Ted Turner
El creador del canal de noticias CNN y vicepresidente del primer grupo multimedia del mundo dona otros 6.800 millones de pesetas a Naciones Unidas para paliar la desidia de Estados Unidos
El 18 de septiembre de 1997, Robert Edward Turner III, m¨¢s conocido como Ted Turner, dej¨® boquiabierta a la honorable asistencia de una cena de gala de Naciones Unidas, entre la que figuraba el propio secretario general, Kofi Annan, al anunciar la donaci¨®n caritativa m¨¢s elevada de la historia. El creador de la CNN y ahora vicepresidente del primer grupo multimedia del mundo, AOL Time Warner, entregaba 1.000 millones de d¨®lares (200.000 millones de pesetas), a raz¨®n de 100 millones en los pr¨®ximos 10 a?os, destinados a los proyectos humanitarios de la ONU. El pasado diciembre, el magnate de la comunicaci¨®n sac¨® de nuevo el talonario y extendi¨® un cheque de 34 millones de d¨®lares (6.800 millones de pesetas) para pagar parte de la contribuci¨®n de Estados Unidos a Naciones Unidas y as¨ª resolver un inextricable contencioso sobre el montante de la aportaci¨®n de Washington a la organizaci¨®n internacional. Es la peculiar vocaci¨®n filantr¨®pica de un hombre que suele hacer las cosas, como dir¨ªa Frank Sinatra, 'a su manera'.
El incre¨ªble gesto de Turner desbloque¨® el litigio que desde hace m¨¢s de un a?o envenenaba las relaciones entre los norteamericanos y el resto de los pa¨ªses miembros. Estados Unidos se negaba a abonar su cuota si no se recortaba su participaci¨®n en el presupuesto general del 25% al 22%. Todo el mundo hab¨ªa cerrado sus aportaciones para 2001, nadie quer¨ªa pagar el problem¨¢tico 3% (los 34 millones de d¨®lares) de los pr¨®ximos 12 meses). La situaci¨®n estaba paralizada. Hasta que lleg¨® Ted.
En un pa¨ªs ya muy acostumbrado a tratar la gesti¨®n p¨²blica con criterios empresariales no se recordaba nada igual. Era la primera vez que un individuo pagaba un trocito de deuda nacional. Como la ONU no puede aceptar donaciones personales, el dinero tuvo que ser tramitado a trav¨¦s del Departamento de Estado. A Washington le pareci¨® algo at¨ªpico pero eficaz. El representante estadounidense, Richard Holbrooke, aplaudi¨® el gesto. Los pa¨ªses miembros, at¨®nitos, prefirieron aceptar la singular contribuci¨®n y terminar de una vez con el asunto, a la espera de peores tiempos con el nuevo gobierno republicano, siempre receloso de organizaciones supranacionales.
Turner ni se molest¨® en presumir del tema. 'Es un honor jugar un papel en estas negociaciones puesto que la ONU es vital para el futuro de este planeta'. Fue la ¨²nica frase de su comunicado oficial. Al fin y al cabo, no era ni mucho menos el gesto m¨¢s original de su dilatada carrera de deportista y empresario. Este es un hombre que, cuando estudiaba en la Universidad de Brown, se aficion¨® a la taxidermia y hac¨ªa crecer c¨¦sped en su habitaci¨®n. Le expulsaron al pillarle in fraganti con una mujer en su dormitorio por lo que nunca termin¨® sus estudios. En 1977, a bordo de su barco Courageous (Valiente) gan¨® el America's Cup, pero se present¨® ebrio para recoger su trofeo. Hace unos a?os retaba a su rival, el magnate australiano Rupert Murdoch, a un combate de boxeo en Las Vegas. A Turner le han apodado Capit¨¢n Excesivo, Terrible Ted o El bocazas del Sur.
Naci¨® en Ohio, Cincinati, el 19 de noviembre de 1938, en el seno de una familia acomodada. A los 25 a?os tuvo que tomar las riendas de la agencia de publicidad de su padre despu¨¦s de que ¨¦ste se pegara un tiro al no poder afrontar las dificultades financieras de su empresa. Turner convirti¨® el negocio familiar en una mina.
