Un hombre se fuga tras ser condenado a 16 a?os por quemar una sucursal bancaria
Carlos Garc¨ªa Preciado, que fue condenado por la Audiencia Nacional a 16 a?os de prisi¨®n por el incendio de una sucursal de la Caja Laboral en los bajos de unas viviendas de la localidad guipuzcoana de Andoain, el 6 de agosto de 1997, se encuentra en paradero desconocido y se ha decretado su b¨²squeda y captura. La Ertzaintza intent¨® sin ¨¦xito localizarle el pasado d¨ªa 21 para transmitirle la orden de prisi¨®n del tribunal. Fuentes de la Audiencia Nacional creen que tras el juicio, que concluy¨® el 15 de diciembre, Garc¨ªa Preciado decidi¨® esperar la sentencia en Francia, fugado.
La sentencia fue notificada al fiscal Jes¨²s Santos y al abogado de Garc¨ªa Preciado el pasado d¨ªa 21, aunque fue hecha p¨²blica ayer. El fiscal solicit¨® el ingreso en prisi¨®n de Garc¨ªa Preciado, de 29 a?os, natural de Barcelona, y as¨ª lo acord¨® el tribunal, integrado por ?ngela Murillo, Luis Antonio Mart¨ªnez de Salinas y Flor S¨¢nchez, aunque, por el momento, el resultado ha sido infructuoso. La pena de 16 a?os impuesta a Garc¨ªa Preciado es la m¨¢s elevada con la que se ha castigado nunca un ¨²nico delito de lucha callejera.
Adem¨¢s, el tribunal asegura que la principal testigo de cargo, que hab¨ªa identificado a Garc¨ªa Preciado ante la Ertzaintza como uno de los autores del incendio y se desdijo de ese reconocimiento en el juicio, minti¨® por miedo. Los magistrados no abren un nuevo proceso contra ella por falso testimonio "porque creemos de manera firme que pudiera tener motivos para adoptar esa actitud".
Los hechos se remontan al verano de 1997. Cuatro individuos con el rostro parcialmente cubierto, a las 23.45 horas del 6 de agosto, rompieron con un martillo los cristales de la sucursal de la Caja Laboral de la calle Juan Bautista Erro, n¨²mero 9, de Andoain (Guip¨²zcoa) y, a continuaci¨®n, lanzaron al interior dos c¨®cteles molotov y l¨ªquido inflamable Tolueno que prendieron con una brocha marca Castor a la que adhirieron un trapo en llamas.
Se origin¨® un incendio de grandes dimensiones que destruy¨® totalmente la oficina bancaria y oblig¨® a desalojar a los vecinos del inmueble debido al grave peligro que corr¨ªan. Los da?os se evaluaron en casi 23 millones de pesetas.
La acci¨®n fue reivindicada en el diario Egin el 9 de agosto, en respuesta a la condena impuesta a Aritz Arnaiz y por la muerte en M¨¦xico del etarra Jos¨¦ Luis Salegi.
La sentencia se?ala que la finalidad perseguida por Garc¨ªa Preciado "no era otra que seguir la estrategia marcada por ETA", y no un simple incendio. Agrega que ¨¦ste "no era persona ajena a ETA" y que as¨ª lo demuestra la carta que le fue intervenida en su domicilio y que le fue remitida por el etarra Carlos Almorza, Pedrito de Andoain, en la que le dec¨ªa: "bienvenido seas y espero que encuentres lo que buscas".
El tribunal ha valorado tambi¨¦n que en el registro de la casa del ahora condenado se encontraron dos botes de tolueno y brochas de la marca Castor, material id¨¦ntico al usado en el incendio.
Respecto a la testigo protegida n¨²mero 50.700, cuyo testimonio es fundamental, el tribunal concluye que minti¨® en el juicio por miedo, y que fue veraz en su testimonio ante la Ertzaintza en agosto de 1997. En esa declaraci¨®n, que el tribunal considera "espont¨¢nea", la testigo narraba que vio huir a dos j¨®venes del lugar de los hechos y que un tercero que llevaba el rostro semioculto por un pa?uelo negro con alg¨²n dibujo blanco caminaba detr¨¢s de ellos. La testigo describ¨ªa al autor f¨ªsicamente, le identificaba en una foto y se?alaba que su nombre "pudiera ser Carlos".
Despu¨¦s, ante el juzgado, la testigo se retract¨® de sus declaraciones y dijo que no estaba segura de la identificaci¨®n. Tambi¨¦n dec¨ªa que hab¨ªa sufrido "presiones y amenazas m¨¢s o menos encubiertas".
El juicio tuvo que ser suspendido en dos ocasiones, el 17 de octubre y el 6 de noviembre de 2000, porque la testigo no quer¨ªa comparecer. La Ertzaintza comunicaba a la Audiencia Nacional que la incomparecencia estaba motivada por el "miedo, ya que ha sido amenazada en varias ocasiones". Durante la vista, la testigo volvi¨® a insistir en su falta de seguridad en el reconocimiento de Garc¨ªa Preciado pero adem¨¢s neg¨® hasta las amenazas. El tribunal ve justificada la falsedad.
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