Todo est¨¢ por hacer en el AVE
El acuerdo al que llegaron el ministro de Fomento y los presidente de cuatro comunidades aut¨®nomas sobre el trazado del AVE el pasado lunes en Murcia es una buena noticia para la Comunidad Valenciana, aunque llegue con cierto retraso. Esta demora, sin embargo, no es suficiente argumento para descalificar la globalidad del proyecto ni basta para disminuir el protagonismo pol¨ªtico del presidente de la Generalitat en la que, sin duda, es una de sus apuestas pol¨ªticas m¨¢s ambiciosas. Es verdad que la propuesta de ?lvarez-Cascos asumida por todos ha enmendado el proyecto original de Eduardo Zaplana quien, confiado en las tesis de Arias Salgado, apoyaba la soluci¨®n sur, lesiva para los intereses de Valencia. Pero no es menos cierto que tambi¨¦n se ha llevado por delante la 'soluci¨®n integral' del presidente manchego Jos¨¦ Bono. Al final, se ha impuesto la raz¨®n y la l¨®gica, como recordaba ayer el director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia, Gregorio Mart¨ªn. El consenso alcanzado por todos y alabado por la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas (PSPV, incluido) y sociales respecto del trazado es lo importante; aunque todo est¨¦ por hacer.
El presidente Zaplana, con la euforia del momento y como consecuencia de su particular visi¨®n de la pol¨ªtica, pr¨¢cticamente ha dado por inaugurado el AVE Madrid-Comunidad Valenciana, tal que si ma?ana cualquiera pudiera subirse al tren. De hecho, lleva meses diciendo que las obras de alta velocidad estaban en marcha, cuando la realidad es que a fecha de hoy s¨®lo existe un acuerdo sobre el trazado y hasta el pasado lunes ni eso. Queda, pues, mucho camino por delante y habr¨¢ que esperar todav¨ªa unos a?os antes de que el AVE llegue a una de las estaciones t¨¦rmino valencianas. Por otra parte, el documento firmado por los cuatro presidentes aut¨®nomos y el ministro de Fomento es ambiguo y compromete muy poco a las partes. No figuran plazos de ejecuci¨®n, no aclara la financiaci¨®n del proyecto, y tampoco establece la duraci¨®n de los trayectos. El consenso alcanzado establece el compromiso pol¨ªtico de hacer realidad el AVE, que no es poca cosa; pero no explica tanta euforia presidencial. Las obras no concluir¨¢n hasta el 2007, como pronto, si no surgen los acostumbrados obst¨¢culos en estas grandes infraestructuras. El antecedente m¨¢s cercano, la autov¨ªa Valencia-Madrid, sufri¨® m¨¢s retrasos de los deseables y no s¨®lo por la oposici¨®n de Bono a que pasara por las Hoces del Cabriel. El presidente Zaplana har¨ªa mal en creer que todo est¨¢ hecho y eludir sus responsabilidades. Ahora es cuando m¨¢s vigilante debe estar y hacer valer su peso en Madrid para que el proyecto no acumule m¨¢s demoras de las que ya sufre. Transferirle todos los compromisos al Ministerio de Fomento ser¨ªa una frivolidad pol¨ªtica dif¨ªcilmente entendible.
La ambig¨¹edad y la ausencia de compromisos concretos en el acuerdo firmado en Murcia provoc¨® la esc¨¦ptica reacci¨®n de los socialistas y de Esquerra Unida. La oposici¨®n fue especialmente cicatera a la hora de reconocer el protagonismo de Eduardo Zaplana y le neg¨® incluso el beneficio de la duda. El secretario general de los socialistas valencianos podr¨ªa haber apostado por un gran pacto de estado y mostrar su apoyo al presidente de la Generalitat para que el AVE sea una realidad con la mejor financiaci¨®n p¨²blica, el menor tiempo posible, con unos trazados ajustados a la declaraci¨®n de Murcia, y unos trayectos cuya duraci¨®n sea la m¨¢s breve. Pero no lo hizo. Joan Ignasi Pla deber¨ªa haber mostrado una mayor altura de miras y no limitarse a darse protocolariamente por satisfecho por el acuerdo alcanzado sobre el trazado. En sus declaraciones se echa en falta un compromiso claro de la oposici¨®n para acompa?ar a la Generalitat en las negociaciones y presiones que habr¨¢ que realizar para que el proyecto no sufra m¨¢s dilaciones. Una toma de posici¨®n tan n¨ªtida hubiera sido mejor entendida por una sociedad que celebra el acuerdo del AVE y le habr¨ªa cargado moralmente de raz¨®n.
El primer paso para el AVE Madrid-Comunidad Valenciana ya se ha dado; pero todo est¨¢ a¨²n por hacer. Las voluntades pol¨ªticas pueden convertirse en humo demag¨®gico si no se convierten en realidad. Y en esta tierra, estamos harto escarmentados de que, en punto a infraestructuras, acaben d¨¢ndonos gato por liebre. El presidente de la Generalitat no puede hacer mutis por el foro cuando todo est¨¢ por hacer.
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