Molins tira la toalla y anuncia que dejar¨¢ la pol¨ªtica en 2003
Cansado de batirse en dos frentes -el partido y el Ayuntamiento-, el presidente del grupo municipal de CiU en Barcelona, Joaquim Molins, anunci¨® ayer su retirada. Se har¨¢ efectiva en 2003, por el simple m¨¦todo de apartarse de la carrera electoral y, en este caso, de dejar la pol¨ªtica activa. Molins sigue los pasos de su antecesor directo, Miquel Roca, que pas¨® tambi¨¦n de competir por la alcald¨ªa a la actividad privada. Con el adi¨®s de Molins desparece uno de los ¨²ltimos roquistas que ten¨ªan un papel importante en CDC.
"Dejar¨¦ la actividad pol¨ªtica tan pronto como acabe el mandato municipal. No volver¨¦ a presentarme", afirm¨® ayer Molins, en una conferencia de prensa en la que iba a tratar de asuntos relacionados directamente con el pr¨®ximo pleno municipal, convocado para el viernes. Molins utiliz¨® la Biblia para justificar su decisi¨®n: "Cada d¨ªa tiene su af¨¢n", dijo, tras asegurar que eso era lo que ahora le "tocaba hacer". "He dedicado 25 a?os de mi vida a la pol¨ªtica y ahora me toca hacer otra cosa", a?adi¨® el presidente del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona.Joaquim Molins ha seguido, casi milim¨¦tricamente, los pasos de Miquel Roca: le sucedi¨® como portavoz del grupo de CiU en el Parlament; encabez¨® luego la candidatura a la alcald¨ªa de Barcelona con resultados menos que medianos y, finalmente, ha decidido, tambi¨¦n, irse a su casa cuando expire su periodo de concejal, en el a?o 2003. Joaquim Molins no optar¨¢ a la reelecci¨®n, contrariamente a lo que ¨¦l mismo deseaba y aseguraba hace algunos meses.
Desde hace dos meses, Molins no interven¨ªa en los plenos municipales, en una clara demostraci¨®n de que hab¨ªa tirado la toalla. Mientras, la organizaci¨®n del partido en Barcelona, con Artur Mas a la cabeza, le buscaba un sustituto. Molins hab¨ªa insistido una y otra vez en que, en parte, sus malos resultados en las ¨²ltimas municipales se debieron a la falta de capilaridad de CDC en la sociedad barcelonesa y pretend¨ªa vincular al partido a una posible lucha por la alcald¨ªa en 2003. No habr¨¢ caso; si el partido hace pi?a en torno a un candidato, ¨¦se no ser¨¢ Joaquim Molins.
Pero tampoco habr¨¢ corrimiento en la lista electoral. En esta legislatura, la desgracia se ha cebado en el grupo de CiU. Molins, que figuraba en primer lugar, fue operado del coraz¨®n. La segunda de la lista, Magda Oranich, tuvo problemas de salud, al igual que el tercero y portavoz del grupo, Josep Mir¨® i Ard¨¨vol, que no se ha reincorporado a su tarea tras las vacaciones del verano. Frente a estas situaciones, el abandono del n¨²mero 10, Oriol Pujol Ferrusola, para ocupar el puesto de secretario general del Departamento de Industria es casi una frivolidad. Pero fue tambi¨¦n un s¨ªntoma del desistimiento de la batalla de CDC en Barcelona.
Oranich y Mir¨® fueron las dos apuestas personales de Molins en la campa?a para la alcald¨ªa, en detrimento de Joan Puigdollers, un concejal que ahora se ha visto aupado a las tareas municipales en el partido. Puigdollers, cuyas capacidad de trabajo y claridad expositiva son notables, ha sido uno de los concejales de CDC destacados en las ¨²ltimas legislaturas, pero siempre ha terminado relegado en las listas electorales.
Molins hizo la campa?a con fuerza y empez¨® la legislatura en la oposici¨®n pero con altas dosis de actividad cr¨ªtica. Poco a poco, y al mismo comp¨¢s en que se percib¨ªa la indiferencia que sus actuaciones provocaban en el partido nacionalista, se fue apagando su empuje. A la enfermedad de los primeros de la lista de CDC, se ha sumado ahora el anuncio de su retirada.
La falta de apoyo de Converg¨¨ncia provoca la retirada de Molins, el ¨²ltimo roquista
La retirada de Molins supone el pase a la reserva del ¨²ltimo representante de la corriente roquista de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica. El actual presidente del grupo se sienti¨® sin el apoyo de CDC cuando el aparato encabezado por su secretario general, Artur Mas, dio luz verde a la presentaci¨®n del concejal de CDC Joaquim Forn para presidir la federaci¨®n de Barcelona, cargo que se cubrir¨¢ el pr¨®ximo mes de enero.Molins quer¨ªa poder contar con esa presidencia y con el control de la federaci¨®n para preparar en el a?o 2003 el asalto a la alcald¨ªa de Barcelona con unas m¨ªnimas garant¨ªas de ¨¦xito. Pero al final, un independentista -Forn- ha ganado la partida al ¨²ltimo roquista. Las cosas han cambiado mucho en CDC en los ¨²ltimos a?os, y la marcha de Molins as¨ª lo ejemplifica.
El actual jefe del grupo municipal de CiU ya hizo en 1999 una campa?a electoral lastrada. S¨®lo pudo colocar a dos personas de su confianza en la lista para las pasadas elecciones -Magda Oranich y Josep Mir¨® Ard¨¨vol-. Molins no obtuvo la bendici¨®n de Jordi Pujol hasta el ¨²ltimo minuto, pues se enfrentaba para el cargo de candidato con el actual delf¨ªn, Artur Mas. La campa?a fue desastrosa. Los m¨ªtines no se llenaban: era la forma que el partido ten¨ªa de expresar su descontento con un candidato que consideraba extra?o. De hecho, de haber ganado las elecciones municipales el actual l¨ªder de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, ?qui¨¦n le hubiese discutido su derecho a concurrir a la carrera sucesoria de Pujol?, subrayan medios del partido. Pero no fue as¨ª. Converg¨¨ncia i Uni¨® perdi¨® 125.000 votos en Barcelona.
De este modo Molins ha acabado siendo un pol¨ªtico m¨¢s querido en Uni¨® que en Converg¨¨ncia. El partido que lidera Josep Antoni Duran Lleida ha lamentado c¨®mo la direcci¨®n de CDC ha manejado este asunto. En el comit¨¦ de gobierno de UDC del pasado d¨ªa 11 no fueron pocas las voces que censuraron la actuaci¨®n de la directiva convergente
"No entiendo por qu¨¦ ahora se tiene que cuestionar a Molins y ponerle un plazo para que decida su futuro", asegur¨® el portavoz de UDC, Jordi Casas.
Ahora ya hay quien bromea con que alg¨²n consejero est¨¢ buscando piso en Barcelona. La alcald¨ªa de la ciudad es apetecible para un partido al que tal vez aguarda una dura traves¨ªa del desierto.
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