El viajero urgido...
El viajero que quer¨ªa ir en tren de Segovia a Guadalajara, llam¨® al tel¨¦fono de Renfe y le informaron de que tendr¨ªa que hacer trasbordo en Madrid donde podr¨ªa tomar un intercity a la capital alcarre?a. Cuando el viajero que quer¨ªa ir en tren de Segovia a Guadalajara lleg¨® a la estaci¨®n de la ciudad bimilenaria y agraciada con el ¨²ltimo gordo del segundo milenio, un atento empleado mostr¨® su extra?eza ante la opci¨®n predeterminada para el viaje. En efecto, ¨¦l pod¨ªa expedirle un billete a Madrid donde dispondr¨ªa de cinco minutos para subirse al Intercity de Guadalajara, pero no se explicaba muy bien por qu¨¦, ya que el tren que esperaba en el and¨¦n ya cubr¨ªa el trayecto Segovia-Madrid-Guadalajara, sin trasbordos y varias veces al d¨ªa.
El viajero que quer¨ªa ir en tren de Segovia a Guadalajara le cont¨® que la ruta le hab¨ªa sido sugerida por el propio servicio de informaci¨®n de la compa?¨ªa y un ciudadano impaciente, que hac¨ªa cola en la ventanilla, medi¨® para decir que esas cosas pasaban desde que la Renfe hab¨ªa privatizado su servicio de informaci¨®n. El convoy atravesaba encharcadas praderas transitadas por vacas probablemente cuerdas pero decididamente melanc¨®licas, como si se imaginasen algo. El convoy estaba compuesto por unidades de dos pisos que, por un milagro de la ergonom¨ªa, s¨®lo aparentan uno vistas por fuera. Los vagones llevaban una gran C tatuada en el lomo, la C de Cercan¨ªas, como explicaban los planos de la red instalados en las plataformas, planos en los que no aparec¨ªan ni Segovia, ni Guadalajara.
Atenazado por la duda, el viajero busc¨® al interventor persigui¨¦ndole escaleras arriba y escaleras abajo. Le alcanz¨® en la parada de Los ?ngeles de San Rafael, el 'para¨ªso' de Gil y Gil, urbanizaci¨®n privilegiada con apeadero exclusivo y frecuentado a diario por docenas de trenes de la l¨ªnea Segovia-Madrid.
El interventor tranquiliz¨® al viajero que quer¨ªa ir de Segovia a Guadalajara. En efecto, aunque el tren atravesaba tres comunidades distintas, Castilla y Le¨®n, Madrid y Castilla-La Mancha, no era un 'regional', ni el 'Dos Castillas', ni un inter-nada, era un tren de cercan¨ªas.
La amena ilustraci¨®n del interventor se vio interrumpida por una se?ora que planteaba una cuesti¨®n m¨¢s urgente, la ubicaci¨®n de los lavabos del tren. El funcionario, tras enviar a la peticionaria al ¨²nico lavabo abierto en la unidad central del convoy, coment¨® al viajero: 'Esa se?ora ha tenido suerte: algunos de los trenes que cubren este recorrido no tienen servicios, porque son de cercan¨ªas y los ba?os en los trenes de cercan¨ªas s¨®lo los utilizan los yonquis, as¨ª que algunos vagones ya ni siquiera los incorporan. Claro que, cuando hay una emergencia, esperamos en una de las paradas hasta que el usuario haya satisfecho esa necesidad. Pero no podemos esperar en todas las estaciones porque en algunas los servicios est¨¢n cerrados por el mismo tema de los drogadictos'.
Conmovido por las atenciones de la compa?¨ªa con los pasajeros incontinentes, el viajero que iba de Segovia a Guadalajara, fue contando las estaciones en las que paraba el convoy en la primera parte del trayecto, del acueducto al viaducto, 18, cont¨® 18 y a lo mejor se dej¨® alguna porque se entretuvo pensando en cu¨¢nto tardar¨ªa el tren en el recorrido Segovia-Madrid si en cada parada se apease un viajero incontinente o diarreico.
Pero el viaje se hizo entretenido, en una de las primeras paradas el viajero que iba en el furg¨®n de cola vio c¨®mo el and¨¦n de la estaci¨®n se quedaba m¨¢s corto que el convoy y un anciano era descendido en volandas sobre el terrapl¨¦n por sus familiares m¨¢s ¨¢giles. En otra parada, el viajero asisti¨® a la lucha fren¨¦tica de un pasajero que se hab¨ªa equivocado de tren contra las puertas autom¨¢ticas, mientras su esposa trataba de descender con el cochecito del ni?o.
Cuando descendi¨® en la estaci¨®n de Guadalajara, el viajero escuch¨® la voz de un ciudadano, tal vez el mismo de la taquilla de Segovia, que comentaba: 'Como dice la direcci¨®n de Renfe, la gente tiene que ir aprendiendo que aparte del tren hay otras formas de transporte'. Algo as¨ª como si el presidente de Coca-Cola recordara a sus clientes que existen otros refrescos en el mercado, pens¨® el viajero que hab¨ªa ido de Segovia a Guadalajara.
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