Plomo, bacterias y uranio empobrecido en Kosovo
La guerra deja un reguero de enfermedades y problemas medioambientales
En la puerta de la casa de Blerta, en una c¨¦ntrica calle de Pristina, la capital kosovar, hay permanentemente grandes bolsas de basura. 'Menos mal que en invierno huele menos y no hay tantos bichos', comenta la mujer. A pocos metros de all¨ª, en una calle conocida como la v¨ªa de los muertos, numerosos talleres mec¨¢nicos amontonan bater¨ªas de autom¨®vil agotadas y vierten por las alcantarillas el aceite de los coches. Hace fr¨ªo y de la boca de las alcantarillas surgen columnas de humo f¨¦tido, pero caliente, y los ni?os juegan cerca. 'Tendr¨ªan que recoger la basura, pero no hay camiones suficientes', explica Blerta, 'de manera que siempre hay basura en la calle, y en cuanto hace calor es un peligro. Mejor es no ponernos malos'.
La frase de esta ama de casa es compartida por la inmensa mayor¨ªa de sus compatriotas, porque la salud y el sistema sanitario son, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), la mayor preocupaci¨®n de los kosovares, por encima del desarrollo econ¨®mico, la educaci¨®n o los servicios sociales.
Peligro ambiental
Los expertos advierten de que en Kosovo se est¨¢ produciendo una peligrosa ecuaci¨®n: una situaci¨®n medioambiental en el l¨ªmite y un sistema sanitario casi inexistente. 'La gente est¨¢ sufriendo enfermedades que ya hab¨ªan sido olvidadas en el mundo civilizado', se queja un m¨¦dico de Pristina. La misi¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en Kosovo ha alertado de que hay un poderoso contaminante que est¨¢ ganando terreno: el plomo. 'Cr¨¦ame, nos preocupa mucho m¨¢s lo que sucede por la contaminaci¨®n con plomo que el uranio empobrecido', se?ala el holand¨¦s Eric Schouten, jefe de la misi¨®n de la OMS en la regi¨®n. Pese a ello, la Fuerza multinacional para Kosovo informar¨¢ a partir de la semana que viene de los lugares bombardeados con uranio empobrecido para que la poblaci¨®n evite acercarse a ellos.
Schouten asegura que la contaminaci¨®n por plomo se da sobre todo en el oeste de Kosovo (zona donde se encuentran desplegados los contingentes espa?ol, italiano y portugu¨¦s), y que sus v¨ªctimas sufren, entre otras disfunciones, cambios hematol¨®gicos y anemias. 'Tenemos grandes problemas sobre todo con las infecciones de los ni?os. Las enfermedades causadas por bacterias tambi¨¦n est¨¢n aumentando', afirma.
Entre los causantes de las infecciones figura en cabeza el descontrol de las aguas fecales. Un estudio realizado por un grupo de expertos internacionales en octubre de 1999 (cuatro meses despu¨¦s del t¨¦rmino de la guerra) advert¨ªa de que s¨®lo un 30% de la poblaci¨®n urbana dispon¨ªa de alcantarillado y que el 93% de la poblaci¨®n rural utilizaba fosas s¨¦pticas. El resultado es que este a?o las aguas residuales han invadido cultivos en la municipalidad de Urosevac (al sur) y que en lugares como Vitina sus habitantes achacan los malos olores y el aumento de enfermedades al vertido incontrolado de aguas residuales r¨ªo arriba.
A Blerta s¨®lo le importa que quiten las bolsas negras de su vista. Documentos de la OSCE revelan que se est¨¢n descargando muchas toneladas de basura en fuentes y cursos de agua y que las f¨¢bricas que se han puesto a funcionar tras la guerra lo hacen sin ning¨²n control sobre sus emisiones. 'La gente tira la basura donde puede', se?ala el texto. A esto hay que a?adir los casi de 300.000 coches existentes en la regi¨®n, que no tienen ning¨²n tipo de control y cuyos conductores utilizan tal vez la gasolina (por supuesto con plomo) de peor calidad de Europa. En ciudades como Malisevo, que carece de hospital y apenas est¨¢ dotada de un peque?o ambulatorio, hay un importante porcentaje de habitantes que obtiene el agua directamente del r¨ªo, y las enfermedades infecciosas aumentan, especialmente entre los ni?os. La contaminaci¨®n del agua no s¨®lo afecta a las personas, sino tambi¨¦n al ganado y a los cultivos.
