Ibarra advierte de que el inter¨¦s por ser juez en Euskadi se acerca al nivel cero
El periodo de 1997 a 2000 pasar¨¢ a la historia de la judicatura en el Pa¨ªs Vasco como "los a?os de plomo". Una etapa en la que la conflictividad pol¨ªtica y la actividad terrorista, que obliga actualmente a m¨¢s de una decena de jueces a vivir con escolta, han hecho mella hasta el punto de que el inter¨¦s por los destinos judiciales en Euskadi se acerca al nivel cero. As¨ª lo manifest¨® Juan Luis Ibarra, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco, en una conferencia celebrada el lunes en Bilbao en la Sociedad El Sitio.
En su charla ?tica y justicia en el Pa¨ªs Vasco; juzgar en tiempos turbulentos, Ibarra reflexion¨® sobre la ejecutoria del poder judicial en la comunidad vasca en los ¨²ltimos veinte a?os; un proceso que en la d¨¦cada de los ochenta se caracteriz¨® por la aportaci¨®n de los jueces a la instauraci¨®n de la democracia; por la aparici¨®n de los jueces estrella en la primera mitad de los noventa y, que ha sido "de plomo" en la etapa m¨¢s reciente, recalc¨® el magistrado."A?os de plomo, en su triple dimensi¨®n de la oscuridad social, que hace a los jueces identificarnos con las novelas del realismo sucio; de la gravosa pesadez sobre la conciencia y, tambi¨¦n, desgraciadamente, del plomo de las balas disparadas contra jueces y fiscales". El magistrado asoci¨® el inicio de la ¨²ltima etapa, marcada por la aparici¨®n del rechazo a los jueces no nacionalistas, con una intervenci¨®n de Xabier Arzalluz ante la tumba de Sabino Arana en noviembre de 1996. Record¨® que, en esa ocasi¨®n, el presidente de la ejecutiva del PNV proclam¨® que los jueces que no hablaran euskera "deber¨ªan dejar el sitio a quienes saben la lengua o entienden mejor al pa¨ªs, e irse a otro lado, que la justicia es ancha y Espa?a tambi¨¦n". El guante lanzado en la localidad de Sukarrieta fue recogido inmediatamente, seg¨²n Ibarra, por el conglomerado abertzale y por los propios terroristas que, en febrero de 1997, iniciaron los ataques contra "los jueces espa?oles" asesinando a un magistrado.
En este sentido, Ibarra ech¨® de menos un apoyo institucional "m¨¢s expl¨ªcito y sincero" a los jueces. Pero quiso ir m¨¢s lejos y reclam¨® el cierre del periodo de "distraimiento" que las instituciones vascas han tenido con las actuaciones de "fascismo social" dirigidas contra los jueces constitucionalistas. Se refir¨® el magistrado a lo que considera una ausencia total de comunicaci¨®n entre judicatura e instituciones, que, asegur¨®, nunca en los ¨²ltimos veinte a?os hab¨ªa alcanzado cotas tan altas de silencio.
"En los pr¨®ximos diez a?os los jueces ser¨¢n los mismos de ahora; por eso hay que transmitir la idea de que los jueces del Pa¨ªs Vasco son ¨²tiles a la sociedad", subray¨® Ibarra, pese areconocer acto seguido el escaso cr¨¦dito que la judicatura tiene ante la ciudadan¨ªa vasca. Con anterioridad, el conferenciante se hab¨ªa referido a las dos grandes ¨¢reas de "turbulencia institucional" que ha sufrido el ejercicio de la justicia en el Pa¨ªs Vasco en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. La primera l¨ªnea de inestabilidad tiene que ver, seg¨²n Ibarra, con el "escaso grado de confianza social" que tiene el juez en los casos de mayor proyecci¨®n pol¨ªtica y social. Reconoci¨® que en estas situaciones el ciudadano que ve desestimadas sus pretensiones se explica el resultado judicial en t¨¦rminos de "politizaci¨®n de la justicia". El argumento social y de los medios de comunicaci¨®n m¨¢s com¨²n es en estos casos que el fallo judicial no obedece al cumplimiento de la ley, sino a que es "reh¨¦n de un mundo no expl¨ªcito de precomprensiones ideol¨®gicas, morales y pol¨ªticas que anidan en la mente del juzgador".
La segunda l¨ªnea de inestabilidad se referir¨ªa a las dificultades de acoplamiento entre el espacio p¨²blico jurisdiccional, donde act¨²an los jueces, y el pol¨ªtico en el que se dirimen los conflictos entre los proyectos de construcci¨®n social de las nacionalidades reconocidas por la Constituci¨®n. En el Pa¨ªs Vasco esta inestabilidad aparece reforzada por la evidencia de que la etiqueta de "juez espa?ol" es siempre la antesala de coacciones sociales y amenazas pol¨ªticas, que acaban en la inclusi¨®n como objetivo terrorista, se?al¨® Ibarra. Pero, adem¨¢s, y sobre todo, la inestabilidad deviene de la frecuente invitaci¨®n a que los jueces sean favorables a una comprensi¨®n "m¨¢s flexible" de la Constituci¨®n en aras de acercarse al "sentir popular".
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