En tiempo de pr¨®rroga
Dirigente hist¨®rico de Uni¨® Democr¨¤tica y ahora respetado presidente del Parlament, Joan Rigol i Roig inici¨® el discurso de salutaci¨®n al congreso extraordinario de su partido, el pasado 16 de diciembre, con estas palabras: 'Despu¨¦s de una veintena de a?os en que el pueblo catal¨¢n nos ha confiado el gobierno de Catalu?a, en las ¨²ltimas elecciones nos dio un aviso, un toque de atenci¨®n importante. M¨¢s que una victoria electoral, nos concedi¨® una pr¨®rroga'. Una pr¨®rroga -se sobreentend¨ªa- para clarificar las vidriosas relaciones entre los dos socios de la coalici¨®n nacionalista y, sobre todo, para resolver satisfactoriamente la sucesi¨®n de Jordi Pujol con vistas a la cita con las urnas en 2003. Pues bien, aunque el propio Rigol juzgase que, desde octubre de 1999, no hab¨ªan 'aprovechado el tiempo como era preciso', me gustar¨ªa analizar con alg¨²n detalle cu¨¢les han sido las estrategias desplegadas por UDC hasta hoy para atender a aquel supuesto mandato de los votantes.
Habi¨¦ndose difuminado la posibilidad de presentar la carrera entre Duran y Mas como una confrontaci¨®n entre f¨®rmulas distintas, la competencia se sit¨²a en el terreno de la credibilidad. Y ah¨ª, Duran corre sobrecargado por algunos lastres
Sobre el papel al menos, y desde que comenz¨® a avizorarse el horizonte del pospujolismo, el l¨ªder democristiano Josep Antoni Duran Lleida ten¨ªa ante s¨ª dos posibilidades alternativas: encabezar un proyecto propio surgido de la ruptura de Converg¨¨ncia i Uni¨®, o bien aspirar a la jefatura global de ¨¦sta, fundamentando su pretensi¨®n sobre la base de ser el m¨¢s preparado de los herederos posibles, el m¨¢s capaz de renovar la f¨®rmula y de inyectarle el valor a?adido de una personalidad potente, ¨¦mula de aquella a la que deb¨ªa reemplazar. Duran apost¨® claramente por esta segunda opci¨®n, y ha invertido notables esfuerzos en singularizar su mensaje, sobre todo a partir de dos rasgos: un nacionalismo adjetivado ('¨²til', 'con sensibilidad social', 'abierto', 'personalista'...) y, al mismo tiempo, capaz de seducir a los refractarios aun a costa de diluir el n¨²cleo que lo define.
En ambos terrenos, mi impresi¨®n es que el presidente del comit¨¦ de gobierno de Uni¨® ha cosechado poco ¨¦xito. Por una parte, la idea de que s¨®lo tiene futuro un 'nacionalismo del bienestar' la asume hoy todo el mundo tanto en UDC como en Converg¨¨ncia o en Esquerra, y por consiguiente no sirve para singularizar a nadie. ?Qui¨¦n, desde qu¨¦ partido, no invoca y no practica hoy un nacionalismo 'abierto e integrador', realista ante la complejidad identitaria de nuestra sociedad? ?D¨®nde est¨¢ -si no es en la mente de unos cuantos obsesos con complejo de persecuci¨®n- el nacionalismo esencialista, hosco, deshumanizado y totalitario del que deber¨ªamos alejarnos?
En cuanto a aquel 'nuevo catalanismo' que, el 25 de octubre ¨²ltimo, Duran caracteriz¨® desde el paraninfo de la Universidad de Barcelona por la cautela terminol¨®gica, por el pragm¨¢tico respeto al marco estatal y por la expl¨ªcita vocaci¨®n espa?ola, no s¨®lo ha recibido las esperables cr¨ªticas de adversarios y competidores, sino tambi¨¦n la desautorizaci¨®n impl¨ªcita de las mismas bases democristianas que, en el proceso congresual del pasado oto?o, rehusaron categ¨®ricamente el cambio de lenguaje sugerido por su l¨ªder (la sustituci¨®n de nacionalismo por catalanismo) y expresaron, a trav¨¦s de enmiendas, de votos y de gestos, su apuesta por una Uni¨® Democr¨¤tica soberanista y reivindicativa.
Habi¨¦ndose difuminado, pues, la posibilidad de presentar la carrera entre Duran y Mas como una confrontaci¨®n entre f¨®rmulas doctrinales distintas (entre el moderado realismo del uno y el radicalismo del otro, prisionero de los j¨®venes 'talibanes'...), la competencia se sit¨²a de lleno en el resbaladizo terreno de la credibilidad, del cr¨¦dito, de la imagen de liderazgo que cada uno de los dos finalistas posea o sea capaz de adquirir en los pr¨®ximos tiempos. Y ah¨ª, campa?as de mercadotecnia al margen, Duran y su equipo corren sobrecargados por algunos lastres.
El m¨¢s pesado de todos es el caso Pallerols, cuya dimensi¨®n econ¨®mico-penal deber¨¢n dirimir los tribunales, pero cuyo goteo medi¨¢tico comporta una erosi¨®n implacable. En circunstancias tales, la organizaci¨®n que la sufre suele reaccionar neg¨¢ndolo todo y denunciando un complot, una persecuci¨®n: el PSOE lo hizo con Filesa, CDC con Casinos, Duran Lleida aludi¨® en Tarragona a 'un macartismo renovado'... Como quiera que sea, y en el terreno de la responsabilidad pol¨ªtica, el caso Pallerols supone la crisis del modelo de crecimiento partidario tous azimuts, sin pedir a los ne¨®fitos demasiadas credenciales ni referencias, que Duran impuls¨® desde 1987 y que ahora le ha estallado en el momento m¨¢s inoportuno.
En otro orden de cosas, pienso que perjudica tambi¨¦n a la actual c¨²pula de UDC el hecho de transmitir la idea t¨¢cita de que los ¨¦xitos y los haberes de Converg¨¨ncia i Uni¨® son, naturalmente, comunes y compartidos, pero el desgaste de 20 a?os de gobierno, en cambio, s¨®lo es imputable a CDC. O bien otra cara de la misma moneda: el complejo de superioridad cualitativa, la tendencia a insinuar que son menos numerosos que los convergentes, s¨ª, pero mejores; 'no queremos ser tratados como el hermano menor. Una cosa es la cantidad y otra la calidad', manifestaba hace cuatro semanas N¨²ria de Gispert. ?Y c¨®mo se mide la calidad, y qui¨¦n la sopesa?
Por ¨²ltimo, aunque no s¨¦ si en ¨²ltimo lugar, quisiera referirme a determinadas actitudes sociales de ¨ªndole privada, aunque de indudable proyecci¨®n p¨²blica. Cuando la presencia navide?a de ciertos dirigentes democristianos en Baqueira-Beret inspira ya chistes gr¨¢ficos en la prensa barcelonesa, es que algo comienza a chirriar, y esto vale tambi¨¦n para los convergentes en igual tesitura. Es cierto que, durante dos d¨¦cadas, se han hecho muchos sarcasmos a cuenta de un nacionalismo presuntamente xirucaire. Pero los que prefieren calzar esqu¨ªs y compartir pistas con Aznar y Rato deber¨ªan considerar si, adem¨¢s de tales performances, son capaces de igualar los ¨¦xitos del de la chiruca.
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