ¨²ltima promoci¨®n presentados por la nueva Asociaci¨®n de Compositores de Madrid. Nos encontramos con unas cuantas versiones locales o nacionales del Concierto de fin de a?o, en Viena, esto es, la familia Strauss y el comp¨¢s de tres por cuatro "a toda pastilla".Diversas entidades musicales y sociales aportan su colaboraci¨®n a los sonidos navide?os. Comunidad, Inaem, universidades, formaciones auton¨®micas no madrile?as, fundaciones tal la Caja de Madrid o Isaac Alb¨¦niz, inciden en p¨¢gimas como la Ceremony of Carols, de Britten, o los Cantos de amor, de Brahms (Festival V¨ªa Magna), integrales de ciclos y obras bachianas, al terminarse el a?o conmemorativo del 250? centenario de la muerte de Bach (las Goldberg, de Schif, las audiciones de Zarabanda) o muestras de viejas m¨²sicas gloriosas a cargo de Rilling, Savall y el argentino Gabriel Garrido con los villancicos de sor Juana In¨¦s de la Cruz, mientras el centenario de Rodolfo Halffter dio ocasi¨®n de recordar su valiosa producci¨®n de c¨¢mara en la Fundaci¨®n March.
Tres orquestas gallegas se dan cita en Madrid: la Real Filarm¨®nica, con Cem Pansur, la Sinf¨®nica con V¨ªctor Pablo en un Wagner-Tschaikowsky y la del sur de Galicia. La Orquesta y Coro de la Comunidad hacen corto viaje a San Lorenzo del Escorial para estrenar Ritos de paso, de Tom¨¢s Marco, y reponer el Retablo de Navidad, de Joaqu¨ªn Rodrigo. Hasta Louis Armstrong tiene su homenaje en el Auditorio.
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