En 1970 entr¨® en el mercado de la televisi¨®n al comprar una peque?a cadena regional, la primera piedra del Turner Broadcasting System. El resto es historia. Bas¨® su imperio en el cable antes de que nadie creyera en el cable. Cuando el 1 de junio de 1980 inaugur¨® los estudios de la CNN en Atlanta, nadie apostaba un centavo por una cadena de noticias de 24 horas. Tras diez a?os de lucha, la guerra del Golfo confirm¨® el ¨¦xito de aquella aventura. En 1996 vendi¨® su empresa al grupo Time Warner, qued¨¢ndose con parte del control, por 7.500 millones de d¨®lares. El a?o pasado por estas fechas, anunciaba su fusi¨®n con el primer portal de Internet del mundo, AOL, para consolidar el primer gigante de la comunicaci¨®n.
Turner posee adem¨¢s casi toda la vida deportiva de Atlanta. Tiene su equipo de b¨¦isbol, los Atlanta Braves; el de baloncesto, los Atlanta Hawks, y el de hockey, los Trashers. Su bigote color ceniza, que algunos han llegado a comparar al de Clark Gable en su encarnaci¨®n cinematogr¨¢fica de Rett Butler, la quintaesencia del h¨¦roe sure?o de Lo que el viento se llev¨®, salt¨® a las portadas de la revistas del coraz¨®n cuando en 1991 se cas¨® con la actriz Jane Fonda, de la que se separ¨® amigablemente el pasado verano.
Pese a sus excesos y originalidades, el magnate siempre ha reinvidicado su vocaci¨®n filantr¨®pica. Y como siempre, no se ha quedado corto al criticar la avaricia de sus colegas. 'La lista de los hombres m¨¢s ricos de la revista Forbes est¨¢ destruyendo nuestro pa¨ªs. Estos nuevos superricos no quieren aligerar sus carteras porque temen reducir su fortuna y perder un puesto en la lista', dijo Turner en una ocasi¨®n. 'Todo ese dinero en manos de unos cuantos ricos y ninguno da nada', aseguraba al New York Times en 1996, 'es peligroso para ellos y para el pa¨ªs. Podr¨ªamos tener otra revoluci¨®n francesa'.
Un a?o m¨¢s tarde, la revista Forbes (propiedad de Time Warner) publicaba la lista de los millonarios m¨¢s generosos. Turner, con su contribuci¨®n a la ONU, se ha asegurado el primer puesto frente al hombre m¨¢s rico del mundo, Bill Gates. Para Ted, incluso la caridad es una competici¨®n.El 18 de septiembre de 1997, Robert Edward Turner III, m¨¢s conocido como Ted Turner, dej¨® boquiabierta a la honorable asistencia de una cena de gala de Naciones Unidas, entre la que figuraba el propio secretario general, Kofi Annan, al anunciar la donaci¨®n caritativa m¨¢s elevada de la historia. El creador de la CNN y ahora vicepresidente del primer grupo multimedia del mundo, AOL Time Warner, entregaba 1.000 millones de d¨®lares (200.000 millones de pesetas), a raz¨®n de 100 millones en los pr¨®ximos 10 a?os, destinados a los proyectos humanitarios de la ONU. El pasado diciembre, el magnate de la comunicaci¨®n sac¨® de nuevo el talonario y extendi¨® un cheque de 34 millones de d¨®lares (6.800 millones de pesetas) para pagar parte de la contribuci¨®n de Estados Unidos a Naciones Unidas y as¨ª resolver un inextricable contencioso sobre el montante de la aportaci¨®n de Washington a la organizaci¨®n internacional. Es la peculiar vocaci¨®n filantr¨®pica de un hombre que suele hacer las cosas, como dir¨ªa Frank Sinatra, 'a su manera'.
El incre¨ªble gesto de Turner desbloque¨® el litigio que desde hace m¨¢s de un a?o envenenaba las relaciones entre los norteamericanos y el resto de los pa¨ªses miembros. Estados Unidos se negaba a abonar su cuota si no se recortaba su participaci¨®n en el presupuesto general del 25% al 22%. Todo el mundo hab¨ªa cerrado sus aportaciones para 2001, nadie quer¨ªa pagar el problem¨¢tico 3% (los 34 millones de d¨®lares) de los pr¨®ximos 12 meses). La situaci¨®n estaba paralizada. Hasta que lleg¨® Ted.
