Un a?o despu¨¦s de la intervenci¨®n judicial Gil dice que el da?o causado al club "no tiene remedio"
Hoy se cumple un un a?o desde la fecha en que el juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n decret¨® la intervenci¨®n judicial del Atl¨¦tico. Entonces, el equipo jugaba en Primera, disputaba la UEFA y Jes¨²s Gil, propietario del club, ten¨ªa el apoyo mayoritario de la masa social. 365 d¨ªas despu¨¦s, el Atl¨¦tico sufre en Segunda, sigue bajo el control de un interventor judicial y la afici¨®n exige la marcha del presidente. Seg¨²n Gil, todo es "un atraco" por "intereses pol¨ªticos" donde "lo deportivo no tiene nada que ver". Hoy hace un a?o, un nutrido grupo de guardias civiles se presentaba en las oficinas del Atl¨¦tico de Madrid con un auto judicial bajo el brazo. "Se decreta la intervenci¨®n y administraci¨®n judicial del Atl¨¦tico de Madrid, con remoci¨®n de su cargo y funciones de los administradores actuales", rezaba el auto con el que el juez destitu¨ªa a la familia Gil de sus cargos y pon¨ªa el club en manos del administrador Luis Manuel Rub¨ª.
La medida persegu¨ªa la investigaci¨®n de, entre otros, los presuntos delitos de estafa, apropiaci¨®n indebida, falsedad en documento p¨²blico y mercantil que, seg¨²n la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, est¨¢n cifrados en 9.427 millones de pesetas. Al instante, Gil asegur¨® que era el "el precio a pagar por la aventura de Ceuta y Melilla [donde su partido fue el m¨¢s votado en las elecciones municipales]".
Aunque la intervenci¨®n judicial s¨®lo era un asunto de funcionamiento interno del club, el club se vino abajo. Un a?o despu¨¦s, malvive en Segunda, las operaciones siguen bajo la supervisi¨®n de un interventor y la hinchada reclama la marcha de Gil por, entre otras cosas, la desarticulaci¨®n de la plantilla y la descapitalizaci¨®n del club, al que, seg¨²n Gil, "la intervenci¨®n ha da?ado sin remedio". Parad¨®jicamente, de los 27.000 abonados de hace un a?o se ha pasado a 42.000, que le convierten en el tercer club de Espa?a por n¨²mero de seguidores, tras Bar?a y Madrid.
El presidente del Atl¨¦tico se defiende, y reafirma que detr¨¢s de la medida no hay m¨¢s que un objetivo: "Quitarme de enmedio, arruinarme y desacreditarme p¨²blicamente". El auto de Garc¨ªa Castell¨®n, sin embargo, estaba respaldado por una peticion del fiscal anticorrupci¨®n, Carlos Castresana, quien considera que, entre otros delitos, en 1992, durante la conversi¨®n del club en sociedad an¨®nima, Jes¨²s Gil y Enrique Cerezo (vicepresidente) se hicieron con el 94,5% de las acciones del Atl¨¦tico "sin desembolsar" los 1.950 millones que costaban y se apropiaron de los 112 que pagaron el resto de accionistas por el 5,5%. El fiscal, adem¨¢s, considera que Gil se vali¨® de diversos artificios fiscales para, entre junio de 1992 y diciembre de 1997, "apoderarse de cantidades pertenecientes al Atl¨¦tico" hasta llegar a adeudar al club alrededor de 2.700 millones.
Gil descarta cualquier irregularidad -"la intervenci¨®n ha demostrado que el Atl¨¦tico es el club mejor llevado", dice- y rechaza la ampliaci¨®n de capital que reclaman algunos sectores de la masa social para que el equipo pase a otras manos, pero tampoco espera que la entrada en vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil ponga fin a la irregular situaci¨®n que atraviesa el Atl¨¦tico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.