LAS ESTAD?STICAS TRIBUTARIAS ?Es cre¨ªble el resumen del IRPF de 1999 de Hacienda?
El autor afirma que los datos facilitados por Hacienda sobre la declaraci¨®n de la renta no contienen informaci¨®n suficiente. Asimismo, asegura que esa pol¨ªtica de ocultismo es perjudicial, y m¨¢s en un a?o en el que se ha cambiado la ley.
El ministro de Hacienda ha presentado los resultados de la primera declaraci¨®n de IRPF realizada con la nueva ley aprobada en 1998, y los datos expuestos por Crist¨®bal Montoro tienen una apariencia bastante buena en aspectos tan importantes como el del reparto de la carga tributaria entre los distintos niveles de renta.Pero el problema es que no se dan las circunstancias m¨ªnimas necesarias para que la informaci¨®n sea cre¨ªble. El Ministerio de Hacienda tiene prohibido al departamento de inform¨¢tica tributaria desde el a?o 1997 la distribuci¨®n del documento que edita todos los a?os con el resultado de la declaraci¨®n de IRPF.
En este documento se incluyen, por comunidades aut¨®nomas y por provincias, los valores medios de las principales variables, como las rentas del trabajo, las rentas del capital, las rentas empresariales, la base imponible, la cuota, las deducciones, y adem¨¢s se incluyen unas tablas en las que para cada partida de la declaraci¨®n se se?alan el n¨²mero de declarantes y el valor medio de lo declarado tanto para el total de la partida como para diez tramos en que se subdivide la base imponible a efectos de posibles estudios y comparaciones.
Tambi¨¦n se publicaba cada ejercicio una Memoria de la Administraci¨®n Tributaria, en la que se inclu¨ªa un amplio resumen estad¨ªstico de los principales impuestos, pero esta memoria se dej¨® de publicar a partir del a?o 1997, ejercicio en el que se distribuy¨® por primera vez por medio de Internet.Nos encontramos en este momento con que no se dispone, si no se es allegado a los que mandan en el ministerio, de ning¨²n documento para contrastar los resultados presentados, pues no se distribuye el resumen de 1998, que sirve de referencia para la cualquier comparaci¨®n, ni el de 1999, que no se sabe si est¨¢ terminado, pero que tambi¨¦n est¨¢ prohibido distribuir. En estas circunstancias, el ministerio podr¨ªa inventarse los datos que le diera la gana, lo que supone una carencia de sensibilidad preocupante en materia de credibilidad.
El tema es grave, pues no se trata de una estad¨ªstica cualquiera, cuya omisi¨®n pudiera defenderse por razones de no abrumar con informaci¨®n o de ser una informaci¨®n innecesaria. Se trata de la informaci¨®n m¨¢s importante sobre la composici¨®n de la renta de los ciudadanos, as¨ª como de su comportamiento fiscal. Y, si todos los a?os es importante, mucho m¨¢s en ¨¦ste, en que se ha cambiado la ley y es esencial analizar en qu¨¦ medida la realidad ha respondido a lo que se esperaba de la nueva ley.
Las estad¨ªsticas b¨¢sicas del pa¨ªs constituyen un bien p¨²blico propiedad de todos los espa?oles, y la decisi¨®n de evitar su conocimiento por los ciudadanos, aparte de poco democr¨¢tica, deslegitima cualquier resumen elaborado por el departamento que haya decidido eliminar sus estad¨ªsticas b¨¢sicas.
Y es ¨¦sta la raz¨®n por la que no se pueden aceptar como v¨¢lidos los resultados presentados por el ministro de Hacienda. Para que los datos sean aceptados como v¨¢lidos es imprescindible que se permita la distribuci¨®n libre de los res¨²menes de los impuestos que elabora el Departamento de Inform¨¢tica Tributaria, de modo que los ciudadanos que lo deseen los analicen desde la perspectiva que quieran y contrasten sus an¨¢lisis con los oficiales. Mientras la estad¨ªstica b¨¢sica del IRPF no se distribuya, el problema es de principios: si una instituci¨®n niega el acceso a los datos b¨¢sicos de los que saca sus informes es que oculta algo y, por tanto, sus informes no pueden ser aceptados como v¨¢lidos.
Esta pol¨ªtica de ocultismo puede ser muy perjudicial para un ministerio como el de Hacienda, que goza de una imagen de seriedad. Y no s¨®lo por la credibilidad de sus cifras, sino por que el ocultismo pervierte muchas m¨¢s cosas. Por poner un ejemplo, el pasado a?o la entidad catalana Omnium Cultural public¨® el libro Catalunya i Espa?a. Una relaci¨® econ¨°mica i fiscal a revisar, que plantea que cada catal¨¢n paga un 24% m¨¢s de impuestos, recibe un 12% menos de prestaciones del Estado y, en conjunto, el balance entre lo que aporta Catalu?a y lo que recibe arroja un d¨¦ficit de 1.200.000 millones de pesetas. En mi opini¨®n, el libro se basa en bastantes datos err¨®neos, pero a lo que pretende ir el ejemplo no es a si son err¨®neos o no, sino al hecho de que si hubiera una informaci¨®n b¨¢sica clara y fiable, el libro tendr¨ªa que haber partido de ella, y los que quisi¨¦ramos haber rebatido sus planteamientos podr¨ªamos hacerlo sin tener que perder muchas horas en mendigar por despachos del ministerio una informaci¨®n que debe ser p¨²blica y accesible.
Probablemente la mayor¨ªa de los altos cargos del Ministerio de Hacienda presuman de liberales; me permito invitarles a serlo.
Tom¨¢s Alberdi Alonso es inspector de finanzas del Estado.
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