En un pa¨ªs ya muy acostumbrado a tratar la gesti¨®n p¨²blica con criterios empresariales no se recordaba nada igual. Era la primera vez que un individuo pagaba un trocito de deuda nacional. Como la ONU no puede aceptar donaciones personales, el dinero tuvo que ser tramitado a trav¨¦s del Departamento de Estado. A Washington le pareci¨® algo at¨ªpico pero eficaz. El representante estadounidense, Richard Holbrooke, aplaudi¨® el gesto. Los pa¨ªses miembros, at¨®nitos, prefirieron aceptar la singular contribuci¨®n y terminar de una vez con el asunto, a la espera de peores tiempos con el nuevo gobierno republicano, siempre receloso de organizaciones supranacionales.
Turner ni se molest¨® en presumir del tema. 'Es un honor jugar un papel en estas negociaciones puesto que la ONU es vital para el futuro de este planeta'. Fue la ¨²nica frase de su comunicado oficial. Al fin y al cabo, no era ni mucho menos el gesto m¨¢s original de su dilatada carrera de deportista y empresario. Este es un hombre que, cuando estudiaba en la Universidad de Brown, se aficion¨® a la taxidermia y hac¨ªa crecer c¨¦sped en su habitaci¨®n. Le expulsaron al pillarle in fraganti con una mujer en su dormitorio por lo que nunca termin¨® sus estudios. En 1977, a bordo de su barco Courageous (Valiente) gan¨® el America's Cup, pero se present¨® ebrio para recoger su trofeo. Hace unos a?os retaba a su rival, el magnate australiano Rupert Murdoch, a un combate de boxeo en Las Vegas. A Turner le han apodado Capit¨¢n Excesivo, Terrible Ted o El bocazas del Sur.
Naci¨® en Ohio, Cincinati, el 19 de noviembre de 1938, en el seno de una familia acomodada. A los 25 a?os tuvo que tomar las riendas de la agencia de publicidad de su padre despu¨¦s de que ¨¦ste se pegara un tiro al no poder afrontar las dificultades financieras de su empresa. Turner convirti¨® el negocio familiar en una mina.
En 1970 entr¨® en el mercado de la televisi¨®n al comprar una peque?a cadena regional, la primera piedra del Turner Broadcasting System. El resto es historia. Bas¨® su imperio en el cable antes de que nadie creyera en el cable. Cuando el 1 de junio de 1980 inaugur¨® los estudios de la CNN en Atlanta, nadie apostaba un centavo por una cadena de noticias de 24 horas. Tras diez a?os de lucha, la guerra del Golfo confirm¨® el ¨¦xito de aquella aventura. En 1996 vendi¨® su empresa al grupo Time Warner, qued¨¢ndose con parte del control, por 7.500 millones de d¨®lares. El a?o pasado por estas fechas, anunciaba su fusi¨®n con el primer portal de Internet del mundo, AOL, para consolidar el primer gigante de la comunicaci¨®n.
Turner posee adem¨¢s casi toda la vida deportiva de Atlanta. Tiene su equipo de b¨¦isbol, los Atlanta Braves; el de baloncesto, los Atlanta Hawks, y el de hockey, los Trashers. Su bigote color ceniza, que algunos han llegado a comparar al de Clark Gable en su encarnaci¨®n cinematogr¨¢fica de Rett Butler, la quintaesencia del h¨¦roe sure?o de Lo que el viento se llev¨®, salt¨® a las portadas de la revistas del coraz¨®n cuando en 1991 se cas¨® con la actriz Jane Fonda, de la que se separ¨® amigablemente el pasado verano.
Pese a sus excesos y originalidades, el magnate siempre ha reinvidicado su vocaci¨®n filantr¨®pica. Y como siempre, no se ha quedado corto al criticar la avaricia de sus colegas. 'La lista de los hombres m¨¢s ricos de la revista Forbes est¨¢ destruyendo nuestro pa¨ªs. Estos nuevos superricos no quieren aligerar sus carteras porque temen reducir su fortuna y perder un puesto en la lista', dijo Turner en una ocasi¨®n. 'Todo ese dinero en manos de unos cuantos ricos y ninguno da nada', aseguraba al New York Times en 1996, 'es peligroso para ellos y para el pa¨ªs. Podr¨ªamos tener otra revoluci¨®n francesa'.
Un a?o m¨¢s tarde, la revista Forbes (propiedad de Time Warner) publicaba la lista de los millonarios m¨¢s generosos. Turner, con su contribuci¨®n a la ONU, se ha asegurado el primer puesto frente al hombre m¨¢s rico del mundo, Bill Gates. Para Ted, incluso la caridad es una competici¨®n.
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