El d¨ªa tonto
Hoy es el d¨ªa tonto de la Navidad. Ma?ana tambi¨¦n, pero menos, porque ese d¨ªa va a continuaci¨®n, y los segundones, ya se sabe.El 26 de diciembre no es ni festivo, ni conmemorativo ni v¨ªspera de nada. Es un d¨ªa at¨ªpico, vac¨ªo, absurdo y desconcertado en medio de los j¨²bilos, los compromisos y los ajetreos que trae la Navidad. Parecer¨¢ mentira, en plenas saturnales.
Pues las navidades, saturnales son; a m¨ª que no me digan. El mundo celebra la Navidad, pero no todos igual ni por el mismo motivo. Unos por el nacimiento de Dios, es evidente, pero otros por los signos astrales que trae el solsticio de invierno. Y muchos ni siquiera la celebran pues nada tienen que ver con la vaina sus ra¨ªces, sus s¨ªmbolos y sus creencias.
Hay gente a la que no le gusta la Navidad y tendr¨¢ sus razones, siempre respetables. Ahora bien, las fiestas de Navidad no son cuesti¨®n de gustos, sino de l¨®gica. La llegada de un dios (lo que no sucede todos los d¨ªas) o los fascinantes gui?os de los astros suponen augurios de felicidad. Y a cualquier bien nacido le apetece compartirla en amorosa compa?¨ªa con los seres queridos.
Seguramente todo esto se le ocurri¨® espont¨¢neamente al hombre primitivo para agradecer el ben¨¦fico influjo del solsticio. Los romanos lo atribu¨ªan a Saturno, y para rendirle homenaje, tal d¨ªa como ayer y diez m¨¢s, los pasaban jubilosos, se amaban intensamente, se pon¨ªan de comer y beber hasta la bandera.
Uno barrunta, sin embargo, que el propio cosmos insufla estas alegr¨ªas y tambi¨¦n las penas en el ser humano. Si es cierto que por muchas vueltas que le demos al final somos barro, el barro habr¨¢ de marcar inexorablemente nuestro car¨¢cter y nuestros estados de ¨¢nimo. "Pulvis es et in pulverem reverteris" (polvo eres y en polvo te convertir¨¢s) advirti¨® el G¨¦nesis, seguramente no por originalidad creativa de su autor, sino porque se lo dictaba la cosmolog¨ªa.
Acaeci¨® aquello del Big Bang (seg¨²n los cient¨ªficos) y a poco que se piense surgen de aquel principio del fin del caos inquietantes consideraciones acerca de la naturaleza y la condici¨®n humana. El Big Bang, en efecto, fue el gran estallido. La fenomenal explosi¨®n despedaz¨® el Universo y lo lanz¨® en todas direcciones hacia el infinito. La materia, desmenuzada o pulverizada, se estamp¨® contra remotos confines, rebot¨® en el cosmos y qued¨® suspendida acaso girando por los espacios siderales. Corriendo el tiempo, quiz¨¢ a?os luz, en su seno nacer¨ªa la vida. De donde cabe deducir que somos materia, barro, Big Bang, explosi¨®n, por ah¨ª sentimos y la cabeza nos huele a p¨®lvora.
El hombre primitivo respondi¨® al palpitar del cosmos, sinti¨® la magia trascendente del solsticio y consagr¨® a Saturno ritos y fastos. La Iglesia, luego (cuando tuvo poder) cristianiz¨® a su conveniencia estas costumbres paganas y las saturnales pasaron a ser Pascua. La humanidad se modernizaba y, corriendo el tiempo, la comunidad cat¨®lica escenific¨® el Bel¨¦n, acept¨® el ¨¢rbol navide?o de los germanos, el christmas que se le ocurri¨® a un ingl¨¦s y hasta el Pap¨¢ N?el inventado por un publicitario para anunciar la Coca-Cola.
Lo bueno es que todo esto ha servido para que nos deseemos paz y felicidad; para que enviemos el testimonio de nuestro recuerdo a los familiares y amigos, y nos demos el gran fest¨ªn en las fechas se?aladas: por Nochebuena en Madrid y muchas m¨¢s regiones, en Catalu?a, Valencia, y algunas otras por Navidad.
Lo malo es que, aprovechando la alegr¨ªa y las enso?aciones que generan las fiestas en las buenas gentes, las malas de duro coraz¨®n van a su av¨ªo, y son capaces hasta de perpetrar atrocidades. As¨ª, tal d¨ªa como hoy y los d¨ªas tontos que le siguen, esbirros de Enrique VIII de Inglaterra asesinaban en la catedral de Canterbury, entre salmo y cantata, a santo Tom¨¢s Becket. Y el S¨¦ptimo de Caballer¨ªa, en una sangrienta operaci¨®n militar que la propaganda norteamericana -principalmente el cine- tuvo la desfachatez de convertir en gesta, pasaba por las armas a Toro Sentado, llamado Sitting Bull, y despu¨¦s exterminaba una tribu siux entera, mujeres y ni?os incluidos, empezando por su jefe, Big Foot, traducido Gran Pie.
Si ser¨¢ tonto el 26 de diciembre que aqu¨ª estamos, en plenas Navidades, hablando del Big Bang, de los espacios siderales, de los siux y del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa.
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