Un imperio de 100 billones
La relaci¨®n de P¨¢vel Borod¨ªn con Behgjet Pacolli, patr¨®n de la constructora suiza Mabetex, empez¨® a fraguarse en 1992, cuando el primero era alcalde de Yakutsk, en la Siberia m¨¢s remota. La relaci¨®n personal y comercial entre ambos alcanz¨® toda su dimensi¨®n cuando, el a?o siguiente, Borod¨ªn dio el gran salto a Mosc¨² para dirigir un imperio econ¨®mico que hoy est¨¢ valorado en m¨¢s de 100 billones de pesetas y que s¨®lo tiene (en cuanto a volumen) un competidor en Rusia: el monopolio del gas, Gazprom, la primera empresa del pa¨ªs.
Mostr¨¢ndose siempre fiel al poder y a quien lo encarnaba (Bor¨ªs Yeltsin), y disfrutando de la protecci¨®n del presidente, Borod¨ªn desarroll¨® hasta el l¨ªmite de sus posibilidades lo que se conoce como la administraci¨®n de bienes del Kremlin; en realidad, las propiedades de todas las ramas de la estructura estatal. En agosto de 1995 fue desgajado por decreto de la Administraci¨®n presidencial y pas¨® a convertirse en un organismo federal con su propio estatuto.
Este inmenso conglomerado, que con Borod¨ªn al frente se hizo 10 veces m¨¢s grande de lo que era, incluye propiedades y servicios que dan trabajo a m¨¢s de 100.000 personas, aunque la n¨®mina del departamento en s¨ª apenas llega a las 400. Su presupuesto anual es de m¨¢s de 400.000 millones de pesetas.
Seis contratos
Borod¨ªn ha empleado a veces como argumento para defenderse de las acusaciones de corrupci¨®n que, comparados con esas cifras astron¨®micas, los tratos con Mabetex han sido min¨²sculos: seis contratos de un total de 340 durante los seis a?os en que ¨¦l estuvo al frente del organismo. El presupuesto de esos trabajos fue, asegura, de unos 50.000 millones de pesetas, aunque otras evaluaciones lo multiplican por tres.
A cargo de Borod¨ªn estuvo, por ejemplo, hasta que fue relevado en 1999, un parque inmobiliario en Mosc¨² de m¨¢s de tres millones de metros cuadrados de espacio no residencial, incluyendo el complejo de edificios del Kremlin.
El organismo atiende las necesidades de unos 12.000 altos funcionarios del Estado, una elite a la que se facilita vivienda, coche, casa de campo, transporte en una l¨ªnea a¨¦rea especial, centros m¨¦dicos, hoteles, complejos vacacionales y hasta embarcaciones de recreo. Eso hace que, como en tiempos sovi¨¦ticos, los modestos salarios (que dif¨ªcilmente llegan a superar las 80.000 pesetas) queden compensados por numerosos privilegios. La amenaza de recortar algunas de esas ventajas permiti¨® en ocasiones a Yeltsin segar la resistencia de los diputados a sus planes.
Aunque m¨¢s modesta, este imperio tiene tambi¨¦n una importante presencia en el exterior, que se ha valorado en torno a los 100.000 millones de pesetas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.