Si los peligros que amenazan la salud de los kosovares son m¨²ltiples, los medios para combatirlos no pueden ser m¨¢s escasos. Seg¨²n los informes de la OSCE, es habitual que en cl¨ªnicas y hospitales comarcales falte hasta el equipamiento m¨¢s b¨¢sico, y que cuando se dispone de alg¨²n aparato, ¨¦ste tenga 30 a?os de antig¨¹edad o m¨¢s. Adem¨¢s, el mantenimiento del material es cuesti¨®n m¨¢s de ingenio que de medios, ya que no hay piezas de repuesto.
Durante la guerra de Yugoslavia, el 52,9% de las instalaciones sanitarias de Kosovo resultaron gravemente da?adas y el 12% resultaron totalmente destruidas. En todo el territorio s¨®lo hay cinco hospitales, y de ellos, ¨²nicamente el hospital Universitario de Pristina (dotado de alrededor de 2.300 camas) dispone del material necesario para detectar enfermedades como la leucemia. Para los dos millones de kosovares hay tan s¨®lo 75 ambulancias disponibles, y el n¨²mero de camas por cada 1.000 habitantes es de 2,2, cifra muy inferior a las 7,3 que como media tienen los pa¨ªses de la UE.
Alta mortalidad infantil
Los datos de la OSCE se?alan que la provincia presenta la tasa de mortalidad infantil m¨¢s alta de Europa, con 27,8 ni?os muertos de cada 1.000 nacimientos vivos. Finalmente, por cada 30.000 ni?os menores de cinco a?os hay un solo pediatra.
'No nos podemos extra?ar de lo que pasa', dice Ardit Goshi, propietario de un negocio. 'En Pristina ahora vivir¨¢n unas 600.000 personas y s¨®lo hay cuatro ambulatorios. El m¨¢s moderno tendr¨¢ unos 20 a?os. Si lo que tienes es grave, te env¨ªan al hospital, y si no, lo mejor que puedes hacer es ahorrar para ir a una consulta privada', a?ade. Goshi asegura que incluso hay veces en que los m¨¦dicos del hospital mandan a los enfermos a las consultas privadas, que frecuentemente est¨¢n mejor dotadas que los centros p¨²blicos. Aqu¨ª la motivaci¨®n personal tambi¨¦n entra en juego: un m¨¦dico con una buena trayectoria y una posici¨®n de responsabilidad no gana m¨¢s de 400 marcos al mes (unas 33.000 pesetas), un sueldo con el que podr¨ªa comprar s¨®lo 10 cervezas.En la puerta de la casa de Blerta, en una c¨¦ntrica calle de Pristina, la capital kosovar, hay permanentemente grandes bolsas de basura. 'Menos mal que en invierno huele menos y no hay tantos bichos', comenta la mujer. A pocos metros de all¨ª, en una calle conocida como la v¨ªa de los muertos, numerosos talleres mec¨¢nicos amontonan bater¨ªas de autom¨®vil agotadas y vierten por las alcantarillas el aceite de los coches. Hace fr¨ªo y de la boca de las alcantarillas surgen columnas de humo f¨¦tido, pero caliente, y los ni?os juegan cerca. 'Tendr¨ªan que recoger la basura, pero no hay camiones suficientes', explica Blerta, 'de manera que siempre hay basura en la calle, y en cuanto hace calor es un peligro. Mejor es no ponernos malos'.
La frase de esta ama de casa es compartida por la inmensa mayor¨ªa de sus compatriotas, porque la salud y el sistema sanitario son, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), la mayor preocupaci¨®n de los kosovares, por encima del desarrollo econ¨®mico, la educaci¨®n o los servicios sociales.
Peligro ambiental
Los expertos advierten de que en Kosovo se est¨¢ produciendo una peligrosa ecuaci¨®n: una situaci¨®n medioambiental en el l¨ªmite y un sistema sanitario casi inexistente. 'La gente est¨¢ sufriendo enfermedades que ya hab¨ªan sido olvidadas en el mundo civilizado', se queja un m¨¦dico de Pristina. La misi¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en Kosovo ha alertado de que hay un poderoso contaminante que est¨¢ ganando terreno: el plomo. 'Cr¨¦ame, nos preocupa mucho m¨¢s lo que sucede por la contaminaci¨®n con plomo que el uranio empobrecido', se?ala el holand¨¦s Eric Schouten, jefe de la misi¨®n de la OMS en la regi¨®n. Pese a ello, la Fuerza multinacional para Kosovo informar¨¢ a partir de la semana que viene de los lugares bombardeados con uranio empobrecido para que la poblaci¨®n evite acercarse a ellos.
