?Mexicanizaci¨®n ?
El pasado d¨ªa 9, bajo el t¨ªtulo Un congreso mexicanizado, public¨® Jos¨¦ Acosta un art¨ªculo en El Mundo dedicado al 9? Congreso regional del PSOE-A celebrado el fin de semana anterior. El t¨ªtulo del art¨ªculo lo dice todo: el PSOE-A se ha acabado convirtiendo, a escala andaluza, en lo que el PRI ha sido a lo largo de 71 a?os a escala mexicana. A lo que en M¨¦xico se ha puesto fin con la elecci¨®n del presidente Fox, se est¨¢ consolidando en Andaluc¨ªa con el presidente Chaves. ?se es el sentido profundo del resultado final del 9? Congreso regional del PSOE-A.La verdad es que cuando le¨ª el art¨ªculo el d¨ªa de su publicaci¨®n, no le di mayor importancia. Aunque a estas alturas del gui¨®n deb¨ªa estar prevenido, me sigue costando trabajo pensar que los columnistas de cualquier peri¨®dico no expresan una opini¨®n propia, sino que se limitan a prestar su firma a la l¨ªnea informativa y editorial del medio en el que escriben. De ah¨ª que pensara que se trataba de una interpretaci¨®n personal m¨¢s del 9? Congreso regional del PSOE-A y nada m¨¢s.
Me bastar¨ªa esperar unos cuantos d¨ªas para darme cuenta del error. El d¨ªa 18, El Mundo defender¨ªa en su editorial la tesis de la mexicanizaci¨®n de Andaluc¨ªa volviendo a equiparar al PSOE con el PRI.
La tesis no tiene nada de original. Los lectores j¨®venes es posible que no lo sepan, pero los lectores que ya eran adultos en los ochenta seguro que s¨ª recuerdan que la tesis de la equiparaci¨®n del PSOE con el PRI fue puesta en circulaci¨®n por aquellos a?os de manera concertada por buena parte de los medios de comunicaci¨®n de ¨¢mbito nacional. A lo que estamos empezando a asistir en Andaluc¨ªa es a una reproducci¨®n de la campa?a que entonces se puso en pr¨¢ctica en el conjunto del Estado.
Y el fundamento de una y otra es el mismo, esto es, ninguno. El PRI fue a lo largo de casi sesenta a?os un partido ¨²nico, que no s¨®lo control¨® el poder ejecutivo y legislativo de la federaci¨®n y de los Estados miembros, sino que anul¨® de facto la independencia del poder judicial. En M¨¦xico no ha habido hasta la d¨¦cada de lo noventa procesos electorales propiamente dichos. El resultado de todas las elecciones, federales, estatales y municipales estaba predecidido casi sin excepci¨®n.El momento electoral se reduc¨ªa a la designaci¨®n por el PRI de sus candidatos a presidente, gobernador o alcalde o parlamentarios y concejales. El PRI no ha sido un partido dominante o hegem¨®nico, sino un partido pr¨¢cticamente ¨²nico durante casi sesenta a?os. ?nicamente a partir de finales de los ochenta empez¨® a haber en M¨¦xico una competici¨®n electoral libre y competida.
?Qu¨¦ tiene eso que ver con Espa?a o con Andaluc¨ªa? El PSOE en Espa?a no ha llegado nunca a tener ni el 50% de los votos. En 1982, que fue su mejor resultado electoral, lleg¨® a tener poco m¨¢s del 48%. Incluso en ese a?o votaron m¨¢s ciudadanos a otras opciones pol¨ªticas que al PSOE. Y a partir de ese momento, los resultados bajaron de manera continuada hasta perder el poder en 1996. Aunque cuatro legislaturas consecutivas de un mismo partido son bastante tiempo en el poder, no son infrecuentes en la experiencia europea. El partido Cristiano Dem¨®crata alem¨¢n estuvo en el poder m¨¢s de 20 a?os tras la entrada en vigor de la Ley Fundamental de Bonn y ha vuelto a estar casi veinta a?os con Helmut Kohl.
La derecha francesa estuvo en el poder desde 1958 hasta 1982. Y el Partido Conservador ingl¨¦s ha estado casi 20 a?os ocupando el Gobierno con Margaret Thatcher y John Major antes de la victoria del Partido Laborista con Tony Blair. La experiencia espa?ola con el PSOE en el poder no tiene nada de mexicana, sino que es perfectamente homologable con cualquier experiencia europea. Es probable que cada vez sea menos frecuente que un partido ocupe el Gobierno durante cuatro legislaturas consecutivas, pero en el pasado no ha sido infrecuente que esto haya ocurrido. Y en este sentido, la experiencia socialista de 1982 a 1996 puede considerarse completamente normal.
Algo distinta, pero no mucho, es la experiencia andaluza. Aunque la hegemon¨ªa del PSOE en Andaluc¨ªa ha sido m¨¢s intensa y m¨¢s prolongada que la que tuvo en el conjunto del Estado, no hay nada que la aproxime en lo m¨¢s m¨ªnimo a la experiencia mexicana. Es cierto que la dimisi¨®n de todos los dem¨¢s partidos en el momento fundacional de la autonom¨ªa andaluza (oposici¨®n frontal de UCD y AP al refer¨¦ndum del 28-F; traici¨®n al resultado de dicho refer¨¦ndum del PA con el pacto Mart¨ªn Villa-Rojas Marcos; y descomposici¨®n del PCE liderado por Santiago Carrillo) hizo que la posici¨®n del PSOE en Andaluc¨ªa fuera mucho m¨¢s s¨®lida que su posici¨®n en el resto del Estado y que haya sido tambi¨¦n m¨¢s resistente al deterioro. Pero basta comparar los resultados alcanzados por el PSOE en las consultas del 82, 86 y 90 y los obtenidos en el 94, 96 y 2000 para comprobar lo lejos que estamos de cualquier escenario mexicano.
?Qu¨¦ es lo que hay, entonces, detr¨¢s de la tesis de la mexicanizaci¨®n? ?C¨®mo es posible que nadie m¨ªnimamente informado pueda poner en circulaci¨®n una tesis tan disparatada? ?Ha habido alguna vez en M¨¦xico una huelga general como las que hubo en Espa?a contra los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez? ?Ha habido alguna vez en M¨¦xico una rebeli¨®n frente al Gobierno como la que est¨¢n protagonizando algunas de las cajas de ahorro en Andaluc¨ªa?
Detr¨¢s de la tesis de la mexicanizaci¨®n no hay nada m¨¢s que la impotencia del partido de la derecha espa?ola, AP en Espa?a en los ochenta, el PP en Andaluc¨ªa en los noventa y en estos momentos, para presentarse con credibilidad como alternativa de Gobierno. En cuanto el PP consigui¨® credibilidad como alternativa de Gobierno en Espa?a, dej¨® de estar en circulaci¨®n la cantinela de la equiparaci¨®n del PSOE con el PRI y la mexicanizaci¨®n de Espa?a.
El problema en Andaluc¨ªa es que el PP carece de credibilidad como alternativa de Gobierno. El problema no es Manuel Chaves, sino Te¨®fila Mart¨ªnez.
JAVIER P?REZ ROYO
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