'El tren ha provocado en Madrid hasta asonadas'
El periodista, a veces, es un hombre culto. A veces, incluso, ameno y riguroso. Y, a veces, cree con pasi¨®n en su trabajo. Pongamos que como Fernando Fern¨¢ndez Sanz (Madrid, 1932). Porque este hombre, uno de los padres del moderno periodismo econ¨®mico, lleva m¨¢s de veinte a?os investigando de trenes. Habla de trenes. Pero es una excusa. A ¨¦l lo que le apasiona es hablar de la historia de Espa?a, de su gente, de su econom¨ªa, de su cultura. Ahora, ediciones Noesis publica el segundo tomo de su Historia de la tracci¨®n vapor en Espa?a, que firma con Gustavo Reder, ya fallecido, y al que Fern¨¢ndez Sanz rinde homenaje y reconocimiento.
Pregunta. As¨ª que jugando con trenes a sus a?os...
Respuesta. Pues, ya ve. Pero, ?qui¨¦n no ha so?ado de ni?o con un tren? Lo que pasa es que de ni?o no pude tenerlo. Los trenes el¨¦ctricos eran un lujo. Y yo no era rico precisamente.
P. Las locomotoras...
R. Es curioso lo de las locomotoras. ?Se ha dado usted cuenta de que esa palabra ha pasado al lenguaje econ¨®mico, al pol¨ªtico...? Se dice, por ejemplo, 'la locomotora de la econom¨ªa', que tal o cual cosa act¨²a como locomotora...
P. Un s¨ªmbolo, vamos...
R. Claro. El tren fue el s¨ªmbolo del progreso. Cambi¨® el mundo. Pocas cosas han transformado la sociedad tanto como el tren.
P. En su libro...
R. Perdone un momento... Hablando de transformaciones, f¨ªjese que en Madrid el tren ha provocado hasta asonadas militares. En la Vicalvarada, en 1854, por ejemplo, influyeron los esc¨¢ndalos de concesiones ferroviarias, entre otras cosas.
P. Ya veo, ya...
R. Hab¨ªa muchos intereses econ¨®micos. ?A que no sabe por qu¨¦ se hizo la estaci¨®n de Principe P¨ªo donde se hizo?
P. Algo he le¨ªdo en su libro.
R. Pues s¨ª, se?or: se hizo para salvar de apuros econ¨®micos al pr¨ªncipe P¨ªo, propietario de los terrenos. All¨ª, si se fija, no hay sitio para una estaci¨®n...
P. Ahora que usted lo dice...
R. No hab¨ªa sitio. Por eso hubo que enlazarla con Atocha, en lo que se llam¨® el dogal de hierro. Lo que ahora se ha rectificado con el Pasillo Verde. Por cierto, ?sabe usted que debajo del Campo del Moro hubo un apeadero para la familia real?
P. ? Y funciona todav¨ªa?
R. No, hombre, no. Pero hay cosas muy curiosas. Sin ir m¨¢s lejos, el ferrocarril es deudor de un hombre como Bravo Murillo, que cre¨® el Ministerio de Fomento e impuls¨® el tren a Aranjuez, que el mes que viene cumple su 150? aniversario. Y pocos saben que los hermanos Pereire, franceses que tuvieron la concesi¨®n ferroviaria, eran socialistas sansimonianos y algo mas¨®nicos. Ten¨ªan como s¨ªmbolo la estrella de cinco puntas y la pusieron en la Estaci¨®n del Principe P¨ªo. Y all¨ª sigue. En Valencia tambi¨¦n la colocaron, pero la quitaron despu¨¦s de la guerra civil porque creyeron que era el emblema comunista.
P. ?Todo eso lo cuenta usted en su libro?
R. Y m¨¢s cosas. Es que del tren se puede hablar horas y horas, ya le digo.
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