R¨¦plica

Leo la carta al director del profesor de econom¨ªa Jos¨¦ Carlos Garrido Garc¨ªa (EL PA?S, 3 de enero) y compruebo que, a pesar de que le gustan 'los aprendizajes funcionales y conectados con la realidad actual', manifiesta lagunas culturales y prejuicios corporativos que, ¨¦stos s¨ª, son de ¨¦pocas pret¨¦ritas.

Soy profesor de griego en un instituto de secundaria, y cada vez que alguien vuelve a relacionar los conceptos de lenguas cl¨¢sicas con lenguas muertas siento una l¨¢stima infinita. Cicer¨®n, C¨¦sar, Virgilio, Homero, Plat¨®n y S¨®focles no tienen nada que ver con antiguos planes de estudio ni con la educaci¨®n cat¨®lica represora del franquismo. ?Es esto tan dif¨ªcil de entender? ?Se atrever¨ªa alguien a suprimir la historia de los planes de estudio actuales s¨®lo porque hace 40 a?os se hablaba de imperios donde no se pon¨ªa el Sol? ?Y la lengua s¨®lo porque le lavaban a uno el cerebro a base de Pem¨¢n y Campoamor? ?Seamos serios, por favor!

En cuanto a lo de considerar m¨¢s ¨²til el que los ni?os aprendan a hacer la declaraci¨®n de la renta, no s¨¦ si llorar o re¨ªr. Hasta un ni?o sabe que para rellenar dicho impreso basta con saber leer; si se sabe econom¨ªa, tanto mejor. Por desgracia para m¨ª, no tengo demasiados conocimientos de mec¨¢nica aplicada, pero eso no me impide conducir un coche. ?Seamos serios, por favor, que una cosa es lo ¨²til y otra lo pr¨¢ctico!

Tristes tiempos estos en los que hay que convencer a la gente de lo evidente. O tempora, o mores!-