La Real camina derecha hacia el desastre

La Real Sociedad necesita unas vacaciones, terapia de choque y, sobre todo, alguien que entienda que el f¨²tbol no es s¨®lo una cuesti¨®n de f¨ªsico y buena voluntad, alguien con la habilidad suficiente para crear y dar juego. Bastar¨ªa un Iv¨¢n de la Pe?a cualquiera, con menos ficha, o un Amor, que ayer se bast¨® para asegurar a su equipo los m¨ªnimos exigibles a un conjunto de Primera. La Real no alcanza esta cuota m¨ªnima, por eso flirtea con la cat¨¢strofe y se aleja al galope de su historia. Periko Alonso puede acabar de los nervios. Entre errores de juicio y lesiones, ha empleado tantos sistemas como derrotas acumula su equipo. Ante el Villarreal lament¨® especialmente las de Aranburu (de los pocos con criterio), De Pedro (su hombre m¨¢s capaz) y Jankauskas, su delantero m¨¢s fiable. A la fuerza, Alonso parche¨® con lo que ten¨ªa a mano la carretera de segunda por la que transita. No lleg¨® a asfaltarla porque son tantos sus desperfectos que los ajustes t¨¢cticos (sobre todo si son de urgencia) no sirven para enmendar horas de abandono y maltrato.La Real carece de juego por las bandas, sencillamente porque Aranzabal no corre, trota; no toca, patea. Y porque Rekarte es tan entusiasta como impreciso. Con ¨¦l nunca se sabe: un rato puede parecer Figo y al instante centrar fuera del estadio. Tampoco juegan los donostiarras por el centro, y menos ayer, con el doble pivote Tayfun-Koklov: tan rebuscado el uno como lento el otro. Con esto, la inmensa mayor¨ªa de los encuentros protagonizados por los donostiarras es un calco del anterior: apuros bien llevados en defensa y atasco gigantesco en el centro del campo. El Villarreal, equipo aseado y poco m¨¢s, opt¨® gestionar las carencias de la Real. Amor marcaba el paso de la recuperaci¨®n y distribuci¨®n del bal¨®n. No tuvo que estrujarse los pulmones o el cerebro. Tir¨® de oficio para desequilibrar a la Real y propiciar las carreras de V¨ªctor, que sembr¨® el terror entre la tripleta de centrales locales. Dividido y expectante, el p¨²blico de Anoeta aguant¨® el tipo 21 minutos, justo para comprobar que los milagros no se dan ni en Navidad. Una falta lejan¨ªsima acab¨® con el empate inicial y con la paciencia de muchos. Fue un gol inocuo. No provoc¨® cat¨¢rsis alguna. La estudiada displicencia del Villarreal acab¨® por obligar a los locales a realizar un esfuerzo suplementario. Todo fue in¨²til. Tanto que quien acab¨® marcando volvi¨® a ser el Villarreal, eso s¨ª con una jugada maestra de V¨ªctor resuelta magistralmente por Jorge L¨®pez.