Las estrellas del Madrid dictan su ley
Un esforzado Rayo Vallecano no pudo resistirse a la enorme categor¨ªa de Figo y Ra¨²l
El Madrid hizo con el Rayo lo que muchos equipos hacen con el Madrid. Aprovech¨® la tontera inicial de los vallecanos y le marc¨® dos goles que decidieron el encuentro. Todo el orden, despliegue y voluntad del Rayo s¨®lo le sirvi¨® para reducir la desventaja y poner pimienta al encuentro, que fue muy entretenido. Al Madrid le cost¨® muy poco generar ocasiones frente a Keller. No necesit¨® jugar bien, sino poner el bal¨®n en los pies de sus lujosos delanteros, que tienen desborde, velocidad y gol. Por eso se cotizan tan alto.El ¨²nico problema para los delanteros locales radic¨® en la ausencia de un centrocampista con pase. Ya ocurri¨® frente al Celta, donde el Madrid desaprovech¨® multitud de contragolpes en situaciones inmejorables. Ante el Rayo, y especialmente en el primer tiempo, volvi¨® a fracasar en ese aspecto, despu¨¦s de un vibrante comienzo, protagonizado principalmente por Helguera y Figo. Tal y como est¨¢n las cosas en el equipo, Helguera es indiscutible por su energ¨ªa y por su llegada. A veces ofrece detalles que hacen pensar en ¨¦l como un gran jugador. En el primer gol se descolg¨® con un control maravilloso que le permiti¨® regatear a un rival y perfilarse para el pase, espl¨¦ndido por lo dem¨¢s. Figo sali¨® como una bala, recogi¨® la pelota, amag¨® con elegancia a Keller y marc¨® como los grandes. Para algo es el Bal¨®n de Oro.
REAL MADRID 3RAYO VALLECANO 1
Real Madrid: Casillas; Geremi, Hierro, Karanka, Roberto Carlos; Makelele (Celades, m. 59), Helguera; Figo, Savio (Flavio, m. 75), McManaman (Guti, m. 55); y Ra¨²l.Rayo Vallecano: Keller; Alc¨¢zar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Mauro (Glaucio, m. 61), Pablo Sanz (Iv¨¢n, m. 61), Quevedo, M¨ªchel; Bolo (Bartelt, m. 70) y Bolic. Goles: 1-0. M. 9. Helguera mete al hueco hacia Figo, la defensa del Rayo no acierta a tirar el fuera de juego, Figo se va en solitario, regatea a Keller y marca a puerta vac¨ªa. 2-0. M. 14. Figo manda al segundo palo, donde salta Helguera, que se adelanta a De Quintana y cabecea a gol. 2-1. M. 64. Bolo se escapa por la derecha, centra al segundo palo y all¨ª aparece en solitario M¨ªchel, que fusila con la zurda. 3-1. M. 73. Bal¨®n largo de Hierro, Ra¨²l lo amortigua, lo levanta con la derecha ante la salida de Keller y resuelve espectacularmente con la izquierda de media chilena. ?rbitro: Mejuto. Amonest¨® a Helguera, De Quintana y Ballesteros. Unos 50.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
El tanto record¨® a todos la categor¨ªa de Figo, que jug¨® con un optimismo desbordante. Se le vio feliz durante toda la noche, m¨¢s expresivo de lo que acostumbra. En el segundo gol sac¨® un centro perfecto, a pesar de la dificultad que entra?aba, pues Mingo apenas le dio margen para golpear la pelota. Pero ese bal¨®n fue indefendible para los defensas y el portero. A los nost¨¢lgicos de Michel se les ca¨ªan las l¨¢grimas: la misma comba, la misma fuerza, la misma precisi¨®n, la misma garant¨ªa para un rematador, en este caso Helguera, que lleg¨® en tromba por el segundo palo y cabece¨® con sa?a. Golazo.
No se hab¨ªa llegado al cuarto de hora y el Madrid ganaba por dos goles, lo que habitualmente suele sufrir en carne propia. Su papel fue interpretado por el Rayo, laborioso durante todo el encuentro. A falta de jugadores de clase -M¨ªchel aparte-, el equipo de Juande vive de la organizaci¨®n y de un sentido colectivo que disfraza otras carencias. No se arrug¨® y oblig¨® a defenderse al Madrid, encantado de hacerlo. El empuje del Rayo daba para acercarse al ¨¢rea y perder el bal¨®n all¨ª, con un panorama sensacional para los contragolpes madridistas. Se vieron algunos, pero menos de los que se presum¨ªan. Y todo por la dificultad de los centrocampistas para mover la pelota. Helguera mezcl¨® su excelente comienzo de partido con una cierta tendencia a la confusi¨®n. Perdi¨® el hilo del juego y perdi¨® numerosos balones. Y Makelele no tuvo presencia, como casi siempre.
El segundo tiempo del Madrid fue m¨¢s consistente y m¨¢s nervioso. Todo por el gol que marc¨® M¨ªchel, libre de marca en un centro que el mediocampista del Rayo remat¨® con violencia. Otro excelente tanto en una noche de goles hermosos. La reacci¨®n del Rayo se tom¨® como un mal presagio por la hinchada del Bernab¨¦u. Pero en cuesti¨®n de jugadores, no hab¨ªa nada que discutir. Bast¨® el tremendo gol de Ra¨²l para saberlo. Vol¨® un pase desde el medio campo que Ra¨²l pinch¨® con el empeine. Keller sali¨® como un cohete y se lanz¨® alocadamente a por el bal¨®n, decisi¨®n que aprovech¨® Ra¨²l para levantarle la pelota, que le qued¨® inc¨®moda para el remate: sin ¨¢ngulo y con mucho bote. Pero all¨¢ acudi¨® el Ra¨²l de los mejores d¨ªas. Se gir¨® y coloc¨® una volea preciosa en la red. All¨ª se cerr¨® un partido que nuevamente puso de manifiesto la calidad de los delanteros madridistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.