Italia, un pa¨ªs a dos velocidades
Empresarios del norte reclaman m¨¢s trabajadores inmigrantes ante la falta de respuesta del sur, donde el paro duplica la media nacional
Italia sufre dentro de sus propias fronteras los problemas del enorme desfase que separa a los pa¨ªses ricos de los que a¨²n se encuentran en v¨ªas de desarrollo. Los empresarios del norte del pa¨ªs no encuentran trabajadores para cubrir las plantillas de sus f¨¢bricas, de nuevo en expansi¨®n, mientras en el sur el paro afecta al 20% de la poblaci¨®n activa.
Portavoces de la patronal, Confindustria, aseguran que, al mismo tiempo, los j¨®venes del mezzogiorno no est¨¢n dispuestos a abandonar sus hogares por salarios de 170.000 pesetas al mes. ?La soluci¨®n? Invertir en el sur y trasladar a esta zona desheredada de Italia parte de las instalaciones industriales, dicen los sindicatos. Lograr que el Ejecutivo conceda un subsidio de alojamiento a los j¨®venes que se desplacen a trabajar al norte, dicen los empresarios, que, en todo caso, reclaman al Gobierno un aumento de la cuota de inmigrantes legales de los 63.000 previstos a 103.000.
La pol¨¦mica la suscit¨® una noticia, aparecida en un diario milan¨¦s la semana pasada, en la que se denunciaban las dificultades de una empresa metal¨²rgica, la Franco Tosi, de Le?ano (Lombard¨ªa), para encontrar los 1.500 obreros especializados que necesitaba.
'El norte busca trabajadores y no los encuentra', dec¨ªa el titular. Una b¨²squeda casi imposible porque los sueldos que se ofrecen (en torno a 1,7 millones de pesetas al a?o de media) resultan claramente insuficientes para pagar un alquiler en el norte, donde el coste de la vida es casi el doble que en el sur.
El nuevo due?o de la m¨ªtica empresa, en otro tiempo dedicada a la fabricaci¨®n de turbinas, Gianfranco Castiglioni, ped¨ªa al ministro de Industria, Enrico Letta, ayudas econ¨®micas para construir alojamientos en los que instalar a los trabajadores inmigrantes. El ministro, que el jueves se entrevistar¨¢ con empresarios y sindicatos para afrontar este problema, dijo s¨ª, y su respuesta provoc¨® una airada reacci¨®n, no s¨®lo sindical, sino en las filas del propio Ejecutivo.
El ministro de Trabajo, Cesare Salvi, advirti¨® de que no se destinar¨¢ una lira a este cap¨ªtulo. 'Si los empresarios del norte no encuentran trabajadores es porque no les pagan lo suficiente', dijo, y record¨® a la Confindustria lo mismo que no se cansa de repetir Sergio Cofferatti, l¨ªder de la CGIL, principal sindicato italiano: 'Si una empresa tiene que ampliar su propia actividad productiva ser¨ªa justo que se instalara en el mezzogiorno'.
La poderosa Fiat lo hizo ya en los a?os sesenta y setenta, 'pero no es algo que puedan afrontar los peque?os y medianos empresarios', comenta una fuente pr¨®xima al grupo automovil¨ªstico, que ha vivido los a?os de la dif¨ªcil expansi¨®n en el sur. 'Hubo que crear las infraestructuras y adaptarse a las circunstancias especiales del sur', a?ade.
Unas circunstancias que incluyen la convivencia con un entramado mafioso de dif¨ªcil gesti¨®n. Aun as¨ª, el responsable de la patronal italiana en el sur, Francesco Averna, reconoce que 'la v¨ªa maestra' para resolver el conflicto de un norte con hambre de mano de obra y un sur con exceso de paro, 'sigue siendo la de atraer a las empresas al sur, as¨ª como las inversiones'. Otro tanto opina Benito Benedini, presidente de la asociaci¨®n de empresarios de Lombard¨ªa (Assolombarda), que agrupa a 5.000 peque?as empresas, que representan 300.000 puestos de trabajo y es una de la m¨¢s poderosas del pa¨ªs. Pero Benedini culpa a la excesiva burocracia de la insuficiencia de inversiones en el mezzogiorno que han retrasado su desarrollo.
Lo cierto es que los intentos de acercamiento entre norte y sur han fracasado uno tras otro. La experiencia de empresas como Autogrill, que han intentado contratar j¨®venes desocupados del sur para sus restaurantes de autopista, y se ha encontrado con que nadie aceptaba la oferta, ilustra bien la complejidad del problema. Todos los observadores coinciden en que la gente prefiere trabajar en negro a trasladarse al norte por un sueldo insuficiente para vivir, si se tiene en cuenta la carest¨ªa de la vida en esta zona de Italia.
En realidad, s¨®lo los inmigrantes de otros pa¨ªses de Europa, que huyen de la miseria y la inestabilidad y est¨¢n ansiosos por insertarse en la sociedad consumista, aceptan hoy ciertos trabajos. Guidalberto Guidi, consejero de Confindustria, lo reconoce as¨ª. 'En ciertos sectores productivos, como fundiciones, mataderos, acer¨ªas o construcci¨®n, es muy dif¨ªcil encontrar mano de obra italiana'.
Otro tanto vale para los trabajos agr¨ªcolas, y ni siquiera profesiones que exigen una titulaci¨®n, como enfermer¨ªa, se libran de ese problema. De ah¨ª que la patronal haya pasado de puntillas por esta en¨¦sima pol¨¦mica, limit¨¢ndose a decirle al Gobierno que habr¨¢ que aumentar el n¨²mero de entradas de inmigrantes legales en el pa¨ªs. Los tiempos de la gran migraci¨®n interior del sur al norte parecen definitivamente superados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.