Schouten asegura que la contaminaci¨®n por plomo se da sobre todo en el oeste de Kosovo (zona donde se encuentran desplegados los contingentes espa?ol, italiano y portugu¨¦s), y que sus v¨ªctimas sufren, entre otras disfunciones, cambios hematol¨®gicos y anemias. 'Tenemos grandes problemas sobre todo con las infecciones de los ni?os. Las enfermedades causadas por bacterias tambi¨¦n est¨¢n aumentando', afirma.
Entre los causantes de las infecciones figura en cabeza el descontrol de las aguas fecales. Un estudio realizado por un grupo de expertos internacionales en octubre de 1999 (cuatro meses despu¨¦s del t¨¦rmino de la guerra) advert¨ªa de que s¨®lo un 30% de la poblaci¨®n urbana dispon¨ªa de alcantarillado y que el 93% de la poblaci¨®n rural utilizaba fosas s¨¦pticas. El resultado es que este a?o las aguas residuales han invadido cultivos en la municipalidad de Urosevac (al sur) y que en lugares como Vitina sus habitantes achacan los malos olores y el aumento de enfermedades al vertido incontrolado de aguas residuales r¨ªo arriba.
A Blerta s¨®lo le importa que quiten las bolsas negras de su vista. Documentos de la OSCE revelan que se est¨¢n descargando muchas toneladas de basura en fuentes y cursos de agua y que las f¨¢bricas que se han puesto a funcionar tras la guerra lo hacen sin ning¨²n control sobre sus emisiones. 'La gente tira la basura donde puede', se?ala el texto. A esto hay que a?adir los casi de 300.000 coches existentes en la regi¨®n, que no tienen ning¨²n tipo de control y cuyos conductores utilizan tal vez la gasolina (por supuesto con plomo) de peor calidad de Europa. En ciudades como Malisevo, que carece de hospital y apenas est¨¢ dotada de un peque?o ambulatorio, hay un importante porcentaje de habitantes que obtiene el agua directamente del r¨ªo, y las enfermedades infecciosas aumentan, especialmente entre los ni?os. La contaminaci¨®n del agua no s¨®lo afecta a las personas, sino tambi¨¦n al ganado y a los cultivos.
Si los peligros que amenazan la salud de los kosovares son m¨²ltiples, los medios para combatirlos no pueden ser m¨¢s escasos. Seg¨²n los informes de la OSCE, es habitual que en cl¨ªnicas y hospitales comarcales falte hasta el equipamiento m¨¢s b¨¢sico, y que cuando se dispone de alg¨²n aparato, ¨¦ste tenga 30 a?os de antig¨¹edad o m¨¢s. Adem¨¢s, el mantenimiento del material es cuesti¨®n m¨¢s de ingenio que de medios, ya que no hay piezas de repuesto.
Durante la guerra de Yugoslavia, el 52,9% de las instalaciones sanitarias de Kosovo resultaron gravemente da?adas y el 12% resultaron totalmente destruidas. En todo el territorio s¨®lo hay cinco hospitales, y de ellos, ¨²nicamente el hospital Universitario de Pristina (dotado de alrededor de 2.300 camas) dispone del material necesario para detectar enfermedades como la leucemia. Para los dos millones de kosovares hay tan s¨®lo 75 ambulancias disponibles, y el n¨²mero de camas por cada 1.000 habitantes es de 2,2, cifra muy inferior a las 7,3 que como media tienen los pa¨ªses de la UE.
Alta mortalidad infantil
Los datos de la OSCE se?alan que la provincia presenta la tasa de mortalidad infantil m¨¢s alta de Europa, con 27,8 ni?os muertos de cada 1.000 nacimientos vivos. Finalmente, por cada 30.000 ni?os menores de cinco a?os hay un solo pediatra.
'No nos podemos extra?ar de lo que pasa', dice Ardit Goshi, propietario de un negocio. 'En Pristina ahora vivir¨¢n unas 600.000 personas y s¨®lo hay cuatro ambulatorios. El m¨¢s moderno tendr¨¢ unos 20 a?os. Si lo que tienes es grave, te env¨ªan al hospital, y si no, lo mejor que puedes hacer es ahorrar para ir a una consulta privada', a?ade. Goshi asegura que incluso hay veces en que los m¨¦dicos del hospital mandan a los enfermos a las consultas privadas, que frecuentemente est¨¢n mejor dotadas que los centros p¨²blicos. Aqu¨ª la motivaci¨®n personal tambi¨¦n entra en juego: un m¨¦dico con una buena trayectoria y una posici¨®n de responsabilidad no gana m¨¢s de 400 marcos al mes (unas 33.000 pesetas), un sueldo con el que podr¨ªa comprar s¨®lo 10 cervezas.
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