La confusi¨®n vasca

Es frecuente escuchar que los pol¨ªticos se dejan guiar por las encuestas de opini¨®n m¨¢s que por sus convicciones, de modo que el marketing estar¨ªa sustituyendo al debate de ideas. M¨¢s bien pienso lo contrario. Si se desea ganar elecciones, se debe comenzar por escuchar a los electores. Y esto, siempre v¨¢lido, lo es m¨¢s aun cuando esas opiniones no son f¨¢ciles de discernir.Francisco J. Llera, director del Departamento de Ciencia Pol¨ªtica de la UPV, lleva haciendo preguntas a los vascos desde 1977 y las ha vuelto a hacer hace s¨®lo un mes (las series hist¨®ricas pueden consultarse en la p¨¢gina web http://www.ehu.es/cpvweb/pags_directas/euskobarometroFR.html) y el resultado merece ser meditado. Pues lo que percibimos, mas all¨¢ de una gran preocupaci¨®n por la situaci¨®n pol¨ªtica y una fuerte divisi¨®n de opiniones en algunos temas, es la presencia de mayor¨ªas tambi¨¦n fuertes en otros temas y, sobre todo, una notable irritaci¨®n con ETA, pero tambi¨¦n con los pol¨ªticos. Y lo que es peor, esos datos no parecen haber variado mucho respecto al anterior Euskobar¨®metro de julio pasado y confirman lo que mostraba Demoscopia el 8 de octubre, a saber, que hay una notable divergencia de sensibilidades entre vascos y el resto de Espa?a.

Lo favorable es que las actitudes pol¨ªticas de fondo parecen seguir una evoluci¨®n positiva. Se refuerza el rechazo a ETA, se enfr¨ªa el sentimiento nacionalista y predomina la doble identidad vasca y espa?ola. El 31% censal que vot¨® a la Constituci¨®n en 1978 alcanza ya al 50%. Est¨¢n satisfechos con el autogobierno, avanza la satisfacci¨®n con el Estatuto de Gernika (cuatro de cada diez) y retrocede el independentismo. Pero los datos encubren una marcada polarizaci¨®n, y as¨ª el 30% manifiesta deseos grandes de independencia, una cuarta parte rechaza la Constituci¨®n y ETA conserva el apoyo del 7%. Adem¨¢s, el 85% solicita un acuerdo pol¨ªtico sobre c¨®mo ejercitar el (llamado) derecho de autodeterminaci¨®n.

Como era de esperar, la situaci¨®n pol¨ªtica es valorada muy negativamente, y al tiempo que crece el pesimismo m¨¢s de la mitad suspende al Gobierno del PP mientras que el Gobierno vasco, al que ciertamente se acusa de debilidad ante la violencia (el 71%), es valorado de manera ambivalente. Nada menos que el 80% culpa a los partidos de estar generando una fuerte crispaci¨®n social, percepci¨®n que se ha disparado y de la que se responsabiliza sobre todo al PP. Y as¨ª, salvo el lehendakari, los vascos suspenden a todas las instituciones por sus actitudes ante la pacificaci¨®n, incluidos el acuerdo de Lizarra, la prensa y los obispos. En resumen, se sienten bastante insatisfechos con el funcionamiento de nuestra democracia.

Todo parece indicar que los vascos sufren hoy un d¨¦ficit de representaci¨®n de sus opciones pol¨ªticas. Pues si tienen puntos importantes de contacto con el discurso nacionalista (autodeterminaci¨®n; di¨¢logo con el nacionalismo radical), tanto el soberanismo como la opci¨®n identitaria (s¨®lo vasco) y la blandenguer¨ªa con ETA, e incluso Lizarra, encuentran escaso apoyo. Pero el discurso del PP tampoco encuentra apoyos fuertes. Se rechaza la pol¨ªtica penitenciaria, se refuerzan los partidarios de una negociaci¨®n Gobierno-ETA sin condiciones (el 50%), se exige la autodeterminaci¨®n y una mayor¨ªa fuerte prefiere agotar la actual legislatura y piensa que el ganador de unas elecciones anticipadas ser¨ªa de nuevo el PNV (con casi el 28% de los votos, aunque el PP podr¨ªa mejorar significativamente). En todo caso, el candidato preferido a lehendakari es Ibarretxe y en la lista de pol¨ªticos mejor valorados los tres primeros (y los ¨²nicos aprobados) son nacionalistas. Incluso Arzalluz figura por delante de Mayor.

Lo que los vascos parecen estar pidiendo es mano dura contra ETA (como ofrece el PP pero no hace el PNV), pero comprensi¨®n con la opci¨®n nacionalista (como hace el PNV pero no el PP). No es casual que el pol¨ªtico mejor valorado sea Atutxa, emblema de una opci¨®n nacionalista, pero dura contra ETA y el terrorismo. Y as¨ª, al final, s¨®lo un Gobierno de nacionalistas y constitucionalistas podr¨ªa obtener la mayor¨ªa absoluta. En la medida en que el reciente pacto antiterrorista es s¨®lo eso (aunque no s¨¦ si lo parece), y no un pacto antinacionalista, podr¨ªa estar caminando en la direcci¨®n adecuada.