Un Estado igual de social
Un sondeo en los cuatro principales pa¨ªses de la zona euro pone de relieve la abrumadora adhesi¨®n de los europeos al sistema de protecci¨®n social
Los europeos no quieren saber nada de las reformas ultraliberales de Margaret Thatcher que en los setenta y en los ochenta desmantelaron buena parte del Estado de bienestar en el Reino Unido. Por mucho que se les diga que el sistema de protecci¨®n social est¨¢ en crisis, los ciudadanos del Viejo Continente siguen apegados a ¨¦l. Est¨¢n, eso s¨ª, dispuestos a que se reforme, pero no a que se recorte.
A esta conclusi¨®n ha llegado un macrosondeo efectuado en las cuatro principales potencias de Europa continental (Alemania, Francia, Italia y Espa?a) sobre una muestra de 5.500 ciudadanos. Sus resultados ser¨¢n publicados en el pr¨®ximo n¨²mero de la revista Economic Policy y analizados por dos profesores de la Universidad Bocconi de Mil¨¢n, Tito Boeri y Guido Tabellini, y por Axel Borsch-Supan, de la Universidad de Mannheim (www.frdb.org y www.cepr.org).
'Las preguntas que hemos hecho a los entrevistados son sobre opciones realistas -no si quieren menos impuestos y m¨¢s contrapartidas- y, por tanto, m¨¢s complejas', se?ala Boeri. 'El mensaje que hemos recibido de los ciudadanos de esos cuatro pa¨ªses es que no se puede reducir la dimensi¨®n social del Estado', a?ade. 'Los ciudadanos de Europa continental no quieren prescindir de la intervenci¨®n del Estado en los asuntos sociales'.
Dicho esto, Boeri no cree que resulte imposible reformar el llamado Estado providencia. De la encuesta se deduce que buena parte de los consultados son proclives a modificar su estructura pero sin recortar su tama?o global. 'Una mayor¨ªa de ciudadanos est¨¢ a favor de transformaciones que permitan evitar incrementos' de la presi¨®n fiscal para hacer frente al previsible envejecimiento de la poblaci¨®n, asegura.
Espa?oles, franceses y alemanes son partidarios de mantener el actual nivel de impuestos y de prestaciones sociales. S¨®lo una ligera mayor¨ªa de italianos se inclina por reducir impuestos y contrapartidas sociales, quiz¨¢ porque sea el pa¨ªs donde los ciudadanos tienen la impresi¨®n de recibir menos prestaciones a cambio de los tributos que pagan.
Aun as¨ª, todos los encuestados, excepto los espa?oles, creen que el actual sistema de pensiones no ser¨¢ viable dentro de 10 o 15 a?os y vaticinan que los emolumentos de los jubilados sufrir¨¢n una merma. 'No es que el porvenir del sistema espa?ol est¨¦ garantizado, es posible incluso que corra m¨¢s peligro que los dem¨¢s, pero los espa?oles est¨¢n peor informados', asegura Boeri. 'En Espa?a ha habido menos debate pol¨ªtico sobre este asunto y, en consecuencia, la prensa le ha dedicado al tema menos espacio'.
Quiz¨¢ a causa de esa amenaza de crisis, una holgada mayor¨ªa de espa?oles, italianos y alemanes -no as¨ª de franceses- se muestra dispuesta a que su contribuci¨®n al sistema de pensiones de la Seguridad Social sea gestionada por el sector privado a trav¨¦s del fondo de inversi¨®n de su elecci¨®n, del que s¨®lo podr¨ªan sacar dinero cuando se jubilen.
No aceptar¨ªan, sin embargo, poder disponer antes de esas cantidades -no se f¨ªan, aparentemente, de ser capaces de mantener su esfuerzo ahorrativo si no est¨¢n obligados legalmente- ni tampoco acceder¨ªan a que se rebaje su cotizaci¨®n a cambio de cobrar menos cuando dejen la vida activa.
El abandono del sistema p¨²blico de pensiones suscita m¨¢s adhesiones entre los j¨®venes, los trabajadores con ingresos m¨¢s elevados y los m¨¢s instruidos. Esta opci¨®n mayoritaria abre la v¨ªa a una evoluci¨®n del actual sistema de pensiones, en el que los trabajadores en activo pagan por los jubilados, hacia un modelo basado en mayor medida en el ahorro privado.
Espa?a es, justo por delante de Italia, el pa¨ªs con m¨¢s paro de los cuatro, especialmente entre los j¨®venes. A pesar de ello, los espa?oles son, como los dem¨¢s europeos, mayoritariamente favorables (59,6%) a mantener el actual reparto del esfuerzo presupuestario entre pensiones y subsidio de desempleo.
Tito Boeri observa, sin embargo, que en los Estados m¨¢s afectados por el paro, como Espa?a e Italia, la ciudadan¨ªa acepta difusamente que se lleve a cabo 'una reforma del mercado de trabajo que d¨¦ como resultado una menor protecci¨®n del empleo pero que, a cambio, otorgue una mejor cobertura social a los desocupados'.
Otra conclusi¨®n del sondeo es que, curiosamente, la divisi¨®n de opiniones sobre la reforma del Estado de bienestar no guarda relaci¨®n con la ideolog¨ªa, de izquierdas o de derechas, de los encuestados, ni siquiera tampoco con su pertenencia a un sindicato.
Las respuestas divergen en funci¨®n de otros cuatro criterios primordiales: la edad, el nivel de ingresos, su informaci¨®n sobre las prestaciones sociales y su situaci¨®n laboral (empleado o en paro, puesto de trabajo estable o precario).
'El grado de conocimiento [del funcionamiento del sistema de protecc¨®n social] parece influir de manera crucial en las contestaciones', sostiene Boeri. 'Una de las principales consecuencias de nuestro sondeo es que los que aspiran a reformar el sistema deben dedicar muchas energ¨ªas a informar a la opini¨®n p¨²blica de las ventajas del cambio y del alto coste del mantenimento del status quo', concluye.
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